A partir de las 15.00 de hoy familiares, amigos, miembros de la comunidad haitiana y de diversos credos le darán el último adiós a Joane Florvil en la Iglesia Metodista de Santiago, ubicada en la calle Agustinas.
Esto porque durante el día martes, los restos de la mujer serán repatriados a Haití, gracias a las gestiones realizadas por parte de distintas entidades del gobierno, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) y la familia de Joane.
La ciudadana haitiana fue acusada en agosto de 2017 de supuestamente abandonar a su hija en la Oficina de Protección de Derechos (OPD) de Lo Prado.
El sumario hecho por la municipalidad que dio a conocer La Tercera esta semana, cuenta con las declaraciones de los funcionarios que tuvieron participación directa ese día, sin embargo, no arrojó responsables.
Tras esta situación, y en circunstancias que hoy están siendo investigadas por el Ministerio Público, la mujer fue trasladada a la ex Posta Central, luego de haber permanecido dos horas en la 48 Comisaría de Santiago.
Florvil falleció un mes después de su detención, el 30 de septiembre del año pasado, producto de una falla multisistémica en el Hospital Clínico de la Universidad Católica, sin poder volver a ver a su hija.
Su esposo, Wilfrid Fidele, quien había guardado silencio desde entonces, señaló a la revista Qué Pasa que "Chile me enseñó todas las cosas malas que nunca viví en mi país. Chile me enseñó la miseria". También dijo "que todos saben que lo que ocurrió con Joane es un abuso".
El cuerpo de Florvil permaneció más de seis meses en el Servicio Médico Legal (SML), hasta que su esposo -luego de resolver sus diferencias con la familia Florvil- reconoció el cuerpo y firmó para que sus restos pudiesen ser repatriados.
Ayer el cuerpo fue retirado del SML por la funeraria del Hogar de Cristo para que hoy se realice un responso ecuménico para despedirla. De esta ceremonia serán partícipes diversas iglesias, junto con la familia y seres queridos de Joane. Se desconoce si su esposo estará presente en el evento.
El director del Servicio Jesuita a Migrantes, José Tomás Vicuña, señaló que en esta instancia "seremos personas de distintas religiones que nos une el dolor de una muerte", y que la partida de la mujer "nos duele y nos preocupa". El sacerdote jesuita además llamó a iniciar "acciones y políticas que promuevan la inclusión y no sólo el control".