Cuatro años estuvo Guillermo Muñoz a cargo de la unidad más crítica del Ministerio de Transportes: el Transantiago, sistema que mueve al 60% de los pasajeros de la capital cada día.
Durante ese periodo tuvo una relación compleja con las empresas a cargo de las calles -una millonaria demanda de Alsacia (la firma más grande) y una eventual quiebra de Subus- y el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDLC) paralizó la licitación para renovar los contratos del 50% del sistema.
¿Representa un fracaso no haber culminado ese proceso? Muñoz afirma que no: "hubo participación de firmas extranjeras y mayor transparencia". La opción que tiene la administración entrante es comenzar de cero una nueva convocatoria (lo que duraría meses) por lo que se deberían extender los contratos de las actuales compañías para que sigan operando.
¿Fue un fracaso para el gobierno no concretar esta licitación?
No. Hicimos todo lo que estaba a nuestro alcance, a pesar de la oposición de muchos. Llegaron empresas nuevas a postular, más transparencia, mejores costos y eso no puede calificarse como un fracaso.
¿Si el ex ministro Andrés Gómez-Lobo hubiera apurado este proceso se podría haber adjudicado?
Él formó el equipo a cargo del tema. No hay que olvidarse de que no se hacía una licitación desde 2008. Nosotros sí tomamos ese desafío.
¿Cómo no se previó que algunas firmas presentarían reparos ante la justicia por quedar fuera?
Esas empresas deberán explicar por qué se sienten perjudicadas si jamás podrían haber participado. No se puede construir un puente con empresas que jamás han construido ese tipo de estructuras. No tienen las habilidades que debe tener un operador de este sistema. Por eso, me pregunto ¿qué dirían los expertos si este tipo de compañías participara en el Transantiago?
¿Era una barrera de entrada no tener terminales de buses disponibles para los operadores?
Estos procesos eran pro competencia, atrajo a empresas y generó menos barreras de entrada. Respecto a ello, hay tres expropiaciones de terminales finalizadas, otras dos están en proceso y cuatro en fase de arrendamiento. Es decir, estaba todo avanzado.
¿Al desarrollar nuevamente esta licitación se perjudicará a los usuarios, pues no habrá empresas de mejor estándar?
Ojalá que no. Espero que no se genere este proceso en una negociación entre cuatro paredes (entre el Estado y los privados para que les extiendan los contratos por más tiempo). Me gustaría que este proceso sea lo más transparente posible, tal cual lo hicimos nosotros al impulsar una licitación. Además, se deben cuidar las finanzas del sistema. No digo que no vaya a ser así. Imagino que la futura ministra tiene visto un proceso de estas características.
¿Qué implica extender los contratos a las empresas?
Una licitación genera lo mejor del mercado y transparenta la relación con los proveedores. Yo creo en la competencia porque es la que mejor asigna los recursos, se pueden comprar flotas a un menor precio y créditos más baratos.
¿Le llamó la atención que las empresas chilenas postularan en la licitación a unidades diferentes? ¿Había acuerdo?
Si se pusieron o no de acuerdo, otros deberán determinarlo. En mi opinión, hubo competencia.
¿Ustedes favorecieron a las firmas nacionales?
Llegaron cuatro empresas extranjeras a postular. No me parece que eso sea favorecer a los chilenos.
Siempre hubo una relación conflictiva con los operadores: demandaron al Estado y reclamaron por estar casi en la quiebra.
Siempre la relación es difícil entre regulador y regulado. Estamos parados en vereda distintas, legítimamente. Nosotros tratamos de que cumplieran los contratos al pie de la letra.
Pero algunos sostienen que viajar en las micros del Transantiago es "indigno"...
En algunos casos puede ser cierto. Hay problemas de gestión en varias empresas. Pero la manera más sencilla de renovar la flota es con una licitación. Es la forma más barata de que tengan una mejor manera de viajar.
¿Qué dejan ustedes como legado en el Transantiago?
Hubo avances como la inauguración de la Línea 6 del Metro y una mejor regularidad de los buses para bajar los tiempos de espera para los pasajeros, lo que se logró con incentivos a las empresas. Se subió la nota en este ámbito. A esto se suman tres mil paradas renovadas, además de los corredores que ayudarán a mejorar las velocidades.