Homicidio calificado, aborto e inhumación ilegal. Estos fueron los delitos por los que la Fiscalía Centro Norte formalizó a Felipe Rojas Lobos, presunto asesino de la joven embarazada, Fernanda Maciel, esta mañana en el Segundo Juzgado de Garantía de Santiago.
Durante la audiencia, el Ministerio Público entregó una serie de nuevos antecedentes que dan cuenta de cómo se produjo la desaparición de la joven, y su posterior homicidio, a manos de Rojas, quien es el principal sospechoso del crimen.
De acuerdo a lo reconstituido por las fiscales Patricia Varas y Macarena Cañas, el 10 de febrero de 2018, Rojas estranguló a Maciel con una tela, sabiendo que ella estaba embarazada, motivo por el que provocó la muerte dela joven de 21 años y de su feto de 7 meses.
Posteriormente enterró el cuerpo, lo depositó en un género, y lo tapó con cal, y finalmente, con cemento.
La declaración clave
Además de la información sobre la muerte de la joven, la fiscalía detalló el relato de la mujer que delató a Rojas, y por quien se produjo la pericia con la que se descubrió el cadáver de Maciel el pasado lunes.
El pasado 23 de junio se le tomó declaración a la expareja del imputado. Durante ese interrogatorio, la mujer dio a conocer que él había enterrado el cuerpo de la víctima en la bodega. Afirmó que ella había resbalado y se había golpeado en la cabeza con la punta de un mueble.
Luego, Rojas le dijo que Maciel estaba sufriendo convulsiones y que la víctima "se fue", dando a entender que había muerto. Cuando la mujer le preguntó por qué no había ido a buscar ayuda, él sostuvo que estaba muy drogado y que no sabía qué hacer. Según lo que le señaló a su expareja, Rojas hizo un hoyo con sus manos y enterró el cuerpo. Posteriormente, formateó el celular de la víctima y lo fue a vender a un persa.
El hallazgo del cadáver de Fernanda Maciel
El Ministerio Público también entregó detalles sobre la forma en la que encontraron el cuerpo de Maciel. Luego de cavar sobre el lugar que se les había indicado, la encontraron con un trozo de tela en el cuello, el que además de cubrirla en esa zona, la tenía amarrada de las manos. Su vestido estaba rajado a la altura del pecho y levantado, de manera que el cadáver se encontraba semi desnudo.
Los informes dieron cuenta que no se sostenía la versión del imputado del golpe en la cabeza, ya que el cuerpo no presentaba golpes en dicha área, como fracturas de cráneo. No obstante, el cuello tenía marcas de estrangulamiento.