El alcalde de Santiago, Felipe Alessandri, quien hizo campaña por el Apruebo en los últimos meses, afirma que el inicio de la redacción de una nueva Carta Magna podría ayudar a dar tranquilidad a la población. “Espero que no haya espacio para la violencia; este proceso se ha encauzado”, subraya el abogado RN.

¿Cómo ve el resultado del 79,8% por el Apruebo en su comuna?

Era esperable el resultado. Yo recorro los barrios y en diciembre pasado se hicieron conversatorios, donde la gente planteó la necesidad de embarcarnos en una nueva Constitución, porque la del 80 estaba agotada a juicio de la inmensa mayoría. Esto es sano para el país y hoy estamos más que maduros: somos capaces de ponernos de acuerdo, elegir buenos constituyentes y sacar una nueva Constitución.

¿Hasta qué punto la derecha está de acuerdo en cambiar las bases de la Constitución?

En febrero de este año dije que estaba por el Apruebo y que no estaba de acuerdo con las personas que no quieren cambiar nada. Son distintas miradas, quizás de una derecha más dogmática frente a una derecha más social, de la que yo me siento parte. Entendemos este sentir ciudadano y ya pasado el plebiscito de ayer, son pocos los matices respecto de la Constitución que queremos: tenemos que hacer grandes esfuerzos de unirnos todos, más allá de las fronteras de Chile Vamos. Me ampliaría para llevar muy buenos constituyentes a la convención. Queremos que sea gente representativa, caras nuevas, con más o menos experiencia, pero que sean representativas. En ese sentido, los que estuvieron por el Rechazo y los que estuvimos desde el inicio por el Apruebo tenemos un modelo de Constitución muy parecido, a diferencia de la izquierda o la centroizquierda, que tienen varios modelos de Constitución. Si hacemos las cosas bien y logramos conducir la amistad cívica entre los partidos, la derecha más social y la derecha pura y dura, podemos influir en la redacción de la Constitución.

¿Se deben consagrar derechos como la vivienda o el agua en la nueva Carta Fundamental?

Claramente, esos derechos se deben discutir. Pero esta no es una carta en blanco. Estamos basándonos en tratados internacionales, en la separación de poderes, y frente a eso uno puede agregar elementos. Tenemos que ver qué nos pide la ciudadanía, como la vivienda, pero que no sea letra muerta, porque ahí se nos puede generar un malestar ciudadano mayor que el de 2019. No porque se establezca en la Constitución el derecho a una vivienda digna eso va a ocurrir. El derecho a propiedad tiene que estar plasmado y garantizado, como la independencia del Banco Central. Y, después, ver otros temas que nos convoquen como sector.

¿Qué le pareció la votación en la zona oriente por el Rechazo?

Creo que estas tres comunas (Las Condes, Vitacura y Lo Barnechea), que tienen ingresos municipales más altos que el resto de Chile, que concentran mayor riqueza, demuestran la desconexión con el Chile real. Esto también es un llamado a la sociedad: que la gente que tiene mayores ingresos sea capaz de salir a mirar las comunas del lado e involucrarse con el devenir del país desde su mirada. No los queremos excluir, sino que incluir. Todos queremos que Chile avance. La invitación que hago es a que se involucren, que no dejen que otros sean constituyentes, que no dejen que otros sean parlamentarios, alcaldes o concejales. Que se involucren, que den batallas. Siento que mucha gente se aisló del devenir nacional; se preocuparon de su bienestar, del de su familia, lo que es legítimo, pero perdieron la vista de qué pasaba con el resto del país. Parte del estallido social es consecuencia de eso.

¿Cuál es el perfil de quienes deben ser constituyentes?

Creo que Chile es multicultural, muy distinto, y los constituyentes tienen que representar esa diversidad. Debe haber gente de la calle, personas que nunca han estado en política y otros que sí han estado. Pienso que un nombre es el exalcalde Raúl Alcaíno y otros que irán saliendo en el camino.

¿Por qué en los alcaldes surgió tan fuerte el Apruebo?

El Parlamento no goza del sentimiento ciudadano y los alcaldes hemos demostrado, con el estallido social, que estábamos allí, y luego con la pandemia. Somos las autoridades con las que la gente se encuentra en los barrios, en los centros de salud, en las ferias. Somos los que recibimos los reclamos, los que siempre sorteamos las dificultades.

¿La violencia podría empañar el proceso que viene?

La violencia le ha pegado muy fuerte a esta comuna. Hay barrios que están afectados y que no resisten más violencia. Yo no voy a dejar que Santiago se transforme en zona de sacrificio, y fui muy duro con el gobierno cuando dije que había un Estado contemplativo. Hay comercio que ha bajado sus cortinas. Hay vecinos que han optado por irse. No podemos normalizar la violencia. Anoche, tras la celebración, hubo saqueos, destrucción de semáforos, señalética destruida y un robo a un centro de salud. Eso no puede pasar.

¿Se podría descomprimir el ambiente en esta nueva fase?

Espero que después del proceso, que fue un éxito, esta olla a presión vaya decantando y que no haya espacio para la violencia. Este proceso se ha encauzado, ya hay plazos definidos. Si hay descolgados, violentistas, terroristas de la ciudad que creen que la violencia es el camino, espero que se ejerza la legítima fuerza que en democracia se les da a los organismos encargados, como el Ministerio del Interior y las policías. Y que haya un respaldo ciudadano para el control del orden público. Nadie puede vivir en una situación de guerra. Sacaré la voz cuando sea necesario.

¿Cómo ve la etapa que viene?

Anhelo que este proceso se desarrolle en paz, sin presiones. Que quienes sean constituyentes puedan hacer su trabajo tranquilos, sin amenazas. Para eso requerimos un pacto social, que todos votemos en forma tranquila.

¿Cuáles son sus prioridades para 2021 en la comuna?

Comenzaremos con el recambio masivo de las luminarias al sistema led. Nos han pedido más seguridad. Instalamos 300 cámaras de vigilancia, arreglamos veredas, estamos haciendo una plaza deportiva en el Parque Almagro, zonas recreativas caninas y dos centros de salud, en el sector Matta y en Yungay.