En el marco del plan de desconfinamiento que se aplicará progresivamente en las 63 comunas que aún están en cuarentena por el coronavirus, el gobierno ya ha dialogado sobre un punto sensible con las universidades: el retorno a clases. Y aunque las casas de estudio son autónomas y tienen sus propias estrategias de retorno, los ministerios de Transportes y de Educación les han pedido a los planteles diferir el horario de ingreso, con el objetivo de que baje la concentración de pasajeros en los horarios punta de buses y Metro.

La tarea de ajustar el ingreso y salida de alumnos no es menor: hay 1.221.017 estudiantes en la educación superior a nivel nacional, de los cuales 588.010 están en Santiago, ciudad que justamente lidera los contagios por Covid-19.

La ministra de Transportes, Gloria Hutt (quien este jueves se reunió por teleconferencia con su par del Mineduc, Raúl Figueroa), explicó que están preparando “un diseño que sea eficaz y aplicable en forma masiva. Tenemos que depurar con el Ministerio de Educación la forma precisa en que vamos a plantearlo a las instituciones de educación superior”.

La propuesta de la autoridad, que ya fue comunicada al Consejo de Rectores, apunta a que, por ejemplo, los primeros bloques de clases en la mañana se realicen en modalidad online, con lo que se podrían reducir los flujos de personas, estrategia que se ha analizado también con Educación.

La Universidad de Chile ya tomó la decisión de tener una modalidad de clases mixta en el segundo semestre, tanto online como presenciales. En el caso de que se retomen las actividades presenciales -aún no hay una fecha definida-, primero se evaluarán las condiciones sanitarias. La universidad informó que la Vicerrectoría de Asuntos Académicos ha sugerido que se puedan realizar clases presenciales entre las 10 y las 17 horas, “con el propósito de disminuir al máximo el riesgo de exposición al contagio de Covid-19, evitando los horarios punta del transporte”.

La Universidad Católica, en tanto, indicó que está en “evaluación” la propuesta del ministerio. Se agregó que cuando las condiciones permitan programar un retorno seguro “de estudiantes, académicos y funcionarios, hemos considerado una buena opción que los horarios de entrada y de salida de nuestros campus no se realicen en horarios punta”.

El rector de la U. Alberto Hurtado, Eduardo Silva, coincidió en que, en el caso de volver de forma presencial, “nos ajustaremos a los nuevos horarios planteados por la autoridad, todo con el fin de que los alumnos no se expongan a contagios: eso es lo más importante”. Dicho plantel posee más de siete mil alumnos.

Alejandro Zamorano, vicerrector de servicios universitarios y asuntos estudiantiles de la U. Andrés Bello, institución con 45 mil alumnos, señaló que ya se contempla “que haya ingresos diferidos”, lo que es parte de un protocolo que regirá post cuarentenas.

La estrategia de la universidad apunta a programar actividades presenciales “estrictamente necesarias”, con distanciamiento social, chequeo de temperatura, sanitización de los recintos y uso de elementos de protección.

Marcela Vaccaro, vicerrectora de vinculación con el medio del Instituto Profesional AIEP, que posee 95 mil estudiantes a nivel nacional, añadió que “nos parece que cualquier recomendación del Ministerio de Transportes se tomará, en un escenario en el cual el retorno será gradual a las sedes”. Es decir, en una primera fase continuarían las clases remotas y serán presenciales cuando no haya riesgos.

Viajes

Cristóbal Pineda, máster en transportes y planificación, y académico de la U. de Chile, advirtió que en la etapa de desconfinamiento, como no va a ser posible sumar una mayor oferta en el corto plazo (de servicios de transporte), establecer horarios diferidos para el ingreso de estudiantes, particularmente del segmento universitario, es una muy buena idea para aplanar la curva de demanda. Eso podría desplazar los viajes desde las horas punta hacia los periodos menos cargados, logrando que no se sature el sistema y permitiendo mayor distanciamiento”, dijo.

Guillermo Muñoz, exdirector del Transporte Público, sostuvo que el 13% de los traslados en la hora punta de la mañana corresponden a la educación superior, por lo que un retraso en el ingreso y salida de ellos es clave, aunque también advirtió que “los horarios diferidos deben aplicarse a todos los trabajadores”. Propuso que el sector privado podría establecer grupos que acudan presencialmente y otros se sigan con teletrabajo: “De lo contrario, seguiremos viendo enormes aglomeraciones”.