Fallecidos por influenza y neumonía suman 2.196: el 87% son personas con un promedio de edad de 80 años

De acuerdo a un nuevo reporte dado a conocer esta tarde por el Jefe de Epidemiología del Ministerio de Salud, Christian García, y Valentina Pino, coordinadora de la Campaña Invierno, durante la semana número 22, es decir, entre el 26 de mayo y el 1 de junio, la positividad de las muestras para virus respiratorios fue de un 53,3%, registro inferior al detectado la semana previa, que llegó a 54,5%.

El virus más detectado, sostuvo, sigue siendo la Influenza tipo A, con un 55,8% del total de detecciones (1.495 casos), cifrándose una baja respecto a la semana anterior (61,7%, con 1.872 detecciones).

En esta línea, el jefe de Epidemiología destacó que la cantidad de personas detectadas con uno o más virus “se redujo de 2.894 a 2.490, es decir, un descenso”.

“Estas señales de descenso son una buena noticia, pero no podemos relajarnos, tenemos que movilizarnos y seguir protegiéndonos, vacunarse y protegernos de la circulación de virus que seguirá siendo alta en las próximas semanas”, expresó García.

Junto con la Influenza, también circulan otros virus respiratorios, como el Rinovirus (22,1%), Adenovirus(7,5%), Parainfluenza (5,8%) y también el Virus Respiratorio Sincicial (VRS). Este último tiene una proporción de un 4,8% del total de detecciones, advirtió, lo que se traduce en un leve incremento.

“Es un aumento respecto a las semanas anteriores. Si bien se mantiene todavía en proporciones bajas, se ha mantenido y ha visto un incremento en las últimas semanas -ya en dos semanas seguidas- con más de 100 detecciones. Existen también otros virus como el Metaneumovirus o también el SARS-CoV-2, que sigue en una proporción baja al 1% del total de detecciones, con un 0,7%”, añadió.

Por otra parte, respecto a las defunciones por las infecciones respiratorias, junto con enviar las condolencias correspondientes a las familias que han sufrido la pérdida de un ser querido durante esta temporada, García indicó que para esta semana epidemiológica -con datos al lunes 3 de junio- se han reportado 2.196 defunciones por influenza y neumonía. Esta cifra, explicó, es similar a la misma fecha del año 2023, cuando se registraron 2.170 por estas causas.

El 87% de estas defunciones son personas mayores y el promedio de edad es de 80 años, añadió en su informe el jefe de Epidemiología.

Según detalló sobre esto García, este año se observó en las primeras semanas de mayo un incremento en las defunciones, llegando en la semana 21 a 263 defunciones. Por otra parte, la semana 22, entre el 26 de mayo y el 1 de junio, se reportó “una reducción importante” a 196, “lo que es concordante con la reducción que reporta la vigilancia del Instituto de Salud Pública”.

“Estas señales de descenso son una buena noticia, pero debemos mantener las medidas para protegernos, debido a que, a pesar de que la curva de casos disminuya, la cantidad de casos graves sigue siendo importante”, expresó. “Las personas seguirán enfermándose gravemente y necesitamos mantener las medidas de protección y de prevención. No debemos relajarnos”.

En esta línea, el jefe de Epidemiología indicó que se espera que en las próximas semanas la circulación “siga alta” y que pueda co-circular también con el Sincicial.

“Por eso, los llamamos a todas las medidas preventivas que ya conocen”, añadió, como el lavado de manos, el uso de pañuelos desechables, cubrirse con la parte interior del codo al toser o estornudar y el ventilar cuando sea posible. Asimismo, también reiteró la importancia del medicamento inyectable Nirsevimab contra el Sincicial, el cual está disponible de manera gratuita para los menores de 6 meses.

Respecto a la vacunación contra la influenza, García destacó que “ya hemos avanzado de manera importante con más de 7 millones 250 mil dosis administradas, con una cobertura de un 74,5% en la población objetivo”.

Sobre esto, García advirtió que las personas de 60 a 65 años -el nuevo grupo que se incluyó este año- presentan una cobertura ”un poco más baja” que los grupos de 65 años y más.

“Un parte de la explicación de esto es que las personas de 65 años y más estaban habituadas a ser el grupo llamado a vacunarse”, explicó.