Con la vacuna cada vez más cerca, en el gobierno ya existe un plan para distribuir las dosis que vayan llegando al país. Así, el esquema distingue tres grupos en la población: crítica, de riesgo y sana, que bordean las 16 millones de personas.
La población crítica está compuesta por individuos cuya labor los expone a un riesgo mayor, o bien cumplen funciones esenciales. Son casi 1,5 millones de trabajadores de las áreas de salud, centros cerrados -cárceles u hogares de ancianos- fuerzas armadas, personal de transporte, brigadistas de emergencias -bomberos, Onemi o Conaf- y profesores, además de funcionarios públicos.
La población de riesgo, en tanto, son casi cinco millones de personas con más de 60 años o que padecen enfermedades crónicas. Y un tercer grupo son las personas sanas, que tienen entre 18 y 59 años, las que suman nueve millones de personas.
“Vamos a partir por los grupos de más alto riesgo, los trabajadores de la salud, los adultos mayores, los enfermos crónicos, aproximadamente cinco millones de personas”, dijo ayer el Presidente Sebastián Piñera.
Hay consenso en que la campaña se inicie en el grupo crítico, sin embargo, el orden en que finalmente se aplicará el antídoto va a depender de los avances que tengan los ensayos clínicos -que apuntan a distintos tipos de poblaciones y grupos etarios- y a las vacunas que se adquieran. Eso, pues si bien el grueso de las pruebas partieron en población adulta y joven, ya existen algunas en grupos menores y adultos mayores, así como en enfermos crónicos.
Toda esta información, cuando exista certeza de la fecha de llegada de las vacunas, debe ser revisada por el Comité Asesor en Inmunizaciones y Vacunas (Cavei), que entregará al gobierno su recomendación sobre un esquema de inmunización. De momento, el Minsal cuenta con una serie de simulaciones que consideran distintos plazos, diferentes autorizaciones en grupos etarios y distintas marcas de vacunas. “La estrategia va a ir variando a partir de la autorización que obtengan las vacunas de las diferentes agencias certificadoras y los estudios científicos que avalen su uso en diferentes grupos etarios o que sufran distintas patologías”, explican desde el gobierno.
Desde el Cavei, su presidenta, la infectóloga Jeannette Dabanch, asegura que “los lineamientos están basados en lo que están desarrollando todos los países, que tienen que ver con el tipo de vacuna que se cuente y con el suministro, que probablemente sea reducido en cuanto a las dosis”.
Vacunar antes de clases
El presidente del magisterio, Mario Aguilar, calificó como positiva la medida: “Me parece correcto, los trabajadores de la educación somos los que estamos expuestos a un contacto muy directo con personas, junto con los trabajadores de salud. Para el retorno (a clases) es una medida importante”.
Al respecto, el ministro de Salud, Enrique Paris, dijo que en el mundo se está adoptando la medida de inocular a profesores pues “a pesar de que los niños tienen poca capacidad de transmitir el virus, los profesores sí pueden transmitirlo a niños o entre ellos”. La autoridad agregó que se harán todos los esfuerzos para inmunizar a 480.000 docentes y auxiliares antes de que se inicie el año escolar. “Los pusimos en el grupo que llamamos población crítica, lo ideal se que estén vacunados antes del 1 de marzo”, indicó.