Sus antiguas escaleras y pasillos han visto pasar a grandes intérpretes. Luis Miguel, Soda Stereo, Raphael y Julio Iglesias son algunos de los artistas que se albergaron en sus cinco plantas, antes o después de sus rutinas en la Quinta Vergara. Y hoy, el emblemático edificio, construido en 1936 -que en febrero bajó la cortina en medio del estallido social-, reabrirá en una impensada faceta: recibir a personas contagiadas con coronavirus, que utilizarán el Hotel O’Higgins para cumplir sus cuarentenas.

El recinto, propiedad del municipio de Viña del Mar, fue cedido para contribuir a frenar y controlar la propagación del virus.

“El Hotel O’Higgins tiene un gran valor para Viña del Mar, su edificio es patrimonio urbano, su marca tiene gran posicionamiento, nacional e internacional, y su funcionamiento está ligado a la historia cultural y protocolar de la ciudad, y también de las familias viñamarinas”, destaca la alcaldesa Virginia Reginato.

Así, en una primera fase se habilitó el segundo piso del recinto, que brindará a las personas en cuarentena las mismas comodidades que, habitualmente, se ofrecen a los turistas que allí se hospedan. Televisor, teléfono, TV cable, Wifi y baño privado son los equipos que disponen las habitaciones, que, además, contarán con un dispensador de alcohol gel y vestimenta de protección, como mascarillas y guantes.

Por ahora serán 50 camas, pudiendo incrementarse a 322, según la demanda. Incluso, se evalúa instalar literas en sus salones, de ser necesario. El hotel será atendido -ya no por mucamas, botones ni garzones- por médicos, enfermeras, técnicos en enfermería, auxiliares de servicio y nutricionistas. En total, 49 personas, que fueron capacitadas para la atención de los residentes.

Alimentación y cuidados

La alimentación de los futuros ocupantes será elaborada cada día con supervisión de nutricionistas y entregada en cada habitación de acuerdo al protocolo de aislamiento, para el cumplimiento de la cuarentena, que implica el confinamiento total durante 14 días. Además, las personas tendrán control y monitoreo de sus signos vitales y atención de sus condiciones generales de salud, junto con supervisión de las terapias farmacológicas que requieran.

El director (S) del Servicio de Salud Viña del Mar-Quillota, Alfredo Molina, relata que serán derivadas al Hotel O’Higgins personas con dificultad para cumplir la cuarentena en aislamiento, por ejemplo, adultos mayores, personas con enfermedades crónicas o pacientes que viven bajo hacinamiento en sus hogares.

La autoridad agregó que se atenderán solo casos leves de Covid-19 y que, en la eventualidad de que alguno se agravara, “será evaluado y trasladado por el Samu, según un protocolo ya definido, al Hospital Gustavo Fricke. Para ello se cuenta con una camilla clínica”.

El consejero regional Manuel Millones, uno de los gestores de la conversión del inmueble, aseguró que el servicio de salud asumirá los gastos operacionales y que se está evaluando “el arriendo de una ambulancia para el traslado de las personas que sean derivados a este recinto”. Aseguró, eso sí, que espera que el nuevo rol del hotel sea momentáneo y que “al término de esta pandemia sea nuevamente concesionado, recupere su pasado glorioso y se hagan potentes inversiones que lo hagan salir de su postergación”.