El aumento de los casos de VIH/Sida en Chile es analizado con preocupación por las autoridades de salud. Especialmente, luego de que se revelara que en 2017 hubo un alza de 96% de nuevos casos en relación al 2010 y que, de un universo de casi 100 mil portadores, cerca de la mitad desconoce su condición.

A estos antecedentes se suma otro factor que mantiene en alerta al gobierno: el creciente gasto público destinado a enfrentar la enfermedad.

De todo el presupuesto que se invierte anualmente para el combate y prevención del VIH/Sida, la mayor parte se destina al tratamiento de la enfermedad. Al estar considerada dentro de las Garantías Explícitas de Salud (GES), el Fondo Nacional de Salud (Fonasa) y las isapres deben cubrir los controles, terapias y diagnósticos de cada paciente.

Según cifras de Fonasa, en 2011 el sistema público tuvo un gasto total de prestaciones relacionadas con el VIH/Sida de $ 32.173 millones. Y en 2017 esa cifra llegó a $ 82.107 millones, registrando un alza de 155%. Hasta abril de 2018, Fonasa había destinado al tratamiento de la enfermedad un total de $ 22.600 millones (ver infografía).

"Ha habido un aumento progresivo en el gasto en tratamiento, lo que va de la mano con el incremento de nuevos casos", señaló Carlos Pérez, infectólogo de la Red de Salud UC Christus.

Según el experto, este año el presupuesto destinado al tratamiento podría superar los $ 90 mil millones, casi triplicando el gasto que se ha hecho por este ítem en siete años. Sin embargo, Pérez aseguró que entre las razones del alza "también es importante considerar que ha habido un aumento de la oferta de tratamientos, no solo para los afectados sino que para prevenir nuevos contagios, y recordar que en el pasado solo se trataba a los pacientes cuando llegaban a cierto nivel de la enfermedad y ahora se inicia el tratamiento apenas se hace el diagnóstico. Eso explica algunas alzas bruscas de las cifras en ciertos años".

Por su parte, Carlos Beltrán, infectólogo y asesor del Minsal en materias de VIH, explicó que la inversión en tratamiento "es también inversión en prevención". En ese sentido, el experto señaló que con "los casi 90 mil millones que se están destinando para que 31.700 personas reciban tratamiento, están evitando que ellos transmitan el virus a otras personas. Por lo tanto, las estrategias preventivas necesariamente pasan por diagnostico, vinculación a tratamiento y lograr una carga viral suprimida. Esa es la estrategia mundial para prevenir el VIH".

Gastos en prevención

Además de los recursos que destina el Estado por terapias y diagnósticos, el Ministerio de Salud (Minsal) también invierte en la prevención del virus. El reparto gratuito de condones y la realización de campañas comunicacionales son parte de las medidas en que se destinan recursos estatales. Sin embargo, a diferencia de los tratamientos, estos no tienen un alza sostenida, sino que varían año a año.

Respecto de las campañas, Pérez explicó que "han sido variables: en algunos casos han privilegiado la información, en otros casos el realizarse el test lo antes posible. Pero no han tenido una línea, han sido más bien esporádicas y sus énfasis cambian según los cambios de gobierno, y eso afecta los resultados".

Según cifras entregadas por el Minsal, en los últimos 10 años se han destinado $ 8.161 millones en prevención, considerando planes regionales, acceso a condones, campañas, material impreso, estudios e investigaciones, y gestión y administración.

Sin embargo este año esa cifra tendrá un alza importante. Esto, tras el lanzamiento del Plan Nacional de Prevención de VIH/Sida. Beltrán, quien fue parte de la comisión especial del Minsal para desarrollarlo, explicó que "con este plan el presupuesto aumenta en $ 18.500 millones". Con esto, explicó el experto, "el porcentaje de dinero destinado a prevención del total de recursos destinados a VIH alcanzará alrededor de un 15%. Es decir, aumentamos de menos del 1% a más del 15%".

Según Beltrán, ese presupuesto irá destinado a una estrategia de prevención combinada, invirtiéndolo en testeo, educación, uso de condón e incorporar por primera vez en Chile la profilaxis farmacológica, que es la administración de medicamentos a personas con alto riesgo de exposición al virus.

Claudio Figueroa, académico del Departamento de Ciencias Biológicas y Químicas de la U. San Sebastián, apunta a que hay que reorientar las campañas: "el punto no es que las personas no usen preservativos porque no haya, sino que porque no está la cultura del uso. Es importante hacer campañas que concienticen que el uso del condón no se relaciona solo con la prevención del embarazo -que es el foco que se le da actualmente-, sino que también con prevenir las enfermedades de transmisión sexual".