A fin de mes estaría vigente el decreto que reabrirá las fronteras y permitirá el ingreso a turistas de todo el mundo. Esto, acompañado de un protocolo del Ministerio de Salud que establecerá una serie de controles y medidas de seguridad para evitar un aumento de los contagios por coronavirus.
Actualmente -y desde el 17 de marzo-, las fronteras se encuentran cerradas para viajes no esenciales. Solo pueden entrar chilenos y extranjeros con residencia establecida, a lo que se suman algunos criterios especiales que deben ser visados por la Seremi de Salud: emergencias personales o familiares, condiciones de salud o situaciones laborales, entre otras.
Según la subsecretaria de Salud Pública, Paula Daza, el plan que desarrolla la cartera considera una apertura gradual, por lo que en esta fase solo se levantará la barrera aérea internacional a través del Aeropuerto Arturo Merino Benítez, mientras que el resto de las fronteras seguirán cerradas.
Eso sí, no habrá restricción al origen de los visitantes y podrán viajar desde cualquier lugar del mundo, independiente de la situación epidemiológica de su país.
Como medida de seguridad, los visitantes, antes de embarcarse a Chile, deberán llenar una declaración jurada que detalle su origen y destino, así como su condición de salud y la eventual presencia de síntomas atribuibles al Covid-19. También se les pedirá un examen PCR con resultado negativo, cuya antigüedad sea menor a 72 horas desde la toma de muestra, en un laboratorio reconocido por la autoridad sanitaria local.
Los visitantes no tendrán que hacer cuarentena y podrán hacer turismo libremente, pero serán controlados a través de una aplicación que monitoreará sus síntomas. “Lo más importante es el principio de trazabilidad y tenemos que tenerlo muy bien implementado antes de abrir las fronteras: todas las personas que ingresen al país, chilenos y extranjeros, van a estar en un período de vigilancia de 14 días. Van a tener que reportar sus síntomas y ubicación”, dijo Daza, quien agregó que las personas que no notifiquen su estado e incumplan el reporte podrán ser sancionadas.
La vicepresidenta ejecutiva de la Federación de Empresas de Turismo (Fedetur), Helen Kouyoumdjian, señala que el anuncio es positivo. “Si uno sabe que las fronteras se van a abrir antes de diciembre se puede trabajar con un horizonte claro, porque las reservas no se van a dar de un día para otro. Nuestra estimación es que vamos a tener en el orden de un 30% de la demanda normal durante enero”.
Sin embargo, considerando la compleja situación epidemiológica de varios países, Kouyoumdijan explica que para la época estival de 2020-2021 “estamos apostando fuertemente al turismo interno, a que las personas se queden en Chile y recorran el país. Hemos pedido a nuestros afiliados y a toda la industria flexibilidad -es decir, si se cancela el viaje por pandemia, poder reprogramar-, buenos precios y que las empresas tengan los protocolos de seguridad correspondientes”.
Estabilidad de la curva
De acuerdo al reporte del Ministerio de Salud, los nuevos casos de Covid-19 en el país se han reducido en 1% en la última semana y en 6% comparados los últimos 14 días. Son cifras que se alejan de la reducción de casos del 12% y 13% que se registraban a inicios del mes pasado y, ante este escenario, los expertos advierten que esta alta endemia -estabilidad en el número de casos por sobre los 1.500 diarios- podría hacer más difícil enfrentarse a un rebrote.
El académico de la Usach Claudio Castillo afirma que “la meseta de casos es muy alta, pues el virus sigue con una alta circulación”, lo que, en caso de elevarse los contagios, haría más rápido alcanzar niveles de la primera ola. En ese sentido, Castillo señala que para reabrir las fronteras se debería mirar el ejemplo de China o Corea del Sur: dos PCR negativos, además de una cuarentena obligatoria."En Europa hubo 14 semanas de tranquilidad hasta el rebrote, asociado a mucha actividad social y al verano. En el caso nuestro, ya hay más movilidad, más reuniones sociales, más movilidad interregional", acota.
A juicio del académico de la U. de Chile Mauricio Canals, “vamos a tener una situación de endemia estable durante el verano, por la desagregación de las personas y las condiciones ambientales favorables. Tenemos fiestas a fin de año que pueden provocar pequeños brotes, pero no una elevación importante del número de casos. El problema lo vamos a tener similar a Europa y va a ser saliendo del verano. Es decir, en marzo”, adelanta.
El epidemiólogo Gabriel Cavada explica que una curva “teórica” del desarrollo de la pandemia en el país debería haber tenido a Chile con 200 casos semanales a fines de octubre e inicios de noviembre. Sin embargo, acota que la circulación del virus ya es endémica y que si bien “seguimos bajando, lo hacemos muy lentamente. Se proyecta una reducción de 2%-3% de casos por semana. Si eso continúa así, deberíamos esperar un rebrote para febrero, luego de enero, tras las vacaciones”.