En 2004, cuando el Ministerio Público recién comenzaba a formar sus equipos, luego de instaurada la Reforma Procesal Penal, se levantó la primera estadística sobre los delitos que se investigaban por parte del ente persecutor en territorio nacional. Allí, figuró por primera vez una cifra que decía relación con las causas de delitos sexuales, y que entonces alcanzaban 8.247 casos en total en todo el país.
Hoy, 15 años después de esos más de ocho mil casos, el contexto y las cifras han cambiado: entre el 1 de enero y el 30 de abril de este año, según cifras de la Fiscalía Nacional, hay 9.544 causas de delitos sexuales ingresadas en el sistema del Ministerio Público, lo que marca una inclinación al alza durante el último tiempo, en que las denuncias públicas por casos de abusos han ido en aumento y el movimiento #MeToo es una tendencia mundial.
En un oficio enviado por la Fiscalía Nacional al Congreso se señaló que el 2018 fue el año con más ingresos de causas por delitos sexuales en la historia de la Reforma Procesal Penal.
La Tercera revisó los boletines estadísticos del Ministerio Público, entre 2004 y 2018, y efectivamente el alza advertida es brusca. El año pasado se ingresaron 28.132 casos de delitos sexuales en la fiscalía; en 2017, 22.766; y en 2016, 20.997.
Ymay Ortiz, directora de Derechos Humanos, Violencia de Género y Delitos Sexuales de la Fiscalía Nacional, explicó que "el aumento reportado en los ingresos no debe ser entendido necesariamente como un alza en la comisión de estos delitos, sino que podría explicarse por una mayor disposición a la denuncia, sobre todo si se consideran variables contextuales que traen aparejada una mayor visibilización de un fenómeno que, usualmente, permanece circunscrito a la esfera del secreto y lo privado".
En el ente persecutor creen que el contexto social del último año ha sido un punto fundamental para motivar a las víctimas a denunciar cualquier tipo de conducta vinculada a presuntos ilícitos sexuales.
"El movimiento feminista, la discusión al interior de las universidades sobre el acoso sexual y otros fenómenos vinculados, que han sido ampliamente tratados por los medios de comunicación, pueden ser factores que han incidido en el aumento de ingresos al sistema penal, debido a la mayor posibilidad de las víctimas de reconocerse como tales, y un mayor empoderamiento para denunciar las propias experiencias de victimización", señaló Ortiz.
De esta manera, la tendencia desde 2004 a la fecha casi siempre ha sido al alza. Y, al comparar porcentualmente los últimos ocho años, la investigación de estas causas por parte del Ministerio Público aumentó en un 58,3%.
Cifra negra
Sin embargo, además del alza de causas ingresadas en la fiscalía, el Ministerio Público advirtió sobre la existencia de una cifra negra en este tipo de delitos.
En un oficio remitido al Congreso, la fiscalía indicó que "los estudios nacionales e internacionales sobre victimización sexual indican que la gran mayoría de los delitos sexuales no son develados por parte de las víctimas y menos aún conocidos por el sistema de justicia penal".
Y se concluye que esto constituye un grave problema, dado que la falta de denuncia puede permitir la reiteración de las conductas abusivas o poner en riesgo a otras posibles víctimas.
Esta cifra de casos variaría entre un 70% a un 90% de los delitos cometidos, variación que se explica, según la fiscalía, por el vínculo que generalmente se da entre la víctima y el agresor.
Para el director de la Fundación Para la Confianza, José Andrés Murillo, el hecho de que se denuncien 28 mil casos es poco. "Es la punta de iceberg al lado de la realidad que nosotros vemos en la comunidad en general. La cifra negra es enorme, aún no se sabe cuántos delitos de este tipo se comenten exactamente", dijo. Murillo cuenta que la última investigación que hicieron en la fundación daba cuenta de que el 30 % de los adultos en Santiago había sido víctima de algún abuso sexual durante la infancia, y solamente un 4, 5% de ellos había denunciado ante la justicia. Por ello, el doctor en Filosofía, y uno de los denunciantes de Fernando Karadima, concluye que resta mucho trabajo por delante.