La velocidad con que se está tramitando en el Parlamento la reforma al sistema notarial es uno de los temas que inquieta al ministro de Justicia, Hernán Larraín. Según el secretario de Estado, ha tenido conocimiento de supuestas "presiones" que estaría ejerciendo el gremio en el Congreso para frenar la nueva norma.

Este es uno de los 14 proyectos de ley que su cartera ha ingresado durante este año, junto a otros 17 en elaboración y 55 propuestas legislativas en que Justicia colabora con otros ministerios, Pero se ha convertido en una de las iniciativas que marcaron la agenda en su primer año en el cargo. En esta entrevista a La Tercera, Larraín realiza una evaluación de su gestión en diversas materias, plantea desafíos y reconoce un error que, asegura, a la larga lo ayudó a levantar propuestas para mejorar el sistema de designación de los jueces.

En abril dijo que la mayoría de los jueces eran de izquierda. Eso hizo que el ministro Milton Juica indicara que había un dejo de amenaza en sus palabras. ¿Cómo vivió eso y cómo califica hoy su relación con el Poder Judicial?

Sin duda que ese fue un mal paso evidente, que se dio en un contexto en donde no tenía conciencia de que había prensa. Pero yo entiendo que un ministro de Justicia no debe hacer esos comentarios, así que, por lo tanto, me he preocupado de cerrar ese capítulo y darlo por superado con un trabajo muy directo con el Poder Judicial y con la Asociación de Magistrados. Afortunadamente, hemos trabajado este año de forma muy intensa con los tribunales. Creamos con el Poder Judicial una comisión de trabajo y definimos una agenda de trabajo en donde ellos han tenido una activa participación, por ejemplo, en las reformas a la justicia civil. Con otros ministros hemos trabajado el Código Penal y revisamos la estructura de la Corte de Apelaciones. Es decir, hemos desarrollado una dinámica de trabajo prelegislativo. Pero, además, nuestra inquietud, que fue la que produjo esta expresión impropia, tenía que ver con nuestra queja sobre el sistema de mecanismo de nombramiento de los jueces. Y esa inquietud es compartida por la Asociación de Magistrados. Luego de superada la inconformidad que se produjo inicialmente, hemos trabajado con ellos y desarrollamos en los últimos meses del año pasado talleres con un grupo de personas competentes, serias, de distinto lados, para fijar criterios y una nueva propuesta para ver cómo designamos a los jueces en Chile y evitar la discrecionalidad, darle la mayor transparencia y publicidad a esos procesos y asegurar que sea el mérito, la trayectoria y la experiencia el criterio principal para nombrar un juez. Vamos a concluir una propuesta sobre cuya base el gobierno va a presentar un proyecto de ley para cambiar el sistema de nombramiento de jueces. De hecho, hicimos presente que esta inquietud también la teníamos con los notarios.

¿Cuándo estará lista la ley que reforma el sistema notarial?

Consideramos que la reforma al sistema notarial y registral chileno es urgente. Creemos que la gente sufre las consecuencias por largos trámites, caros, engorrosos, y por el exceso de exigencias legales que han notarizado a la gente. Nosotros queremos desnotarizar la vida de los chilenos (...) Por lo tanto, lo que estamos haciendo es una reforma muy profunda al sistema, en pos de una iniciativa que lo moderniza, lo tecnologiza y le permite un acceso expedito a la gente y al sistema productivo, a la necesidad cuando corresponda de pasar por el ministro de fe para dar certeza jurídica a los actos. Ese proyecto está con suma urgencia y, sin embargo, nos encontramos con que no ha tenido la velocidad de tramitación interna en la comisión respectiva de la Cámara. Creemos que no se ha aquilatado lo suficientemente el peso y la necesidad de esta transformación. Nosotros entendemos que hay un lobby feroz para impedir cambios fundamentales en este proyecto.

¿Lobby de los notarios?

Me imagino que serán algunos de ellos los que están detrás de esto. Algo hemos oído de comidas, actuaciones e informes, no tenemos claro exactamente qué es lo que hay, pero sí advertimos esa presión. No nos van a detener. Vamos a avanzar y a pedir la comprensión de los parlamentarios, porque esto es necesario para la gente (...) Vemos que está trancada la discusión.

¿Habla de comidas entre notarios y parlamentarios?

Así nos llega la información.

¿Ha podido hablar con notarios para consultarles por eso?

No. Ellos por supuesto tienen todo el derecho de hacer valer su punto de vista. Lo que creemos es que eso deben hacerlo a la luz del día, en las instancias pertinentes, para eso está el trámite legislativo. De hecho, yo he conversado con la directiva y con el presidente de ellos, Alfredo Martin, y yo sé que tiene la mejor disposición para discutir el tema y para producir cambios que puedan mejorarlo, pero advierto por ahí que además de esa buena disposición, probablemente por algunos aspectos del proyecto, hay voluntad de obstaculizar por parte de algunos. Yo lo único que pido es que tengamos una discusión transparente (...) y le pedimos al Congreso que nos ayude en eso.

¿Qué tan importante es para usted que se apruebe el proyecto de la Ley Humanitaria?

Este es un compromiso que se asumió en el programa de gobierno y es importante, porque tiene un fundamento de humanidad muy real. Visito permanentemente las cárceles y conozco la realidad de enfermos que están en una situación grave, de riesgo inminente de su salud, y el único camino que tienen es el indulto. Creemos que esto debe ser procesado de una manera más objetiva y, por lo tanto, presentamos este proyecto que plantea tres caminos para que ante un tribunal una persona que se encuentra así pueda pedir el cambio en el cumplimiento de la pena; que en lugar de ser en un centro penitenciario común, sea bajo arresto domiciliario total.

Que esta ley abarque a condenados por delitos de lesa humanidad, ¿hace que pueda haber un impacto en la imagen que Chile proyecta hacia el extranjero?

No, yo creo que la realidad internacional reconoce que incluso las personas que han sido condenadas por delitos de lesa humanidad tienen derecho a ciertos beneficios, no hay en eso una contradicción. Cuando se ha discutido, por ejemplo, el tema de la libertad condicional, algunos decían: "Oh, no pueden salir". Bueno, pero el derecho humanitario les permite a las personas que tienen condenas por lesa humanidad también algunos beneficios. Y, por lo tanto, si se trata de una persona que está en estado terminal, da lo mismo el delito que haya cometido, pensamos que tiene derecho a un trato digno al final de sus días para que tenga una muerte digna.

¿Van a continuar los indultos a condenados por delitos de lesa humanidad?

Hemos aplicado estos criterios en forma muy estricta y hemos concedido pocos indultos humanitarios. No hemos distinguido si se trata de personas que hayan cometido delitos de lesa humanidad o delitos comunes, si están en estado terminal. Y lo hemos aplicado con estricto rigor, solamente cuando sea inminente la muerte de la persona y seguiremos con ese criterio. Pero pensamos que el camino que se abre a través de la Ley Humanitaria es el mejor, que sean los tribunales quienes se hagan cargo de esto como regla general.

En el Tribunal Constitucional se dio un debate sobre los requisitos que deben cumplir los condenados por delitos de lesa humanidad para optar a la libertad condicional, y el TC resolvió no tomar en cuenta el arrepentimiento público en estos casos. ¿Qué le parece el fallo y cómo le hubiese gustado que se resolviera?

Nosotros trabajamos mucho este proyecto de libertades condicionales. De hecho, el proyecto se origina en una moción en donde me tocó participar como senador (...) El proyecto que se despachó de la comisión mixta en general es un buen proyecto, salvo la forma en como resolvió el tema de las libertades condicionales de las personas que están condenadas por lesa humanidad. Ahí nosotros planteamos aplicar el régimen del derecho internacional de los derechos humanos. Pero eso no lo consideró suficiente la mayoría de la comisión mixta e instaló una serie de otras exigencias extremas solo para ellos (...) exigiendo el requisito de arrepentimiento, que a nuestro juicio era inaceptable. Señalamos que eso hacía una intromisión en el fuero interno de las personas, porque los obligaba a tomar decisiones que en conciencia ellos podían considerar distintas. En ese sentido, el tribunal acogió debidamente ese punto, que era la tesis que sostuvimos en la comisión mixta.

¿Cómo evalúa la gestión de Gendarmería en un año de paros y cuáles son los desafíos del área?

En el caso de Gendarmería ha sido un año que ha tenido momentos muy tensos y difíciles, pero también muy valiosos, porque logramos, en lo que dice relación con el trabajo con los gremios, resolver problemas pendientes. Logramos un acuerdo en temas que se arrastraban durante años y estructuramos los pilares fundamentales de la transformación de Gendarmería, que es no solamente una institución de custodia y seguridad de las personas privadas de libertad, sino que un órgano cuyo compromiso va a ser la reinserción social, para disminuir la reincidencia y, por lo tanto, ser un eslabón de la cadena de la seguridad pública, cosa que no lo ha sido. Va a ser uno de los cambios en la política de seguridad pública que va a incorporar el gobierno (...) Yo diría que sumando y restando, el 2018 terminó siendo un muy buen año en Gendarmería.

¿Qué avances ve en el proyecto para separar el Sename?

El Sename se va terminar en este gobierno. Vamos a tener dos nuevos servicios que se harán cargo de las tareas principales del Sename: uno el área de protección y el otro de infractores juveniles (...) Siendo realista, calculo que este año deberíamos terminar con el diseño y aprobación de los dos nuevos servicios que van a remplazar al Sename, para empezar a implementarse en un año más, porque hay un periodo de vacancia y, luego, una implementación gradual.

¿Cómo ve la gestión de la directora del Sename, Susana Tonda?

Muy bien, yo creo que ella ha tenido muchas dificultades, pero tiene experiencia, capacidad de gestión, mucha sensibilidad humana y personal. Cuando estén listos los nuevos servicios, la pega ya la va a haber hecho.