La Escuela de Fonoaudiología de la Universidad de Valparaíso y el Departamento de Fonoaudiología de la Universidad de Chile expresaron su total rechazo a la adqusición y uso de disuasivos acústicos para el control de manifestaciones masivas por parte de Carabineros.
"Estas armas sónicas emiten sonidos sobre los niveles permitidos o considerados seguros, los que generan severos daños en la audición de las personas expuestas", plantearon los fonouadiólogos de ambos planteles estatales en una declaración conjunta, acotando que la consecuencia más grave del eventual uso de estos artefactos es la "pérdida auditiva irreversibe".
Esto, luego de que el subsecretario del Interior, Rodrigo Ubilla, informara que se estudiará la adquisición de armas no letales para fortalecer la capacidad de respuesta de la policía uniformada ante incidentes en manifestaciones. Esto considerando el alto uso de gases y bombas lacrimógenas en más de 6 mil hechos violentos reportados por Interior desde el estallido social del 18 de octubre. El gobierno buscará asesoría de cuerpos policiacos internacionales respecto de alternativas como el gas pimienta, tintes para el carro lanzaguas y los disuasivos acústicos.
Uno de estos aparatos debutó en Chile el 11 de septiembre de 2008 cuando se enfrentó una protesta en la población Lo Hermida de Peñalolén con el carro de ultrasonido llamado Long Range Acoustic Device (LRAD), Dispositivo Acústico de Largo Alcance, que emite ondas de alta frecuencia.
Las comunidades académicas de Fonoaudiología de las universidades de Chile y Valparaíso llamaron a la autoridad a reconsiderar "el uso de dispositivos que generen consecuencias irreparables en la salud de chilenos y chilenas, con especial énfasis en aquellos de gran alcance y que pueden generar daños masivos".