Viajes a Estados Unidos, cirugías plásticas, más de 10 automóviles, siete casas y hasta una animita con ar- tículos de lujo. Así era la vida de una de las bandas de narcotráfico más poderosas del sector oriente de Santiago, denominada "Los Lobos". Sin embargo, hoy no tiene nada. Desde la semana pasada que su realidad se alejó de los bienes "exclusivos": la Fiscalía Oriente los despojó de todos sus bienes, incluidas las residencias que habitan sus familiares.

Fue en 2017 cuando el fiscal Miguel Ángel Orellana, en conjunto con el OS-7 de Carabineros, lideró un amplio operativo en la población Santa Julia, en Macul. Allí se encontraron con un alto estándar de vida de los integrantes de esta banda criminal, desarticulando al núcleo duro del grupo y arrestando a 13 personas.

Dos años después, con condenas de por medio, la Fiscalía Oriente hizo una última jugada, al investigar el patrimonio de la banda, demostrando que sus bienes inmuebles habían sido adquiridos con recursos provenientes del narcotráfico, y que en estas residencias también se comercializaba la droga ilícita.

Este paso fue decisivo. Para el fiscal regional Oriente Manuel Guerra, este método podría ser replicado en todas las investigaciones de tráfico de drogas donde se detecte un alto patrimonio de las bandas criminales.

"La sola incautación de drogas no ayuda a solucionar el problema del tráfico y la única forma de lograr desarticular organizaciones es cuando les atacas el patrimonio. Bajo esta lógica, la premisa es una: buscamos la ruina económica de los traficantes", señaló el persecutor Guerra.

En esa misma línea, explicó que "puede irse preso el imputado por tráfico, puede irse presa su familia, pero en la medida en que cuenten con capital en la calle, pueden seguir traficando, continúan operando a través de las personas que trabajan con ellos, palos blancos o testaferros".

Esta banda no será la única a la que se le despoje de sus bienes. También la fiscalía logró la expropiación de dos casas y una parcela, ubicada en Curacaví, de otra organización criminal que operaba en Peñalolén.

En ese sentido, las proyecciones que hace el fiscal Guerra dan cuenta de que para el próximo año se espera duplicar la cantidad de bienes expropiados a narcotraficantes, llegando eventualmente a los 20 casos.

El jefe del OS-7, coronel Manuel Cifuentes, explicó que "las investigaciones generalmente se centran en dos focos: las grandes organizaciones, quienes ingresan la droga por el norte, y el microtráfico, que es la comercialización de la droga en los barrios; entonces, estaba quedando algo al medio, quienes se quedaban con el patrimonio del negocio. Acá están los autos, las casas, las cuentas bancarias, los depósitos a plazo, es decir, lo que los sostiene, y es ahí donde hay que atacar".

El OS-7 está trabajando con este método, junto a la Fiscalía Oriente y también con la Fiscalía Sur. Por eso, se intervendrán ocho sectores definidos como "prioritarios" en la Región Metropolitana: cuatro en la zona sur y cuatro en la zona oriente, donde operan ostentosas bandas de narcotraficantes.

Más recursos

Como las proyecciones que se hacen por parte del Ministerio Público y Carabineros son ambiciosas, lo que se está gestionando es una inyección de recursos.

El Ministerio del Interior ya tiene en estudio la solicitud de apoyo de la fiscalía y la policía para dotarlos de más herramientas, de modo de proyectar lo que se está haciendo en la zona oriente a otras comunas del país.

El subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, explicó que "el esfuerzo apunta a ir un paso más allá y quitarles el patrimonio a estas bandas, ya que el dinero que consiguen estas organizaciones, que muchas veces son clanes familiares, lo usan para adquirir propiedades y autos".

Ubilla, al igual que el fiscal Guerra, también es enfático: "Nos hemos propuesto como desafío quitarles el patrimonio a los narcotraficantes, los vamos a sacar de las poblaciones, les vamos a quitar legalmente las propiedades y los vehículos que consiguen con dineros de sus actividades ilícitas".