En estos días en que se desarrolla en Santiago la Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal, donde, entre otros temas, se abordarán los casos de abusos por parte del clero, la Arquidiócesis de Santiago transparentó este martes sus ingresos y gastos de 2017, año en que se anunció la visita del Papa Francisco a Chile y que antecedió a la actual crisis eclesial.

El arzobispado informó que el monto por entradas de dinero a sus arcas ascendió a $ 11.074 millones, de los cuales se gastaron $ 11.068 millones. Este monto es mayor en comparación a los años 2016 (cuando la cifra alcanzó los $ 10.337 millones) y 2015 (el monto absoluto llegó a $ 10.416 millones).

Para Alejandro Álvarez, vocero de la Fundación Voces Católicas, "se nota que hay un esfuerzo y un cambio de paradigma respecto de la manera en que la Iglesia se plantea frente a la sociedad civil". Sobre las proyecciones de los ingresos que puede haber para este 2018, cree que "la crisis ha generado en algunos casos una huida en la Iglesia, pero en otros, un mayor compromiso. Eso me parece que se va a reflejar, por ejemplo, en los aportes económicos".

En su mayoría, los ingresos de la Iglesia de Santiago se deben a los aportes por la campaña del 1%, de 44.393 contribuyentes (correspondientes al 30% del total), arriendos de propiedades de la Iglesia (30%) y al aporte de fundaciones privadas (20%). Les siguen las donaciones privadas, los proyectos sociales concursables, la Campaña de la Cuaresma y las Agencias Internacionales (ver infografía).

Si bien en este detalle no se incluyen las actividades realizadas por parroquias y fundaciones canónicas de la Arquidiócesis, los gastos se dividieron principalmente en las Vicarías Ambientales (44%). En este ítem se incluyen, por ejemplo, la peregrinación de Teresa de los Andes (con 100 mil asistentes aproximadamente), el Mes de la Familia (con 140 mil participantes) y la atención de familias vulnerables (en la cual hubo 92 mil beneficiados).

El resto de los egresos se distribuyeron en Vicarías Zonales (25%), donde se incluyeron retiros espirituales, escuelas de verano y actividades de formación, entre otras.

Transparencia

En septiembre de 2017, Chile Transparente y la Conferencia Episcopal firmaron un acuerdo de cooperación, buscando que la Iglesia Católica chilena avance en esta materia.

Alberto Precht, director ejecutivo de Chile Transparente, explicó que si bien el acuerdo fue con la Cech, esperan que estas prácticas se extiendan a las distintas diócesis e incluso a nivel de parroquias. También afirmó que esto es "un primer paso", y que, más tarde, los balances tienen que abrirse con mayor precisión: "Hay que ver bien las cuentas contables que se agrupan en los ítems; lo importante es que quede muy claro que cada peso que los fieles entregan, por ejemplo a través del 1% o de una donación, está siendo bien invertido, en el uso propio que debe tener una Iglesia".

De igual modo, en enero de 2016 el Hogar de Cristo firmó un acuerdo de colaboración con el Consejo para la Transparencia. Para su capellán, José Yuraszeck, "es fundamental que toda organización transparente sus cuentas de financiamiento hacia la gente, de todo lo que se hace. Eso permite y posibilita la confianza".