Tras 12 días de búsqueda, el pasado martes la Fiscalía de Viña del Mar confirmó que el cuerpo hallado en los roqueríos cercanos al Casino de la Ciudad Jardín correspondía a Anahí Espíndola, la joven de 22 años, cuya pista se perdió el pasado 4 de enero en la noche, tras salir de un gimnasio de la Ciudad Jardín.
Y la confirmación de su deceso se abrió una nueva etapa investigativa en el caso, con el fin de determinar las circunstancias en que se produjo su fallecimiento.
Y ya ese mismo martes, el jefe de la Región de Valparaíso de la PDI, prefecto inspector Guillermo Gálvez, indicaba al respecto que “no hay ninguna hipótesis que se pueda descartar, pero se están realizando todas las pericias para poder llegar a la verdad y establecer definitivamente el hecho”.
Asimismo, aseguraba que “la causa todavía está en calidad de reservada, por lo tanto, no se pueden entregar mayores antecedentes de los caminos que se están utilizando para llegar a establecer las circunstancias en que falleció Anahí”.
Y en este escenario, desde el hallazgo el Ministerio Público no se había pronunciado sobre la posible causa de muerte de la joven. Hasta esta jornada.
En declaraciones a la prensa, la fiscal regional de Valparaíso, Claudia Perivancich, indicó que al cuerpo de Anahí se le continuaron realizando exámenes para determinar cómo ocurrió su deceso.
“Por ahora, lo que estamos esperando es el resultado científico de la causa de muerte”, afirmó la persecutora.
Sin embargo, destacó que “yo no voy a elucubrar sobre la causa de muerte, pero ninguno de los antecedentes que tenemos en la investigación nos permite siquiera presumir que haya intervención de terceros”.
Consultada sobre si se baraja la posibilidad de que el deceso haya correspondido a un accidente, la fiscal señaló: “Esa es una posibilidad”.