Ayer la ministra del Medio Ambiente, Carolina Schmidt lo anunciaba: Chile será el próximo organizador de la COP25, la Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas para luchar contra el cambio climático.

Minutos más tarde fue confirmado por el Presidente Sebastián Piñera, reconociendo que en esta reunión "vamos a tener la tremenda responsabilidad de liderar y avanzar hacia un mejor control climático y calentamiento global siguiendo los avances que se lograron en la COP 21 de Paris y COP 24 de Katowice".

Para Greenpeace este encuentro internacional se trata del más importante en la historia del país y que ayudará a definir el futuro medioambiental del planeta. A su vez advirtió que Chile debe tomar responsabilidad "no solo en el plano logístico, sino especialmente en la consecuencia que debe mostrar el país entre lo que dice y lo que efectivamente hace", aseguró Matías Asum, director nacional de la agrupación ambiental. "No podemos mostrar un país medioambientalmente contradictorio".

Junto con ello explicó que "resultaría impresentable ser sede de la COP25 y al mismo tiempo seguir con la expansión de las zonas de sacrificio, utilizando carbón, ampliando la presencia de las salmoneras en la Patagonia, sin una legislación contra los plásticos de un solo uso o no definiendo un plazo claro para poner fin a la venta de vehículos a combustión. Es una oportunidad única para dar un salto hacia un desarrollo sostenible".

Y si bien se trata de desafíos, también se trata de un momento histórico del país. "Es un hito que la COP25 se haga en Chile y será el momento de liderar un proceso que lleve a cumplir las todavía lejanas metas del Acuerdo Climático de París", destacó Mauro Fernández, coordinador de Clima y Energía de Greenpeace Andino.

La cumple medioambiental se desarrollará en enero de 2020 y se espera que lleguen representantes de casi 200 países del mundo.