Corría el año 1971 cuando el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Raúl Allard Neumann, motivado con la idea de crear un afiche que retratara la ciudad, se contactó con Óscar Luis Molina, director del sello editorial de esa casa de estudios (Ediciones Universitarias de Valparaíso) para concretar el proyecto.
Molina encargó el boceto a uno de sus jóvenes diseñadores en la editorial: Allan Browne. Y en 15 días el cartel estuvo listo, pero faltaba dinero para su impresión. Ante ese obstáculo, el editor acudió al municipio y pidió apoyo al entonces alcalde de Valparaíso, Sergio Vuskovic Rojo.
El jefe comunal se entusiasmó con el proyecto -contó Browne el viernes pasado en la presentación de la cuarta edición del afiche, impulsada por la Universidad de Valparaíso (UV)- y se comprometió a adquirir los primeros 10 mil ejemplares. Pero puso una condición: que el afiche reflejara la esencia del Puerto y su proyección a futuro.
“Se trataba de tener una representación moderna y aplicada de la ciudad. Se quería hacer un esfuerzo para visibilizar Valparaíso, para buscar su desarrollo en todos los planos”, explica Iván Vuskovic, exconcejal de la región e hijo de Sergio. Una vez impreso, se repartió a locales comerciales establecidos. En todos estaba el cartel.
El afiche, agrega Vuskovic, estuvo en la oficina de su padre durante esa época. Pero, recientemente, volvió a su lugar de origen: “Hace dos años tengo este icónico afiche en mi oficina; creo que demuestra la diversidad de nuestro territorio y la vinculación latinoamericana de nuestra ciudad. Valparaíso siempre ha sido una ciudad a escala continental”, señala el actual alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp (Ind.).
Su inspiración
“Lo primero que se me vino a la mente fue visualizar esa vocación de Valparaíso por unir cerros y mar”, comentó Browne la semana pasada, en la sala El Farol, de la UV.
Así, mediante la técnica del collage, el diseñador y Doctor Honoris Causa de la UV situó dos quebradas. En la primera (hacia la izquierda) se observa la Iglesia San Francisco, el primer “faro” de Valparaíso, dijo Browne, “lo primero que veían los antiguos navegantes” al aproximarse a la bahía.
Inmediatamente a la izquierda y hacia abajo, le siguen las típicas casas de colores de la ciudad, por cuyas ventanas se ve el rostro de personajes importantes que vivieron ahí: los poetas Sara Vial, Pablo Neruda, Ennio Moltedo y Rubén Darío; el pintor Camilo Mori; los escritores Joaquín Edwards Bello y Carlos León, y el piloto Luis Pardo.
También se observa la cabeza de un burro -el “constructor de las casas, el que subía los materiales”- y ropa colgada desde un conventillo. Un poco más abajo, la caleta El Membrillo y una malla de pescar, que el autor fabricó con una media de seda de su esposa, poco tiempo después de contraer matrimonio, confesó entre risas.
En el escarpado del frente se aprecian figuras propias de la arquitectura del siglo XIX, que en parte le concedió a Valparaíso el título de Patrimonio de la Humanidad. “Reminiscencias de París, Hamburgo o Liverpool”, apuntó Browne.
Entre ellas, figura el riel de uno de los tradicionales ascensores del Puerto y también el Hotel Colón, donde -dijo Browne- alojó por esa época la actriz inglesa Sarah Berger, tras presentarse en el extinto Teatro Victoria. Y termina abajo con el Cabo de Hornos.
Ambos cerros, asegura el diseñador, configuran, en el mar de fondo, “el mapa del continente sudamericano. En esa década (1970), para nosotros, los jóvenes de ayer, el ideal era la integración latinoamericana. Eran los tiempos del Pacto Andino (1969)”.
En ese entonces, “los colegas de Arquitectura (de la PUCV) concebían la Amereida, una epopeya poética de América Latina (...); el Gato Alquinta cantaba Sube a nacer conmigo hermano, invitándonos a ascender a las alturas de Machu Picchu. Amigos y amigas, cómo han cambiado los tiempos. Quién los vio y quién lo ve”, reflexionó el además Ciudadano Ilustre de Valparaíso (2009).
Cuarta edición de un afiche “insuperable”
Desde 1971 el cartel ha sido impreso en cuatro oportunidades: en el inicio, a cargo del municipio y la editorial de la PUCV; en 1993, por iniciativa del Congreso Nacional; en 2017, a manos de la UV, y en octubre de este año, nuevamente por impulso de esa casa de estudios.
Pero en esta oportunidad el cartel fue publicado en compañía de un pequeño libro que “relata la trayectoria que ha tenido ese afiche. La Universidad de Valparaíso lleva el nombre de nuestra ciudad y parte de nuestra misión es poner en valor nuestro patrimonio cultural y simbólico” explicó el rector Osvaldo Corrales.
Corrales, presidente del Consorcio de Universidades del Estado de Chile (Cuech), señala que esta imagen gráfica “es la expresión de la identidad del puerto de Valparaíso durante los años 70. Tuvo una gran importancia en ese tiempo, especialmente entre los sectores populares de Valparaíso. Era muy común encontrar este afiche en distintos tipos de comercio. Porque la población se sintió identificada con la imagen que construyó el profesor Browne”.
En esta cuarta edición, el sello UV, dirigido por Ernesto Pfeiffer, “ha decidido recuperar ese afiche como parte de la memoria histórica de nuestra ciudad (...), aprovechando que el profesor Browne está vivo y goza de una gran lucidez, lo que ayuda a revalorizar su obra”, agregó Corrales.
Luz Núñez, académica de la Escuela de Diseño de la UV, dijo en la presentación que el afiche propone una síntesis de la ciudad que “perdura en la memoria y la hace insuperable (…) No nos remite a una época en particular. No dice si es del expresionismo alemán o del latinoamericanismo. No remite a un estilo gráfico, porque es propio de Allan. Y este código visual, propio del autor, le otorga también una atemporalidad”.
“El afiche es plenamente vigente como imagen y concepto en la actualidad”, comentó la diseñadora.
Este cartel, agrega Agustín Squella, exrector de la UV entre 1990 y 1998, “es el afiche que está en el imaginario porteño desde hace más de 50 años, cuando fue realizado por Allan Browne, porteñista de porteñistas. Ha tenido ya cuatro ediciones y la última, de este año, acompañada de un texto de Allan con la historia del afiche, texto que fue magistralmente diseñado por Gonzalo Catalán, discípulo de Allan. El afiche es de Valparaíso con forma de América Latina y en él (...) están los rostros de quienes más amaron Valparaíso”.
“Hoy día el afiche debería motivar a la ciudadanía, a los porteños y porteñistas: resurrección, renacimiento, renovación. Remirar el nombramiento de Valparaíso como Sitio Patrimonio de la Humanidad por la Unesco”, cerró Browne.