El intento frustrado de fuga de Juan Alexis Flores Riquelme, condenado a 23 años de cárcel por el ataque explosivo al Subcentro, en el entorno de Estación Escuela Militar del Metro, fue una de las 650 situaciones de este tipo que se vivieron al interior de las cárceles chilenas durante 2018.
Según informó Gendarmería, del total de casos, en solo nueve los reclusos consiguieron su propósito de escapar. Esta cifra significa un descenso en comparación con 2016 y 2017, años en los que 11 y 16 reos lograron concretar sus planes, respectivamente.
Si se considera que el flujo de ingreso de internos a los penales correspondiente a 2018 fue de 120.151 internos, la tasa de fuga llega a 0,07 personas por cada mil ingresadas al sistema carcelario, tanto condenados como imputados.
"Tenemos una buena tasa. De las 120 mil personas que cuidamos en 2018, se nos fugaron nueve personas. Si lo comparamos con datos de otros países latinoamericanos, donde escapan 50, 100 o 400 personas, lo nuestro es muy eficiente", explicó el subdirector operativo de Gendarmería, Pablo Toro.
En cuanto a los procedimientos de traslado de reos, de las 239.394 personas transportadas por gendarmes, cinco escaparon. Ello equivale a una tasa de 0,02 por cada mil personas.
Entre los procedimientos utilizados por los reclusos y que han sido detectados por la institución penitenciaria se cuentan el corte de barrotes, la posesión de llaves de esposas, cuerdas de largo alcance creadas con frazadas o sábanas o el descubrimiento de túneles, como ocurrió en el caso del intento de escape en que participaría Flores.
Otro caso de intento de fuga frustrado es el ocurrido en julio de 2018 al interior de la Cárcel de Temuco. Allí, los cuatro imputados por robo con homicidio a la sucursal de BancoEstado de Teodoro Schmidt, en La Araucanía -en el que murió un guardia y un funcionario de la PDI resultó herido- replicaron el timbre con que se marca a las visitas. Con ello buscaban pasar inadvertidos entre los visitantes y salir del recinto. No obstante, un allanamiento preventivo permitió desbaratar el plan.
"Gendarmería constantemente está recibiendo información de los internos, de su propio departamento de inteligencia y, a veces, por parte de otros organismos que colaboran, como la Agencia
Nacional de Inteligencia (ANI)", señaló el ministro (S) de Justicia, Juan José Ossa,
Desde la institución penitenciaria resaltan que los buenos resultados se deben al trabajo preventivo, que incluyó la realización de 198 allanamientos.
Traslado de Flores
En tanto, el defensor penal público Juan Pablo Gómez, representante de Juan Flores, insistió en la inocencia del joven en relación con su supuesta participación en el intento de fuga ocurrido en octubre de 2018. Ello derivó en su traslado desde el centro Colina II hasta la Cárcel de Alta Seguridad (CAS).
En este sentido, el abogado apuntó a Gendarmería, al asegurar que no se trata "de la primera vez que se ve enfrentado a hechos con una connotación mayor a lo que es. En años anteriores, durante una visita, a su pareja se le encontró un dibujo de una cárcel con sujetos disparando hacia ella. Gendarmería lo atribuyó a un plan de fuga, pero era una expresión de la opresión que él sentía", señaló Gómez.
Desde Gendarmería descartaron referirse a los cuestionamientos de la defensa del interno.