Extranjeros residentes llegan casi a 1,5 millones y el 89% fue trabajador independiente e informal en su primera ocupación

El estudio elaborado por el Centro Nacional de Estudios Migratorios de la Universidad de Talca revela, además, que sólo el 2,7% mencionó trabajar en empleos profesionales, científicos o intelectuales, y el 1,7% en ocupaciones técnicas y profesionales de nivel medio.


En los últimos años, la llegada de extranjeros a Chile ha aumentado progresivamente. Según cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) y el Departamento de Extranjería y Migración, el 2002 había 184.464 individuos de otra nacionalidad en el país, llegando a 746.465 en 2017 y a cerca de 1,5 millón a fines de 2022. Entre las principales razones que señalan estos grupos para migrar se encuentra la intención de mejorar su situación económica o la búsqueda de trabajo, mientras que los motivos mencionados para escoger Chile como destino son las posibilidades de encontrar empleo y el tener un conocido o familiar en el país.

En vista de aquello, el Centro Nacional de Estudios Migratorios (Cenem) de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Talca, en colaboración con el Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), realizó el estudio “Búsqueda del Primer Empleo de la Población Migrante en Santiago de Chile”, que tiene por objetivo comprender cuál es el primer acercamiento laboral que tiene la población migrante una vez instalada en el país. Para este análisis, la investigación consideró a 412 personas extranjeras de origen latinoamericano y del Caribe, mayores de 18 años, que han tenido un trabajo remunerado en el país y residen en la Región Metropolitana.

Según la última medición entregada por el INE y el Departamento de Extranjería y Migración, en 2021 Chile contaba con una población extranjera residente en Chile de 1.482.390 personas. Según nacionalidades, el 30% corresponde a venezolanos, el 16,6% a peruanos, el 12,2% a haitianos y el 11,7% a colombianos. De todos, la estimación del estudio es que el 50,2% corresponde a hombres y el 49,8% a mujeres. Y la fuerza laboral se concentra en 1.037.172 personas.

EXTRANJEROS
Haitianos residentes en el pais, quienes realizan labores diferentes a la profesion que ejercian en su pais Fotos: Patricio Fuentes.

Entre los principales resultados, el estudio mostró que un 41% de las personas encuestadas declaró haber trabajado por primera vez en el país en un cargo asociado a alguna ocupación elemental como, por ejemplo, vendedor, limpiador, asistente, entre otros. Al desagregar esa cifra por género, un 42,7% de las mujeres afirmó haber trabajado en algún cargo asociado a servicios, vendedores de comercios y mercados, mientras que, en el caso de los hombres, el porcentaje que trabajó en alguna ocupación elemental alcanzó el 42,5%.

Medardo Aguirre, director del Centro Nacional de Estudios Migratorios y docente de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la U de Talca, explicó que “todos los países, de alguna forma, tienen cierta obligación de acoger. Una vez que estas personas llegan al país hay que darles un espacio, para que se inserten en al mercado laboral y sean un aporte al desarrollo del país, y que lo son. Las cifras indican que, en general, cuando se integran al mercado laboral lo que ellos aportan es equivalente a lo que el país gasta en ellos. Ellos contribuyen en consumo, pago de IVA, sistema previsional, además de todos los aspectos culturales”.

Atención a la informalidad

Frente a la pregunta ¿cuál fue su cargo en su primer trabajo en Chile?, el 41% de los encuestados respondió haber conseguido una ocupación elemental y el 38,6% ejerció como trabajador de servicios, vendedores de comercio y mercados. En tanto, solo el 2,7% mencionó trabajar en empleos profesionales, científicos e intelectuales y el 1,7% en ocupaciones técnicas y profesionales de nivel medio.

Es más, un 9% de los encuestados dijo que fue trabajador independiente en su primer empleo y de ellos el 89% era trabajador independiente informal, versus el 8,3% que trabajó como independiente, pero recibiendo boleta de honorarios, y el 2,8% que tuvo un trabajo de manera independiente con emprendimiento o empresa registrada en el Servicio de Impuestos Internos (SII).

El estudio ahonda en profundidad la informalidad presente en el primer empleo de la población migrante. El 49,5% de los encuestados declaró que debió realizar sus funciones de manera informal. En tanto, quienes trabajaron de manera formal -es decir, aquellas personas que contaron con un contrato escrito- más de la mitad (50,5%) declaró haberlo hecho. De ese total, la informalidad es mayor en hombres (53,4%) que mujeres (46,3%).

Adriana Palomera, coordinadora del Centro de Estudios Migratorios de la Universidad de Santiago, explica que estas cifras se entienden, por un lado, dada el alza de la llegada irregular de los migrantes a Chile durante los últimos años.

“Cada vez resulta más difícil que una persona, hombre o mujer que ha ingresado por paso irregular logre avanzar hacia un trabajo formal, porque incluso la propia ley exige determinados mecanismos que lo impiden. Pero, además, la propia población se enfrenta al miedo de la expulsión o ser reconocido. Me parece que este porcentaje es alarmante, porque está hablando de un Chile que también se está construyendo en uno de los campos más importantes, como el laboral, a partir de la informalidad”, recalca.

En otra materia, el 39,3% de los encuestados dice contar con un nivel educacional superior, el 37,9% con educación medio/secundaria, 19,2% con nivel técnico y 3,6% con básico o primaria.

Se entiende que personas que llegan del extranjero no consigan un trabajo en lo que estudiaron, porque muchas veces el trámite de validación o convalidación de estudios en el extranjero es muy alto, a veces meses o años. Es por eso que ellos optan por un trabajo que sea fácil de aprender, rápido y que entregue una remuneración que les permita a ellos subsistir en una primera instancia”, menciona Aguirre.

En cuanto al tramo de ingresos por hogar alcanzado actualmente, el 62% de los encuestados del nivel más bajo de ingresos (menor o igual a $486.000) declaró haber tenido durante su primer empleo una ocupación informal. En tanto, de los encuestados que que declararon tener actualmente un ingreso del hogar entre $486.001 y $810.000, solo el 52,1% declaró haber tenido en su primer empleo en Chile una ocupación informal.

Las personas que detallaron un ingreso entre $810.001 y $ 1.360.000, el 37,1% afirmó haber tenido una ocupación informal en su primer empleo en el país. Mientras que quieres hoy perciben un ingreso por hogar entre $1.360.001 y $1.980.000, solo un 25% afirmó haber tenido un trabajo informal. La misma proporción (25%) de los encuestados que declararon tener un ingreso actual por hogar de $ 1.980.000 o más, sostuvo haber tenido una ocupación de tipo de informal.

Canales de ayuda

Frente a la manera en que la población migrante consigue su primer empleo, la investigación evidenció que el 57,8% de ellos lo hace a través de recomendaciones de amigos o familiares, mientras que quienes se informaron directamente con el empleador fue sólo de el 11,2%. En tanto, quienes lo hicieron a través de portales online de búsqueda de empleos fue sólo el 10,2%.

El 64,3% de los inmigrantes encuestados que utilizaron canales formales de búsqueda obtuvo un trabajo formal en su primer empleo en el país. En tanto, el 52,5% de quienes tuvieron una ocupación informal durante el primer empleo utilizaron canales informales de búsqueda.

Para Aguirre, aquí hay un punto de atención, pues, según señala, sería necesario que en Chile se desarrolle un sistema de capacitación que, por ejemplo, pueda ayudar a abrir el camino a las personas que llegan al país con aspiraciones de un primer empleo.

“Pareciera ser que no ha habido mucho apoyo en ese sentido. Y es algo que se está perdiendo, porque las personas que consiguen trabajo por los portales de empleo, ellos sí consiguen trabajos formales y con un contrato establecido. De esta forma habría menos informalidad si las personas supieran cómo postular de forma correcta a tales ofertas”, cerró el académico.

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