"Cartilla de procedimientos ante la recepción de cartas, paquetes y encomiendas sospechosas de contener sustancias o elementos explosivos". Este es el protocolo que desde 2011 deben aplicar todas las comisarías y unidades policiales del país para evitar la detonación de un artefacto explosivo que haya sido enviado por correspondencia.
Las reglas, señalaron fuentes del caso, no fueron aplicadas por los funcionarios de la 54° Comisaría de Huechuraba, pese a que en el documento se fijaba el paso a paso de cómo recibir una encomienda.
El objetivo de la cartilla es ahondar en "la necesidad institucional de instruir y capacitar al personal responsable de recepcionar correspondencia, ante la presencia de elementos sospechosos". En una de sus consideraciones, Carabineros señala que "probablemente no se active un artefacto si no se manipula. Debemos recordar que el terrorista desconoce la hora y fecha en que el artefacto explosivo puede estar en poder de la víctima".
Más adelante, el texto pasa al punto "información importante ante una sospecha". Aquí se pide a los funcionarios "confirmar si el receptor esperaba este tipo de envío, conocer la forma o medio en que ha sido remitido, observar datos exteriores del contenedor".
Además, se advierte que "los envíos postales generalmente se activan por apertura". Justamente esto fue lo que ocurrió el jueves en Huechuraba.
El protocolo pide "nunca" "manipular antes de revisar la carta con equipos de apoyo (rayos X), doblar la correspondencia, presionar en caras ni abrir la correspondencia".
La cartilla fija que el paquete debía dejarse sin abrir, evacuar el lugar, comunicar a los mandos y dar aviso a especialistas, en caso de sospecha.