El 22 de mayo se cumple un año del suicidio de Katy Winter Zamorano (16), quien era alumna del colegio Nido de Águilas y que en el fin de semana previo a su muerte fue denostada tras asistir a una fiesta de cumpleaños en Mokaii Club, organizada por alumnos mayores, donde besó a un escolar que pololeaba con otra alumna. Los insultos se concentraron en un sitio de internet denominado Millard Forso, administrado por estudiantes, que fue eliminado, pero de la que quedaron múltiples rastros.
El caso implicó la apertura de una investigación de la Superintendencia de Educación, cuya fiscalía determinó el 6 de mayo formular cargos en contra del recinto educacional de Lo Barnechea. "El establecimiento cuenta con reglamento interno no ajustado a la normativa vigente", es la imputación que se realiza tras meses de investigación y en virtud de los artículos 66 y 70 de la Ley 20.529.
En el proceso interno de la Superintendencia, la formulación de cargos es la fase final respecto de la denuncia interpuesta el 28 de mayo de 2018 por la familia de Winter.
Desde la notificación, el Nido de Águilas y los papás de Katy -Evanyely Zamorano y Emanuel Pacheco-, cuentan con 10 días, prorrogables por otros 5, para sus descargos. Después de ello, se establecen las sanciones. Lo más probable, dada la falta atribuida, es que se consideren multas en UTM.
El caso
La determinación de la Superintendencia -que equivale al hito de formalización en el Ministerio Público- se da luego que, en una primera etapa, se considerara como válida la investigación interna del recinto y se concluyera que no hubo infracción a las normas, por lo que sólo se entregaron recomendaciones para que el colegio mejorara sus protocolos y canales de denuncia y actualizara las sanciones para el bullying y ciberbullying.
Tras ello, Zamorano y Pacheco presentaron pruebas de la existencia de páginas de confesiones aún abiertas, similares a Millard Forso, donde se descalificaba a menores de edad, lo que indicaba una conducta precedente a la que afectó a su hija.
De esta acción de los padres de Winter se desprendieron dos acciones: el 25 de febrero la Superintendencia envió a Fiscalía los nuevos datos, por lo que personal de la institución acudió a pesquisar en terreno la situación en el colegio.
Si bien se desestimó el grueso de la información aportada por los denunciantes, sí se detectaron otros problemas, derivados del caso de Katy y que hace referencia a fallas relevantes posteriores al suicidio de la menor, pero que están consideradas dentro de la investigación original por ciberbullyng.
En particular se trata de incumplimientos la circular 482 del 20 de junio de 2018 en que se consignan los contenidos mínimos que debe tener un Reglamento Interno sobre maltrato e incorpora como nuevas temáticas los protocolos de acción y prevención ante agresiones sexuales y situaciones relacionadas con drogas y alcohol.
Por lo mismo, el colegio buscará que se separen los hallazgos por los que podrían ser sancionados.
El abogado Hernán Fernández Rojas, quien representa a la familia de Winter en la causa penal abierta en la Fiscalía Metropolitana Oriente, valoró la resolución de la Superintendencia de Educación: "Toma en consideración nuevos antecedentes, demuestra que el colegio debe respetar la normativa educacional y constitucional y debe prevenir hechos tan graves como los que causaron el maltrato a Katy".
Desde la Superintendencia declinaron referirse al tema. Y en el Nido de Águilas informaron que no harán comentarios hasta que el proceso esté cerrado.