La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (Ocde) publicó ayer el informe "Education at a Glance" (Panorama de la educación), que analiza el escenario en esta área en sus 36 países miembros. Respecto de Chile, entregó datos que reavivan el debate sobre cuánto debería durar la cobertura de la gratuidad.
Según el estudio, en base a datos de 2017, solo el 16% de quienes ingresan a la universidad egresa dentro de la duración formal de su carrera, "la cual es la tasa más baja" entre los 23 países con datos disponibles. El promedio de egreso a tiempo entre estas naciones es cercano al 40%, y el país con mejor tasa de egreso es Reino Unido, con 72%.
En el caso de Chile, al tercer año de atraso "la tasa de egreso aumenta al 54%, aún por debajo del 67% promedio". En este escenario, nuestro país queda levemente por encima de Brasil.
"Del 46% de estudiantes restantes que no se han graduado durante el tiempo señalado, cerca de un tercio continúa matriculado en educación superior y los otros dos tercios abandonan el sistema sin titularse", advierte la Ocde.
En los últimos meses, las universidades han pedido que el Mineduc busque una solución a esta situación, porque según la Ley de Educación Superior, cuando un alumno se atrasa pierde la gratuidad. Y el costo del tiempo restante de carrera lo asumen la institución y el estudiante.
¿Se debe extender la duración de la gratuidad? La directora ejecutiva de Acción Educar, Magdalena Vergara, dice que si bien la baja tasa de titulación es preocupante, extender la gratuidad no solucionará el problema. "Es necesario ver en detalle las razones que la causan para hacerse cargo", dice la experta, quien puntualiza que "la sobreduración es muy diversa según el tipo de carrera, institución o por vulnerabilidad del estudiante".
El rector de la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, Álvaro Ramis, plantea que si bien se necesita incentivar la titulación oportuna, "se tiene que generar un colchón para casos donde hay retrasos, porque de lo contrario, el Estado también pierde la inversión de la gratuidad". Son cinco años de estudios que podrían quedar inconclusos.
En cambio, el subsecretario de Educación Superior, Juan Eduardo Vargas, dice que más allá de estos datos, hay que valorar que en la última década la retención en el sector aumentó del 69% al 74% y que se redujo la duración de las carreras. Y para mejorar aún más, dice que el foco de estar en otra parte.
"En un contexto de recursos escasos, debemos invertir en los niveles que demuestran alto impacto, como la educación inicial y escolar, ya que en la medida en que los jóvenes llegan más preparados a la educación superior también podemos mejorar sus trayectorias académicas", afirma.
La más alta inversión
El informe de la Ocde destaca la alta inversión que se realiza en educación en nuestro país. La organización dice que Chile gastó en 2017 el 6,3% de su PIB en educación, una de las tasas más altas entre estos países.
Sin embargo, advierte que 2,3 puntos de ese gasto son de origen privado (familias), que es "la mayor participación entre la Ocde y países asociados". De hecho, en dicho año, el 37% del dinero que se invirtió en instituciones de educación básica hasta la superior fue privado, 21 puntos porcentuales más que el promedio de la organización.
Para el subsecretario Vargas, esa inversión ha tenido efectos positivos. "Los egresados de programas técnico superior tienen un retorno salarial 40% mayor al de quienes solo tienen educación media. Dichas diferencias aumentan al 163% en programas profesionales. El esfuerzo que hemos hecho como país tiene un impacto directo en una mejor calidad de vida de miles de jóvenes y sus familias", indica.
En otros ámbitos, el informe también destaca que la inversión chilena en educación parvularia es la más alta entre los países miembros, pero que pese a eso, la matrícula sigue siendo baja.
Además, dice que la dotación de profesores está entre los más jóvenes de la Ocde, pero que estos son los que más trabajan y tienen sueldos más bajos. Sin embargo, los datos son anteriores a la aplicación de la Carrera Docente, que modificó las condiciones laborales de los maestros.