Farmacias populares y comunales: Cuántas son y cómo operan en Chile

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El 15 de octubre la farmacia popular de Recoleta, la primera de su naturaleza, cumplirá cuatro años, en medio del debate por el incumplimiento de las cadenas privadas de la ley de bioequivalentes. Aquí te explicamos la diferencia entre un establecimiento comunal y uno popular, y cómo es el funcionamiento de estas farmacias que van al alza en el país.


Ciento cuarenta y cinto farmacias populares o comunales hay en la actualidad a nivel nacional. La primera de ellas nació el 15 de octubre de 2015 en Recoleta, siendo recreada luego en otras zonas del país, como San Ramón, Viña del Mar, Buin y Concepción. Las últimas en sumarse, en tanto, han sido Zapallar, San ClementeCurepto, Paillaco, Tierra Amarilla; Cerro Navia, Chile Chico, Lebú, Renaico y Máfil.

El lunes recién pasado, el gobierno dio a conocer el Plan Nacional de Medicamentos que incluye 30 medidas, entre ellas la instalación de farmacias comunales en las zonas que no cuentan con establecimientos comerciales de este tipo. Esto, para combatir los altos precios de los remedios en el sector privado, además del afrontar el incumplimiento de algunas cadenas respecto a la disponibilidad de los bioequivalentes.

De hecho, esta semana -y tras el anuncio-, el Instituto de Salud Pública (ISP) inició la fiscalización en las cadenas farmaceúticas para asegurar que cumplan con la normativa que exige que cuenten con dicho stock.

Inicios y pronunciamiento de Contraloría

El inicio de los establecimientos comunales -que comenzó en 2015 con Recoleta- debió sortear un año después la determinación de Contraloría sobre la legalidad de las farmacias populares. Esto, luego de que en 2016 la Municipalidad de Panguipulli pidiera un pronunciamiento del organismo al respecto.

En el documento se indicaba que el municipio pidió un "pronunciamiento en relación con la procedencia jurídica de que los municipios expendan medicamentos a la ciudadanía a través de farmacias administradas por ellos, ya sea directamente o en virtud de su participación en corporaciones municipales".

Contraloría indicó que "es procedente que a través de la farmacia del consultorio municipal de la comuna de Panguipulli se vendan medicamentos a los beneficiarios que se encuentran inscritos, en la medida, por cierto, que ello se haga con el propósito de facilitar su acceso a dichos productos farmacéuticos y sin fines comerciales, y ajustándose a la normativa que rige el arancel respectivo y a las demás pautas fijadas por el presente pronunciamiento".

Así partió, ya con confianza, un boom farmacéutico popular y también comunal. Porque no todas estas iniciativas tienen el mismo financiamiento.

Su financiamiento

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La diferencia entre las farmacias populares y comunales es su financiamiento. De esta manera, las "populares" responden al modelo en que el municipio asume el costo dentro del gasto en salud, que corresponde a los costos operaciones del recinto, es decir, se tranza el valor de costo del medicamento y no la utilidad.

"Comerciamos con Cenabast como proveedor principal y complementamos con laboratorios lo que Cenabast no ofrece", explica el alcalde de Recoleta y presidente de Asociación Chilena de Farmacias Populares (Achifarp), Daniel Jadue,

Esto se traduce en que cada centro de salud fija una especie de "carro de compra" de los productos que necesita y hace llegar dicha lista a la Central de Abastecimiento del Sistema Nacional de Servicios de Salud (Cenabast), organismo que a través del proceso de intermediación compra a los laboratorios. Luego, Cenabast o los mismos laboratorios distribuyen los insumos a los centros de salud y facturan directamente con estos últimos.

Por otro lado, estas farmacias tienen además convenio con organismos internacionales y otros gobiernos, como Cuba, además de lazos con laboratorios de España.

Actualmente, el trato de farmacias comunales con laboratorios es el mismo que reciben otras farmacias, sean de cadena o independientes. Estos recintos acceden a un mismo listado de precios y las diferencias que se pueden dar son sólo en función de las políticas de descuento, ya sean por pronto pago o compra en volumen.

En tanto, las farmacias comunales, dentro de las cuales destaca Las Condes, establecen un convenio con las cadenas farmacéuticas para dar stock a un grupo de medicamentos o tratos directos con laboratorios, y eso significa que deban negociar precios de compra que están sujetos a discriminaciones dadas por volumen u otros esquemas.

Los medicamentos que se sumaron

La Achifarp inscribió cinco medicamentos en el Instituto de Salud Pública (ISP) para traerlos desde el extranjero y entregarlos a precios más bajos de lo que los obtiene la Cenabast.

La inscripción en el ISP -que es el requisito legal para importar y comercializar medicamentos en Chile- permitirá importar desde laboratorios españoles, de Barcelona específicamente, la Duloxetina de 30 mg, la Duloxetina de 60 mg, la Memantina de 10 mg, la Quetiapina de 100 mg y el Enalapril + hctz 20/12,5.

Medicamentos genéricos fabricados en Barcelona, donde están autorizados, son comercializados y poseen estudios de bioequivalencia. Remedios que tiene un alta demanda y a la vez un mayor quiebre de stock en Cenabast.

Sobre el desarrollo de las farmacias comunales a cuatro años de su implementación, Jadue hizo un balance con La Tercera asegurando que "es tremendamente exitoso, si uno recuerda y hace una línea de corte y evalúa el tiempo anterior a estas farmacias y el tiempo posterior, nunca habíamos visto tanta discusión de los precios, políticas públicas conectadas a los precios". 

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