Flanqueado por un grupo transversal de alcaldes, este domingo el Presidente Sebastián Piñera anunció la suspensión de clases en todos los colegios del país por un periodo de dos semanas, además de otras medidas para proteger a la población de riesgo como adultos mayores.
“Sin perjuicio de esta decisión, el gobierno y los municipios deberemos implementar la campaña de vacunación contra la influenza; establecer mecanismos para mantener el servicio de alimentación de la Junaeb desarrollar mecanismos en caso que se requieran diagnósticos relacionados con el coronavirus e implementar mecanismos de acompañamiento en las escuelas”, sostuvo el jefe de Estado, quien detalló que los ediles comprometieron turnos éticos en los colegios.
La intervención pública del Mandatario evidenció un vuelco en la posición del gobierno que hasta el domingo por la mañana era partidario de no suspender masivamente las clases, sino que apegarse al protocolo del Mineduc que solo consideraba la cuarentena en caso de casos confirmados en cada establecimiento.
Esa postura defendía vía Twitter el ministro de Salud Jaime Mañalich el sábado: “¿Realmente se cree que cerrar los centros de educación que dan comida, protección, seguridad a la mayoría de los niños y enviarlos solos a sus hogares es una medida razonable?”.
Ayer, tras el anuncio de Piñera la autoridad de Salud, en cambio, sostuvo que “tenemos un consejo, tenemos una solicitud, tenemos que tomar decisiones y esto es lo que el Presidente y el suscrito hemos decidido”.
Con todo, la medida se hará extensiva a 800 mil alumnos de jardines infantiles; 2.014.744 escolares de básica y otros 1.075.405, estudiantes de enseñanza media. Además, 28 universidades habían informado, al cierre de esta edición, que tampoco tendrán clases presenciales.
Presión de los alcaldes
El giro del gobierno tuvo directa relación con la decisión que el domingo a primera hora tomaron los alcaldes de comunas como Providencia, La Florida y Las Condes, desde donde anunciaron, de manera independiente, la suspensión de clases en colegios municipales. Una determinación que adoptaron teniendo a la vista que el sábado Chile entró en la “fase 3” de expansión del virus, lo que implica que el origen de contagio de algunos de los casos confirmados -que ayer ascendieron a 75 (14 más que el día anterior)- se volvió imposible de trazar.
Al anuncio individual de algunos municipios siguió una reunión de la Asociación Chilena de Municipalidades y de la Asociación de Municipalidades de Chile, quienes emplazaron al gobierno a extremar medidas en ese sentido y a suspender las clases en todo el territorio.
En ese marco, el Ejecutivo citó a los jefes comunales a La Moneda para reunirse con el titular de Salud y los ministros del Interior, Gonzalo Blumel, y de Educación, Raúl Figueroa.
Según asistentes, en esa cita los representantes del gabinete explicaron a los alcaldes las razones del Ejecutivo para no interrumpir el desarrollo normal de las clases.
Fue Mañalich, según las mismas fuentes, quien les detalló la recomendación que poco antes había entregado al propio Mandatario el comité asesor de expertos, quienes advirtieron que, desde el punto de vista epidemiológico, no se justificaba una medida de esa naturaleza.
Sin embargo, los alcaldes insistieron en dos argumentos. Por un lado, que en la mayoría de sus comunas varios apoderados ya habían tomado la decisión de no mandar a sus hijos al colegio, lo que tendría efectos adversos en materia académica y también en el ámbito de subvenciones. Y por otro, que para garantizar la efectividad de las campañas de vacunación contra la influenza -que se inician hoy- y la entrega de alimentos, se requería una decisión de parte del gobierno y no, como había ocurrido hasta ese momento, determinaciones aisladas.
Según presentes, los ministros se resistieron en un principio a avanzar en esa línea y, de hecho, plantearon los costos que tendría una decisión como esa para las propias comunidades escolares y también para los estudiantes más vulnerables.
Nuevas restricciones
El gobierno también anunció que se decidió reducir de 500 a 200 las personas en actos públicos, a partir del 18 de marzo. Incluso, en otras comunas como La Florida se evalúa que los malls restrinjan su funcionamiento: “Es ridículo cerrar los colegios y tener a miles de personas comprando”, señala el alcalde Rodolfo Carter. Enrique Paris, decano de Ciencias de la U. Mayor, respaldó las medidas tomadas. “El distanciamiento social ha mostrado efectividad en el mundo”, sostuvo.
En la misma línea, el secretario general del Colegio Médico, José Miguel Bernucci, dijo que hace varios días venían planteando que las medidas debían tener “mayor fuerza y profundidad. La cuarentena disminuye los contagios y evitan un colapso del sistema de salud”.
En ese sentido, ayer el Minsal subrayó que el Código Sanitario establece multas para quienes no cumplan las cuarentenas, las que van de 0,5 a 50 Unidades Tributarias Mensuales ($2,5 millones).