Un aumento del 69% en los hechos de violencia rural en 2020, respecto del año anterior, informó esta jornada la Fiscalía de La Araucanía en su balance anual.
La rendición de cuentas, a cargo del fiscal regional, Cristián Paredes, tuvo un énfasis especial en este tipo de ilícitos.
Es así como se detalló que en 2019 se registraron 72 hechos ligados a la violencia rural, cifra que aumentó -pese a la pandemia del coronavirus- a 122 en 2020, y que de estos el 75% se producía en la provincia de Malleco.
Por otro lado, el persecutor informó que en 2020 se registraron cuatro homicidios ligados a esta materia y que en lo que va del 2021 ya se han producido dos.
“No podemos normalizar el homicidio de seis personas en el lapso de un año. Y como Fiscalía debemos separar aguas. El resguardo de la seguridad pública es materia que compete a otros órganos del Estado. Nuestra labor por definición es siempre posterior a la desgracia”, aseguró Paredes.
En ese sentido hizo alusión a la labor del Ministerio Público y tuvo palabras para el cuestionado operativo realizado hace algunos días en la comunidad de Temucuicui y que terminó con un detective de la PDI fallecido.
“No es entendible tampoco que estos hechos pretendan ser legitimados por algunos sectores como una expresión de un conflicto social y que un operativo, como el desarrollado por la PDI en Temucuicui, trate de ser minimizado en su relevancia o se ponga en duda enmascarando la actividad delictual de algunos en demandas territoriales”, señaló.
Por lo mismo aseguró que “no resulta serio, no resulta responsable que se tejan teorías conspirativas apresurada y livianamente”.
Paredes detalló, además, que en 2020 el Ministerio Público de La Araucanía logró condenar a 44 imputados vinculados a la violencia rural, siete de ellos por delitos de alta connotación.
En ese sentido, abordó el tema de fondo de la violencia rural, y aseguró que “no es serio endosar a la Fiscalía o a las policías la resolución de un problema que se arrastra por décadas, que tiene connotaciones políticas, económicas, sociales y culturales en la relación que ha construido el Estado de Chile con el pueblo Mapuche”.