El rector de la Universidad Católica, Ignacio Sánchez, es integrante de la Mesa Social Covid-19, la instancia compuesta por autoridades, especialistas y académicos que monitorea la difusión del coronavirus y propone medidas para frenarlo. En la reunión de ayer, el rector quedó a cargo de una tarea crucial: definir los lineamientos éticos para el uso de los recursos médicos, que serán escasos cuando la red sanitaria no dé abasto. En esta entrevista, realizada a través de Zoom, la misma plataforma con la cual sus estudiantes reciben clases, Sánchez proyecta cómo será el complejo invierno que viene y lo que pasará con las clases.
¿Cuál es el dilema ético tras el virus?
En Europa hay una gran discusión sobre temas éticos, respecto a qué pacientes pueden usar el ventilador mecánico o no, a qué edades, a quién se le puede negar... creemos que es importante tener protocolos analizados para esto, por lo que coordinaré un grupo de trabajo con el Colegio Médico y los centros de bioética para consensuar un protocolo, para cuando se presente una crisis hospitalaria.
¿Habrá escasez de infraestructura?
Planteé la posibilidad de usar hoteles que estén cerrados, con dos objetivos: para tener ahí a los pacientes más sanos y para que eventualmente sean usados por el personal de la salud, porque en Europa, los médicos tienen miedo de contagiar a sus familias, entonces se quedan en un hotel. Además, tendremos que tener hospitales y clínicas reservados para enfermos sin el coronavirus, porque seguirá habiendo infartos, enfermedades cerebrovasculares y cánceres.
¿Cuándo cree que podríamos enfrentar una situación de colapso sanitario?
Es sabido que en los próximos dos meses este virus va a mezclarse con la influenza. Abril, mayo y junio serán los meses más complejos, porque podría haber concomitancia de virus y la influenza tiene su gravedad propia. Las próximas 10 a 12 semanas son claves para ver la progresión de la enfermedad, podríamos tener entre 15 mil y 60 mil infectados, pero todo dependerá de las medidas que se tomen para aplanar la curva.
El gobierno dice que el peak del coronavirus será entre abril y mayo. Pero si luego viene la influenza, ¿puede haber un peak de las dos enfermedades en mayo o junio?
La coexistencia de dos virus no necesariamente significa que habrá una mayor gravedad, quizás podría disminuir la contagiosidad de alguno de ellos. Sin embargo, creo que, en vez de ser cuatro semanas, la situación será compleja todo abril y mayo, por el invierno, porque los virus respiratorios viven mejor en ambientes fríos, cuando hay menos ventilación.
¿Cuándo cree que el país podría volver a la normalidad?
Hay que ver qué pasa cuando se liberen las medidas de aislamiento en otros países. En China ha habido un cierto rebote. Pero en Chile, en abril, mayo y junio estaremos muy preocupados de esta pandemia.
Si el virus causara problemas hasta junio, ¿qué pasará con el semestre académico?
En la UC, tenemos plataformas como Canvas y Zoom para permitir que la docencia se realice de forma online, que es algo que levantamos el año pasado, luego de la crisis social. Y en estas dos semanas ha sido impresionante cómo esto se ha desarrollado. En los últimos días, tuvimos 2 mil conferencias y clases diarias, a las que pueden asistir 65 mil estudiantes, lo que significa que cada estudiante recibe tres clases de una hora y 20 minutos diarios, parecido a lo que recibía presencialmente. Y hay más de 90% de asistencia. Ahora, tenemos que preocuparnos de quienes no tienen una conectividad de buen nivel, por lo que entregamos becas de internet para mil estudiantes, prestamos 410 computadores y compramos otros 130; las clases quedan grabadas y se puede dialogar con los profesores.
¿Y qué pasa con las actividades prácticas?
Tendrán que ser realizadas en el segundo semestre. Por eso, tendremos que evaluar a los alumnos de forma anual y no semestralmente, es decir, adelantar las actividades teóricas del segundo semestre, para hacerlas online en el primer semestre, y las actividades prácticas hacerlas a partir de julio y agosto. Además, lo más probable es que no existan vacaciones de invierno y hemos definido que el año terminará a fines de enero.
¿Y la clase online tiene el mismo aprendizaje que una clase presencial?
Siento que estamos usando la metodología online de la mejor forma y cuando pase la emergencia, habremos aprendido bastante sobre ella. De hecho, más adelante la seguiremos usando bastante, no creo que quede de lado. La crisis nos servirá para cambiar aspectos de la docencia y darle a la metodología online el lugar que se merece.
Y ya que todo es online, ¿bajarán los aranceles?
La metodología online no es para nada más barata. De hecho, requiere mayor inversión que la metodología presencial. En un semestre normal, no hubiésemos tenido que comprar 4 mil licencias para que los profesores hagan sus clases, Canvas tiene un costo importante, hubo que contratar profesionales para capacitar a los docentes y estamos dando becas de internet; y la universidad ha absorbido eso. Es cierto que no usamos salas de clases y estamos gastando menos insumos, pero levantar esta metodología es costoso. Por otra parte, el gasto por las actividades prácticas se producirá en los próximos meses. Además, los estudiantes tienen que entender que los profesores y funcionarios esperan tener un sueldo similar y el 70% de nuestro costo es por remuneraciones. Pero estamos estudiando caso a caso la situación económica de los estudiantes.
¿Qué le parece el paro de los estudiantes de Medicina de la UC, que reclamaban por las medidas de seguridad contra el coronavirus? ¿Y qué le parece el “paro online” de los estudiantes de la U. de Chile?
El paro de los estudiantes de Medicina, en medio de esta catástrofe, me produjo incredulidad, vergüenza y bastante rabia, porque no creo que haya que imponer los intereses propios por sobre los de la sociedad. Ahora, el problema es que esto se presentó como un paro, debieron presentarlo como una petición a las autoridades, porque obviamente necesitan mascarillas, guantes y protección, eso es básico. Pero no podemos condicionar nuestro trabajo a que se cumplan esas condiciones. Fue un error grave, pero dieron su explicación. Respecto a lo que plantean los estudiantes de la U. de Chile y de otras universidades, debo decir que me parece sorprendente, porque todas las universidades han puesto su mejor esfuerzo para sortear esta crisis. Por lo tanto, una paralización de este tipo no colabora en nada y no es empática con lo que vive el país.