Este martes no fue un día fácil en Pidima, Región de La Araucanía. Ocho focos de incendios forestales se desataron casi en simultáneo y todos a una distancia similar entre ellos. Un fenómeno que desde la Corporación Nacional Forestal (Conaf) no creen propio de la casualidad. "El que los está haciendo sabe del comportamiento del fuego. Encienden a mediados de las laderas, desde donde saben que subirá el fuego y lograrán que se forme un enjambre de incendio", indicó Aida Baldini, gerenta de Acción Contra Incendios Forestales del organismo público-privado.

Incluso, Baldini fue más allá y aseguró que hay mal intención detrás de estos hechos. "Hay grupos organizados para provocar los incendios. Usan artefactos hechizos de alta ingeniosidad. Estamos encontrando muchos de ellos que tienen la particularidad de no dejar huella", dijo.

Sin embargo, pese a las dudas, no es fácil detectar a los responsables de estos siniestros. Así, por lo menos, lo dejan ver los resultados obtenidos por el Ministerio Público. Entre 2016 y 2018 se iniciaron 4.552 casos por incendios forestales. Solo se obtuvo sentencia definitiva condenatoria en 106 oportunidades, en su mayoría casos sin intencionalidad y correspondientes a negligencias por mal uso de herramientas, quemas agrícolas, entre otras. Esto significa que en el 2% de los casos se llegó a un veredicto de sentencia condenatoria.

Mientras 3.326 casos fueron archivados por no encontrarse antecedentes que permitan esclarecer los hechos, en 118 se alcanzó la suspensión condicional del procedimiento, lo que ocurre en casos con figuras delictuales menos graves en que existe una salida alternativa para el responsable, como, por ejemplo, la reparación de la zona devastada.

El total de casos entregados vía Transparencia por el Ministerio Público, incluye tres tipos de situaciones normadas por el Código Penal y la Ley de Bosques, que no siempre abordan la conducta dolosa de provocar un incendio, como es el caso del uso ilícito de fuego. No obstante, el 80% de ellos (3.648) se refiere a incendios de bosques.

Intencionalidad

De acuerdo a Pablo Muñoz, fiscal coordinador de Incendios Forestales en la Región de O'Higgins, cuesta mucho encontrar a los responsables cuando hay intencionalidad. Pese a que situaciones como la ocurrida en Pidima, con incendios simultáneos de un orden de aparición secuencial, levanta de inmediato sospechas por un posible siniestro doloso. "En estos casos cuesta encontrar a los responsables, ya que actúan en lugares desprovistos de vigilancia. Quizás podemos dar con la presencia de acelerante, pero aún así nos va a faltar acreditar qué persona cometió esta conducta", indicó.

Esta situación se puede trasladar al proceso que se inició a partir de la detención de cuatro personas en la comuna de Chépica, el 26 de enero de 2017, en pleno periodo de los megaincendios. A estos individuos se les detuvo en una camioneta, en cuyo interior portaban un bidón con restos de acelerante. Sin embargo, pese al impacto público de los hechos, se resolvió el sobreseimiento definitivo de los imputados por falta de pruebas.

Andrés Barrios, comisario de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente (Bidema) de la PDI, destacó la importancia para el éxito de la investigación que tiene la colaboración de testigos: "Son muy relevantes en estas situaciones los antecedentes que puedan aportar las personas que vivan cerca del lugar donde ocurren los incendios. Si observaron a alguna persona no habitual o vehículo desconocido".

Bárbara Sanhueza, abogada la Fiscalía Nacional, reconoció la complejidad de estos casos, aunque destacó que se intenta mejorar los resultados a través de alianzas interinstitucionales. "En 2018 se firmó un convenio con Conaf para la prevención, mitigación y combate de incendios forestales. Porque en este escenario, es importante contar con equipos multidisciplinarios que permitan dar mejores respuestas a estos hechos", dijo.

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