Mañana comienza a regir la nueva Ley de Convivencia Vial, que contempla cambios en los derechos y deberes tanto de automovilistas como de ciclistas y peatones. Una de sus exigencias se destaca ciertas prohibiciones a las que estarán sujetos los ciclos (vehículo no motorizado de una o más ruedas propulsado exclusivamente por una o más personas situadas en él), quienes estarán obligados a transitar por las ciclovías, y en el caso de que no las haya, deben realizarlo por la pista derecha de la calzada.

Sin embargo, es principalmente esta última iniciativa la que es criticada por expertos viales quienes aseguran que Santiago no está preparado para este tipo de cambios.

Uno de ellos es Felipe Ulloa, geógrafo de la Universidad de Chile y ex consultor de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), quien indica que la norma tiene que considerar señaléticas adecuadas en las calles señalando zonas de calzada compartida y zonas de baja velocidad, además de normas que indique las multas si se transgreden dichas regulaciones. De lo contrario es imposible brindar seguridad y darle soporte a la movilidad de los ciclistas.

Opinión que comparte la alcaldesa de Peñalolén y presidenta de la Comisión de Transporte de la Asociación Chilena de Municipalidades, Carolina Leitao, quien en conversación Radio Cooperativa recordó el plan de ciclovías impulsado por el ex intendente metropolitano Claudio Orrego que coordinaba las rutas especiales para ciclistas. Junto con ello aseguró que se debe continuar con este tipo de iniciativas para "absorber la demanda cada vez mayor en la Región Metropolitana".

Leonardo Cortés, urbanista de la Universidad Central asegura que "el problema de las ciclovías es que no hay un sistema de transporte de este tipo a nivel metropolitano que esté coordinado por la Secretaría de Transporte, por la Intendencia o el Gobierno Regional, y en ese sentido hace que sea un poco inviable realizar un desplazamiento entre comunas de forma cotidiana que no obligue entrar a las calles".

Por tanto, aseguró que "si la infraestructura de la ciudad no está preparada para recibir estos cambios, la persistencia (de esta ley) va a ser más bien difícil".

Ulloa expresó, por ejemplo que el eje Apoquindo, Providencia y Alameda no cuenta con "una norma que defina al menos zonas de baja velocidad y de carriles o pistas de uso compartido con señaléticas adecuadas y al menos pistas pintadas señalando sus usos".

Por su parte, Cortés, agrega como segundo punto ante esta problemática, es que tiene que haber una campaña de educación formativa con respecto a los derechos y deberes de cada uno de los integrantes del desplazamiento de Santiago. "No hay conciencia, ya sea para los ciclistas, peatones o conductores vehiculares con respecto a los derechos y deberes que cada uno debe poseer al momento del desplazamiento", asegura.

"Es importante realizar campaña de información para que los peatones conozcan los derechos de ciclistas o automovilistas y entiendan como deben relacionarse, pero de eso no sabemos absolutamente nada y eso lo que va a crear es una situación de no accesibilidad".

Es por ello que los expertos emplazan a las autoridades para que exista un plan de ciclovías en la Región Metropolitana "para efectos de que ojalá las bicicletas (…) anden por una ciclovía establecida", aseguró la alcaldesa de Peñalolén.

Así mismo "Es deber del Estado garantizar la movilidad de las personas y su libre tránsito con seguridad, es un derecho constitucional", explicó el experto y ex asesor de la Cepal.