La tarde del domingo 23 de septiembre, Alejandro Castro (30) se encontraba en el patio de la Comisaría de Quintero, a la espera de la liberación de 15 personas que habían sido detenidas durante los enfrentamientos entre carabineros y un grupo de manifestantes, quienes marchaban por la crisis ambiental que vive la zona y que derivó en múltiples intoxicaciones de personas.
Según recuerda Carolina Orellana, amiga de Alejandro, mientras se producía la espera, un funcionario de Fuerzas Especiales de la Séptima Comisaría de Valparaíso se acercó al dirigente pesquero. "Alejandro Castro, te tenemos fichado (sic)", le habría dicho.
"Cada vez que terminaba en protestas, le llegaban mensajes de que la policía tenía sus datos", indicó su madre, Alejandra Castro.
La madrugada del jueves, tras participar de una protesta en Valparaíso, el dirigente fue encontrado muerto, colgando de un perfil metálico con los tirantes de una mochila, a un costado del Metro de Valparaíso. Las primeras pericias realizadas por la policía apuntan a que se trataría de un suicidio.
La interrogante apareció en la mañana de hoy, cuando el director general de la PDI, Héctor Espinosa, informó que se investigaban posibles amenazas contra el secretario del sindicato C-24 de pescadores y activista medioambiental de Quintero. "Vamos a trabajar para que las cosas se esclarezcan y se determinen las responsabilidades que correspondan. Efectivamente estaba amenazado", indicó la autoridad.
En sus palabras, Espinosa no relacionó una causa directa entre las amenazas y la muerte. No obstante, los dichos de la autoridad policial generaron una serie de interpretaciones, las que rápidamente tuvieron que ser aclaradas por el gobierno y la propia policía civil. Esta última, a través de un comunicado, enfatizó que la causa de muerte era asfixia por ahorcamiento y descartó una posible intervención de terceros, a partir de los exámenes que realizó el Servicio Médico Legal (SML). "En el examen externo policial no se observaron lesiones atribuibles a terceras personas, lo que fue corroborado por el SML tras la necropsia correspondiente", indica el comunicado.
Las declaraciones de Espinosa motivaron el llamado del subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, quien le solicitó precisar si existía una relación causal entre las amenazas y la muerte del dirigente. "Hay que ser muy conscientes, uno no puede contaminar este tipo de situaciones dramáticas con suposiciones. Hay que ser razonables y esperar la investigación que está en curso", dijo Ubilla.
En ello coincide Carolina Orellana: "La familia en primera instancia ha dicho que Alejandro se suicidó. Pero como existe una investigación, quieren tener el resultado de esta para estar tranquilos".
La depresión era un factor que convivía con Alejandro Castro. Ello, luego de que su hija recién nacida falleciera de muerte súbita. Sin embargo, según sus cercanos, era una etapa pasada, muy diferente a la que vivió en sus meses finales. "Lo último que supe de él fue un día antes de la protesta. Siempre estaba preocupada, pero no de que se iba a suicidar", señaló su madre.