La exigencia del uso de sillas para menores de edad en los automóviles y una nueva ley que reduce la velocidad en las calles son dos medidas clave que se han adoptado en los últimos años para reducir la cantidad de accidentes de tránsito en el país. Sin embargo, los familiares de víctimas y expertos en seguridad vial sostienen que respecto del consumo de alcohol en los conductores no se han realizado campañas especiales, lo que lleva a que esta conducta se siga repitiendo.
El último balance realizado por la Comisión Nacional de Seguridad del Tránsito (Conaset), dependiente del Ministerio de Transportes, establece que las colisiones relacionadas con la ingesta de bebidas alcohólicas están lejos de bajar: en 2016 se registraron 6.787 accidentes, mientras que en 2017 ocurrieron 6.981 siniestros. Sin embargo, la cantidad de fallecidos en estos eventos se redujo de 148 casos en 2016 a un total de 126 durante 2017.
El indicador es relevante, pues habla de una menor gravedad en los casos, pero de igual modo las organizaciones internacionales plantean que se continuará reduciendo la tendencia. El año pasado hubo 94.879 accidentes a nivel nacional por diversas razones y el consumo de alcohol fue la cuarta causa de estos siniestros.
Al mirar los datos de casi una década de accidentes viales, se observa que mientras en 2008 se registraron 4.205 choques ligados al consumo de alcohol, el año pasado hubo 6.981 siniestros.
El reporte oficial de la Conaset también señala que los protagonistas de estos choques son, en su mayoría, jóvenes. Y los eventos relacionados al consumo de alcohol sucedieron principalmente entre las 21.00 y las 23.59 horas, y entre las 3.00 y las 5.59 horas, lo que coincide con la apertura y cierre de los locales con expendio de bebidas alcohólicas. En concordancia con ello, los días de la semana donde ocurrieron más siniestros y fallecidos fueron los sábados y los domingos.
Gloria Hutt, ministra de Transportes, explica que las cifras llevan a aumentar "los esfuerzos por generar un gran cambio cultural". En esa línea, sostiene que las leyes Tolerancia Cero y Emilia han sido un aporte en esta tarea. "Pese a que el número de accidentes ha crecido, cuestión que ciertamente nos motiva a seguir concentrando nuestros esfuerzos en esta materia, el índice de severidad de los siniestros ha bajado", dice.
Campañas
Los parientes de víctimas de siniestros viales sostienen que no hay mensajes que sensibilicen a la población respecto de este problema. Carolina Figueroa, presidenta de la Fundación Emilia, dice que la Conaset cuenta con un presupuesto de $ 156 millones para realizar este tipo de iniciativas.
"Creemos que una educación permanente a los conductores es relevante, pero esto no se está realizando", dice. Afirmó que en el año 2013, el 8% de los controles en las calles marcó positivo. Hoy, con las leyes Emilia y Tolerancia Cero, ocurre en solo el 4% de los casos. Pero Figueroa añade que no tiene sentido tener una norma que establece penas a este delito si no hay controles efectivos.
Al respecto, el Ministerio de Transportes realizará una campaña especial en Fiestas Patrias. Luis Alberto Stuven, secretario ejecutivo de la Conaset, planteó que "el cambio de conducta debe ser un trabajo constante, para que todos los conductores comprendan lo riesgoso que puede ser manejar con grados de alcohol", dijo.
El gerente de estudios del Automóvil Club de Chile, Alberto Escobar, asegura que los pilotos no son fiscalizados, lo que implica que perciben impunidad cuando beben. "Las personas saben que nadie los parará. La posibilidad de que un carabinero te multe es bajísima, porque no hay la cantidad de personal adecuada para ello", dijo.