Sin chaleco reflectante y sin la clásica radio en su bolsillo trasero izquierdo, Guillermo de la Maza (52) camina por el sector costero de Viña del Mar, la zona más afectada por las marejadas de ese litoral. El exjefe de emergencias de una de las regiones con más siniestros del país, por primera vez en 28 años está fuera de eventos y simulacros.

Fue hace dos semanas, en medio de coordinaciones de prevención para enfrentar el pasado sistema frontal, que De la Maza fue notificado en la oficina central de Onemi sobre su desvinculación. La razón que según él se le adujo fue "desconfianza política". "Como sea, mi trabajo es un estilo de vida", asegura.

Su gestión fue el primer modelo regional en la implementación de un plan forestal y ejercicios masivos de evacuación, incluidos los medios de comunicación.

En las 38 comunas que estuvieron bajo su vigilancia, fue vocero en emergencias emblemáticas, como la alerta de tsunami luego del terremoto en Japón de 1994; los temporales que dejaron a cuatro mil damnificados en toda la región, de 1997; la colisión de un centenar de vehículos en Casablanca, y el megaincendio de 2014 que destruyó 2.500 casas.

Hoy, "Pipo", como lo apodan, reconoce estar "dolido".

¿Dónde está la radio, el satelital y los tres celulares de emergencia que siempre utilizaba?

Bueno, es que ahora mi dinámica es otra. Sigo Twitter y Facebook, ha sido difícil despertar a las 6 a.m. y no revisar correos o que no suene el teléfono; cuesta superarlo. Aun 'de vacaciones', es difícil bajar la guardia. Esto no era una pega, era un estilo de vida. Respiro Onemi, protección civil y riesgo. Si puedo, lo seguiré haciendo, aunque esté vendiendo seguros. Ese es mi compromiso.

¿Cómo asume la decisión que se tomó respecto de su rol?

No puedo evitar estar dolido, dejando aquí más de la mitad de mi vida. Mis ocho hijos nacieron conmigo en esto.

¿Considera que fue sorpresivo su despido de la Onemi?

Como para todos, siempre existió el riesgo de que me pudiesen echar. Tuve diferencias con todos los directores e intendentes, porque soy de discutir y protestar, pero con propuestas. Los roces siempre van a existir, pero también tuve el reconocimiento de todos antes de que dejaran sus cargos.

Usted era muy crítico de este gobierno...

Se ingresó una Ley en 2011, estamos a 2018 y no hay nada concreto, nada en el fondo de la institucionalidad. Onemi sigue con una fragilidad administrativa, sin carrera funcionaria y mal remunerada. El país no cuenta con infraestructura para hacerse cargo de un desastre natural o provocado que sea de magnitud. Si la Onemi se ha sostenido es gracias a su gente.

¿Ha tenido apoyo?

Sí, y lo agradezco, porque fuimos un equipo leal y entregado, pero el mejor apoyo es el que perdura. Espero que se ocupen de mi tema. El megaincendio marcó un antes y un después, y no importa que se cambie cada cuatro años a un encargado de emergencia de Onemi o de un municipio, pero deben entrenarse para cumplir con un marco legal definitivo.

¿Qué metas se fijaron para 2018?

Seguir trabajando por una política regional de reducción y prevención de incendios y desastres, y en los programas con municipios, para lograr un sistema de emergencia y un reglamento, porque las leyes sobre emergencias no tienen uno.

Cuando le preguntaban qué estudió, usted respondía "nada". ¿Era su forma de decir que su carrera se forjó en la Onemi?

Tuve estudios técnicos sin concluir sobre prevención de riesgos. Me dediqué a trabajar desde temprano, desde 1983 que soy bombero, pasé un año por el municipio de Valparaíso y después en Onemi con 28 años de entrega única y exclusiva a este cargo. Dormía con la radio en la pieza.

¿Cómo era la Onemi hace 28 años?

En Chile habían dos direcciones: Concepción y Valparaíso. Inicialmente, en la oficina éramos tres personas; de ahí pasamos a 17, siendo la primera región con turnos 24/7. No fui pionero, pero creo que fuimos un equipo persistente y de terreno.

¿Qué logros destacaría durante su gestión?

Formamos la Academia de Protección Civil, harta gente hizo la práctica en nuestra Onemi y nos siguen pidiendo patrocinio. Ojalá eso no se acabe. Tuvimos la primera comisión de cambio climático regional y el primer plan forestal, e hicimos los primeros ejercicios para los simulacros.

El geógrafo Felipe Estay, su subrogante, podría quedar en el cargo...

Tiene tiempo y experiencia, espero que le den apoyo. Hay poca gente que esté trabajado en protección civil que no tenga el sello de Guillermo de la Maza.