Expertos proyectan aglomeraciones en futura estación de Metro con acceso sólo por ascensores
Una de las paradas de la línea 7, que estará ubicada en Alonso de Córdova con América Vespucio, estará a 50 metros de profundidad y contará exclusivamente con elevadores para la movilidad de los usuarios. El proyecto ya tiene sus detractores y usuarios de similar sistema en el extranjero alertan de sus dificultades
La Línea 7 del Metro de Santiago será una de las principales novedades del transporte público en Chile para los próximos años. El proyecto ya en construcción busca beneficiar a más de un millón de personas, y las autoridades vislumbran que el trazado disminuirá en más del 40% los tiempos de viaje entre Renca y Vitacura, dos de las siete comunas que contempla el recorrido que tendrá una extensión de 26 kilómetros y 19 estaciones.
Pero hay un ingrediente más. Este fin de semana se conoció que una estación no contará con escaleras para su ingreso, sino que será exclusivamente vía ascensores. Se trata de la parada que estará ubicada en Alonso de Córdova con Américo Vespucio, en la comuna de Vitacura. Al estar cercana al cruce de la autopista AVO I y Kennedy, la estación tendrá una profundidad de 50 metros, equivalente a un edificio de 10 pisos.
Al ser una de las estaciones más profundas del tren subterráneo de Santiago, Metro decidió instalar nueve ascensores para que los usuarios puedan ingresar al subnivel del servicio, los que contarán con una capacidad de 30 a 35 personas cada uno. Los elevadores podrán transportar a cerca de 300 usuarios en 20 segundos, ya que funcionarán a una velocidad de 2,5 metros por segundo.
De todas formas, la estación contará con una escalera fija para casos de emergencia, similar a las que hay en los edificios.
La medida ya ha sido celebrada por la estatal como un proyecto “futurista” que, incluso, emula la experiencia internacional de los metros de Estados Unidos, España, Inglaterra, Francia y Japón, países donde según menciona Ximena Schultz, gerenta de divisiones de proyectos de Metro, “el diseño por medio de ascensores de gran capacidad ha mostrado funcionamientos más eficientes para una estación con estas profundidades, alcanzando un correcto desempeño y condiciones de seguridad acorde a los estándares en la materia”.
No obstante, expertos en transporte han comenzado a alertar de los inconvenientes que puede generar una estación donde su acceso y salida dependa de elevadores, donde las aglomeraciones, siniestros (terremotos e incendios, por ejemplo) y falta de accesibilidad para el público son algunas de las principales preocupaciones.
Una apuesta arriesgada y no recomendable
Ariel López, ingeniero en Transporte y Tránsito y magíster en Urbanismo, sostiene que si bien la experiencia comparada demuestra que en países europeos los ascensores dentro de las estaciones son un éxito, esto se da principalmente en zonas donde la afluencia de pasajeros es baja: “Hay que considerar que esta estación (de la Línea 7) dará servicio a personas que hoy usan Escuela Militar o Manquehue, y que Manquehue es la estación con mayor afluencia de pasajeros de todas las estaciones del Metro durante la tarde”, dice.
El investigador rememora el fallo de planificación que tuvo la estación Tobalaba, que colapsó a solo un día de su inauguración debido a que los flujos de pasajeros no podían desplazarse por la estación, lo que obligó a Metro a rediseñarla varias veces para que funcionara.
“En otras estaciones tenemos problemas típicos de aglomeraciones porque la infraestructura u operación de la estación no es ad hoc a los flujos. Más aún en ascensores que es frecuente que estén dañados durante días y semanas sin operar, perjudicando a adultos mayores y personas con capacidades reducidas. A partir de nuestra propia realidad local, implementar una estación tan profunda dependiente únicamente de ascensores es altamente riesgoso y no recomendable”.
Con el fin de sopesar posibles incidentes, Metro implementó un estudio en donde se proyectó la afluencia que tendría la zona, con el fin de que los nueve ascensores cumplan su función. En este sentido, la estación tiene proyectada una afluencia en la hora punta a.m., es decir entre las 7.00 y 9.00 horas, de poco más 5 mil personas. Mientras que en la hora punta de la tarde, es decir entre 18.00 y 20.00 horas, tendría una afluencia de 3.900 personas.
“Durante tres años de estudios, Metro concluyó que el diseño por medio de ascensores de gran capacidad ha mostrado funcionamientos más eficientes para una estación con estas profundidades, alcanzando un correcto desempeño y condiciones de seguridad acorde a los estándares en la materia”, expresaron desde la estatal.
De igual modo, desde el mundo académico señalan la implementación de escaleras mecánicas como una alternativa necesaria para prestar apoyo a la movilidad de pasajeros. Rodrigo Martin, magíster en Ingeniería y postítulo en Transporte Urbano, sostiene que existen numerosos casos de estaciones en el mundo, incluso más profundas (por ejemplo Washington, Estación Rosslyn o en Ucrania, estación Arsenalna) donde la escalera mecánica es fundamental.
“El ascensor depende de la electricidad y la mantención y en caso de fallar, quedar atrapado puede ser muy complejo. Las escaleras mecánicas son una tecnología más simple de mantener y más segura, ya que son evacuables en caso de terremoto, por ejemplo. Creo que en un país sísmico como Chile, y además con temas de mantención, sería una apuesta arriesgada tener sólo ascensores, quizá es mejor considerar también escaleras mecánicas y dejar un número menor de ascensores”.
Con todo, el expresidente de Metro y actual director de la Escuela de Ingeniería Industrial de la U. Diego Portales, Louis de Grange, afirma que la implementación de ascensores en las estaciones es una “propuesta viable”. Es más, recalca que las escaleras de evacuación seguirán funcionando. “Creo que la capacidad de evacuación está sobredimensionada. Un ascensor tiene una capacidad de cuarenta personas y puede demorarse un minuto en subir y bajar. La verdad que es una capacidad adecuada para los flujos de la estación. Y siempre está el respaldo por temas de seguridad de una vía de evacuación convencional que es por las escaleras y que hoy existe”.
Experiencia en España
Camila Fuenzalida (chilena, 24) inició un intercambio universitario en Barcelona, España, a finales de 2022. Para movilizarse a su casa de estudios, la estudiante relata que a diario utiliza el transporte subterráneo de la ciudad, al igual como lo hacía en Chile. Eso sí, una de las características que más la sorprendió fue la profundidad en la que se encontraban las principales líneas del metro local, específicamente la estación Santa Coloma de Gramenet, que ella frecuenta y la obliga a usar ascensores para entrar y salir de la estación, pues las escaleras mecánicas no existen.
“La estación se ubica a más de 50 metros bajo tierra y la única manera de entrar y salir de las estaciones es a través de los ascensores que se ubican como un caracol dentro de la estación. Al principio me pareció interesante y una buena idea para movilizarme de forma rápida, pero mi percepción cambió cuando tomaba el metro por las mañanas, lo que generaba aglomeraciones en las entradas de los elevadores, filas de diez personas o más y un caos que se generaba porque las personas abrían y cerraban las puertas a cada momento”, relata.
Pero eso no fue todo. Camila añade que “muchas veces los elevadores estaban sucios, con charcos de orina y otro tipo de suciedades. Por todo eso, la gente en su momento comenzó a optar por las escaleras normales, aunque tomara más tiempo. Sumado a que en un ascensor llevaba más de 30 personas dentro, lo que no dejaba espacio para sillas de ruedas o bicicletas. Eso genera a diario molestias”.
Respecto a las aglomeraciones y supuestas evacuaciones que pudieran producirse, Metro de Santiago informa que dispondrá de protocolos para garantizar la seguridad de las personas, a través de Zonas Seguras (ZS) en el nivel Puente para evacuar a las personas y que éstas sean dirigidas a ese sector durante la ocurrencia de una emergencia como sismos, fuego u otros.
Asimismo, esta contará con un área suficiente (distribuidos en alrededor de 300 m2 en el hall de los ascensores y 120 m2 en un pasillo trasero) para albergar el número de personas evacuadas, que considera los escenarios más demandados de funcionamiento de la estación (Punta Mañana y Punta Tarde). Por último, la ZS contará con el equipamiento que garantiza la comunicación con el personal de Metro y el exterior de la estación.
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