"Les puedo decir que tengo la conciencia absolutamente tranquila y serena", afirmó ayer el cardenal Ricardo Ezzati, en su homilía para el inicio del año pastoral 2019 de la Iglesia de Santiago. Al mediodía de Roma, y a las 8 horas de Santiago, el Vaticano hizo el anuncio oficial: el Papa Francisco aceptaba su renuncia como arzobispo y, en su lugar, como administrador apostólico, nombraba al obispo de Copiapó, Celestino Aós.
El pasado lunes 18, el nuncio apostólico, Ivo Scapolo, fue quien le comunicó a Ezzati la noticia. Al día siguiente, un correo enviado de parte del mismo Pontífice la confirmó: "Estoy cercano a la decisión de quien te suple. Gracias por mantenerte en este tiempo de desolación esperando el relevo", decía la misiva romana.
Los correos fueron revelados ayer por el propio cardenal, con el fin de aclarar que la decisión del Papa no se vinculaba con el rechazo de la solicitud de sobreseimiento por parte de la Corte de Apelaciones, en la causa en la que es investigado por supuesto encubrimiento de abusos a menores, que ocurrió este viernes, sino que había sido una cuestión definida con anterioridad.
El prelado se refirió ayer públicamente a esta decisión y al contexto eclesial en el que se retira de la arquidiócesis: "La conciencia y el dolor de los pecados cometidos por miembros de la comunidad eclesial nos avergüenzan y nos solicitan pedir perdón una y mil veces", dijo. Añadió que "no basta que a uno le digan que es encubridor, hay que probarlo, y yo estoy con la frente muy en alto, seguro de que se probará mi inocencia".
También reiteró que le solicitó a su defensa que pidiese día y hora para prestar declaración en la Fiscalía de O'Higgins.
Años turbulentos
La decisión se esperaba desde hace meses, tanto en Roma como en Santiago. En medio de la crisis de la Iglesia chilena, la figura de Ezzati fue cuestionada. Tanto laicos como sacerdotes reconocen que la comunidad se encuentra "dañada".
El cardenal llegó a la arquidiócesis en 2011, luego de haber sido arzobispo de Concepción, donde en 2010 desempeñó un valorado rol como mediador entre el gobierno y comuneros mapuches, entre ellos Héctor Llaitul, que llevaron a cabo una larga huelga de hambre.
Tras asumir el cargo en la arquidiócesis capitalina, la más grande del país, Ezzati lidió con complejos casos de abusos: desde dictar la sentencia desde la Congregación para la Doctrina de la Fe contra el expárroco de El Bosque Fernando Karadima, y aplicar la sanción canónica contra el exvicario de la Solidaridad Cristián Precht (por abusos), hasta las tres causas por las cuales actualmente está siendo investigado por la fiscalía, por eventual encubrimiento de Óscar Muñoz, Jorge Laplagne y Tito Rivera.