Gigantescas columnas de humo y el cielo enrojecido por las llamas fue la última imagen que vieron muchos angolinos cuando se fueron a dormir, la noche del sábado de Navidad. A esa hora, múltiples incendios forestales arrasaban con sectores del centro y sur del país, y ayer no dieron tregua.
“Estamos encerrados, no tenemos agua, pero estamos en un lugar seguro. Vamos a tener que esperar que se consuma el bosque para poder salir”, relató un voluntario de Bomberos de Angol, quien con su celular mostraba cómo el fuego les cortó el paso mientras trabajaban en el sector de Lolenco.
Las altísimas temperaturas y la falta de lluvias en la zona centro-sur facilitaron el avance de las llamas, y ayer por la tarde la Oficina Nacional de Emergencia (Onemi) contabilizaba 50 incendios forestales en el país, de los cuales 12 estaban activos, 30 controlados y ocho extintos.
De ellos, el más grande era el de Angol y Los Sauces, en La Araucanía, que fue bautizado como “incendio El Almendro 2″ y que ha consumido nueve mil hectáreas desde el jueves, cuando fue detectado. Ayer había seis evacuados y dos carabineros lesionados.
Los incendios se han intensificado y ayer la Corporación Nacional Forestal (Conaf) sumaba 21.789 hectáreas quemadas en todo el país, desde el 1 de julio hasta ayer, equivalentes a la superficie de la comuna de Concepción.
Esto convierte al segundo semestre de 2021 en el más devastador desde el segundo semestre de 2016, cuando fueron calcinadas 64.811 hectáreas. La cifra de este año casi cuadruplica la superficie abrasada en el segundo semestre del año pasado (ver infografía).
Esos siniestros de 2016 fueron los que antecedieron a los megaincendios del verano de 2017, que golpearon fuertemente a las regiones de O’Higgins, Maule y Biobío, y que arrasaron con la comuna de Navidad. Ese período (julio de 2016 a junio de 2017) culminó con 570 mil hectáreas quemadas, equivalentes a cinco veces la superficie de la comuna de Angol.
Emergencia en La Araucanía
Este año, la región más afectada ha sido La Araucanía, donde más de 12 mil hectáreas se han perdido, pero también los incendios han aumentado en Coquimbo, O’Higgins, Ñuble e incluso Aysén, donde hay 1.487 hectáreas arrasadas. En total, 11 de las 16 regiones tienen peores indicadores que el año pasado.
Rodrigo Munita, director de Conaf, dijo ayer que las condiciones climáticas no ayudaban a frenar los incendios. “El fenómeno más complejo es el de las olas de calor, que se prolongan por tres, cuatro, cinco o seis días, y en esta zona (La Araucanía) esperamos una condición así, por lo que el combate será difícil y arduo”, dijo.
La jefa provincial de la Conaf en Cautín, Yanira Sandoval, contó que en el incendio que afecta a Los Sauces “contamos con 380 personas trabajando, 28 brigadas, nueve aviones cisterna, un avión Hércules C-130 con una capacidad de nueve mil litros, dos helicópteros, camiones aljibe, un avión de coordinación, cuatro skidder (máquinas forestales) y 22 técnicos. Además, nos apoyan Carabineros, el Ejército, Bomberos y la PDI”.
Y Joel Cárcamo, segundo comandante regional de Bomberos, indicó que ejecutaron un gran despliegue para proteger las viviendas del sector, “lo cual ha dado un buen resultado. Tenemos solamente una bodega desocupada que fue combustionada, el resto todo se ha salvado”.
El encargado añadió que “esta emergencia ha provocado la activación de un plan regional de bomberos de La Araucanía”, para lo cual fueron reunidos 182 efectivos de la institución, que pasaron el fin de semana navideño intentando aplacar las llamas.
Evacuación en Quillón
Otro incendio relevante que ayer se mantenía activo era uno que afectaba a Quillón, en la Región de Ñuble, y que este fin de semana consumió mil hectáreas. Por redes sociales, los habitantes del sector difundieron fotos que mostraban cómo una gigantesca columna de humo, similar a la de un volcán, se elevaba en medio del calor de la jornada.
Tres aviones y cuatro helicópteros de la Conaf acudieron a ese incendio, al igual que 10 carros bomba y aviones y brigadistas de la Forestal Arauco. Además, un segundo incendio en esta comuna consumió otras 20 hectáreas.
Sin embargo, la extinción del fuego se veía difícil, por lo que ayer la Onemi solicitó la evacuación del sector La Esmeralda, de Quillón, activando incluso el Sistema de Alerta de Emergencias (SAE), emitiendo la alerta con mensajes a celulares a las 17.17 horas.
En la Región de O’Higgins, un siniestro afectó este fin de semana a las comunas de Requínoa y Machalí, acabando con 912 hectáreas forestales. Ahí se quemó una vivienda deshabitada, cuatro familias fueron evacuadas y dos brigadistas resultaron lesionados.
Juan José Ugarte, presidente de la Corporación Chilena de la Madera (Corma), dijo que a las altas temperaturas y los fuertes vientos de la zona, que propagaron el fuego, también se suma “la intencionalidad de estos incendios, presentando en ellos varios focos simultáneos”.
“El pronóstico indica que seguirán las condiciones climáticas complejas para controlar los incendios, por lo que una vez más les pedimos que nos ayuden a prevenir los incendios y así evitar la destrucción de la naturaleza y, sobre todo, poner en riesgo a tantas familias”, añadió.
Temporada estival peor que la de 2017
Los incendios de este segundo semestre también son 11% más que los registrados, en promedio, en los últimos cinco años, según las estadísticas de la Conaf, lo que infunde el temor de que las emergencias de enero y febrero sean también superiores a las de otros años, en medio de la megasequía que afecta al país.
Suzanne Wylie, directora ejecutiva de la Fundación Reforestemos, dice que se espera que este verano “continúen las altas temperaturas y la gran sequía acumulada que ha afectado a Chile durante el último tiempo, dos factores que en conjunto crean peligrosas condiciones para la propagación de este tipo de siniestros”.
“De hecho, este mes hemos vivido altas temperaturas históricas para el sur de nuestro país, y Conaf, hace unas semanas, ya mencionaba que esta temporada de incendios sería 67% mayor a la anterior. Solo este fin de semana hubo siete alertas rojas entre las regiones Metropolitana y Los Lagos”, añade.
De hecho, Wylie prevé que “esta temporada estival sea similar o peor que la del verano 2017. Sin embargo, eso no significa que nos quedemos de brazos cruzados. Como fundación, sabemos que la mejor forma de evitar los incendios es la prevención, ya sea con acciones de silvicultura preventiva, como con educación, sobre todo en un país donde el 99,7% de los incendios son causados por la negligencia humana, por lo que es clave inculcar prácticas de prevención”.