Cada año, con la llegada del otoño, es inevitable el famoso y, a veces, complejo cambio en los relojes. Así, el horario de verano finalizará hoy, oficialmente, a las 23.59. Esto significa que, cuando llegue la medianoche, los relojes deberán retrocederse una hora y volver a marcar las 23.00, por lo que se ganarán 60 minutos más de sueño.
Estas modificaciones de horario no están exentas de críticas. De hecho, hay expertos que plantean que pueden causar desajustes y perjudicar la productividad en el trabajo y los estudios.
El psicólogo Jorge Fuentes entregó consejos para evitar inconvenientes: "Las dos primeras semanas son netamente de adaptación, donde lo aconsejable es mantenerse lo más relajado posible, tener espacios para el descanso y la recreación y, sobre todo, es primordial dormir las horas necesarias, aunque signifique que los primeros días deban acostarse más temprano".
Por su parte, el doctor John Ewer, experto en relojes biológicos, dijo que el cambio de horario más complejo es el de la primavera, "ya que obliga a levantarse más temprano y se pierde una hora de sueño, lo que afecta el desempeño".
Magallanes y la Antártica mantendrán el huso horario UTC-3 y no deberán alterar los relojes. En Isla de Pascua, en tanto, a las 22.00 se pasará a huso horario UTC-6, y deberán atrasar los relojes en una hora.