El nombre de Luis Hermosilla es ampliamente conocido en el mundo del Derecho. Su larga carrera en defensoría de casos emblemáticos y sus vínculos con la política lo han llevado a posicionarse en el sector.
Hoy está en el centro de la polémica luego de que Ciper Chile revelara el martes un audio en el que se vincula al profesional en el pago de coimas a funcionarios del Servicio de Impuestos Internos (SII) y la Comisión para el Mercado Financiero (CMF), con el objetivo de obtener información privilegiada en beneficio del empresario Daniel Sauer, controlador del factoring Factop y de la corredora de bolsa STF.
La situación generó que la Fiscalía Metropolitana Oriente abriera una investigación penal de oficio en contra de Hermosilla, mientras que el Colegio de Abogados inició su propia investigación para dilucidar el actuar del profesional.
A esto se suma la decisión del SII de presentar una denuncia por delitos de cohecho ante el Ministerio Público.
La historia de Hermosilla parte en 1956, año de su nacimiento. Ya entrando a su adolescencia, cursó parte de su enseñanza escolar en el Instituto Nacional, lugar de donde salió destacado como el mejor alumno de su generación.
Tras su etapa secundaria, en 1974 ingresó a estudiar Derecho en la Pontificia Universidad Católica de Chile. Allí generó lazos con sus compañeros de generación, el presidente del Senado Juan Antonio Coloma (UDI), el exministro del Interior, Andrés Chadwick (UDI) y José Miguel Olivares. Allí también conoció a Jaime Guzmán, quien era su profesor.
Tras su titulación en 1980, Hermosilla comenzó a colaborar en la Vicaría de la Solidaridad del Arzobispado de Santiago, allí asesoró a la familia de José Manuel Parada, en el marco del caso Degollados. En ese lugar conoció también al exministro de Justicia del primer gobierno de Michelle Bachelet, Isidro Solís, este último aseguró esta mañana que ambos son amigos.
En 1986 el abogado dejó la Vicaría para centrarse en su estudio Hermosilla y Cía. A partir de ese entonces, el jurista comenzó a tomar una seguidilla de casos emblemáticos en el país.
En 1996, a petición de su amigo Chadwick, el abogado tomó la representación de la familia de Jaime Guzmán, tras el asesinato del fundador de la Unión Demócrata Independiente (UDI).
En 2004 Hermosilla defendió al exfutbolista Iván Zamorano en una querella por injurias y calumnias en contra de Ítalo Passalacqua, luego que el comunicador insinuara en televisión que el deportista era homosexual, todo ello tras su ruptura con María Eugenia Larraín.
Más tarde tomó la defensa del empresario Claudio Spiniak, quien fue condenado por liderar una red de pederastia y, en 2019, representó al sacerdote John O’Reilly, condenado por abuso sexual en contra de una menor de edad del Colegio Cumbres.
Sus vínculos con la política
Los primeros acercamientos de Hermosilla con el mundo político fueron en los años 70, cuando mientras se encontraba cursando la educación secundaria, a los 14 años, se unió a las Juventudes Comunistas. Con el correr de los años, los caminos del abogado han estado marcados por la transversalidad.
En 1999 apoyó la candidatura presidencial de Joaquín Lavín, quien se enfrentaba a Ricardo Lagos.
En 2018 fue asesor legal del Ministerio del Interior durante la administración Sebastián Piñera, representando al gobierno en las querellas por la muerte de Camilo Catrillanca.
Representó también al Ejecutivo en el caso Luchsinger-Mackay.
En 2019 defendió al entonces ministro del Interior y su amigo, Andrés Chadwick, ante la acusación constitucional presentada en su contra, la misma que fue respaldada en el Congreso, inhabilitando al exsecretario de Estado a ejercer cargos públicos por cinco años.
Este 2023, Hermosilla asumió un nuevo rol en la defensa de una figura política. En el marco del lío de platas, el abogado tomó la defensa del jefe de asesores de la Presidencia, Miguel Crispi. Sin embargo, el vínculo con el exdiputado se quebró luego que estallara la situación con el audio.