Evidentemente afectada se vio ayer a la presidenta del Colegio Médico, Izkia Siches, en la comisión investigadora del Congreso que indaga el aumento de casos de VIH. Fue al final de su presentación cuando relató que dos pacientes del Servicio de Salud Metropolitano Occidente, haitianos, con VIH y tratamiento médico en Chile, habían retornado a su país en el marco del plan humanitario impulsado por el gobierno, donde se dispuso de vuelos para volver de forma voluntaria. "Otro caso es el de una mujer embarazada con carga viral detectable que fue subida a uno de estos aviones y fue retornada a Haití. Con las condiciones que hay en Haití, ¿cómo este país puede ser capaz de subir enfermos?". Se produjo un silencio y Siches se quebró. Más tarde, explicó:
"Personalmente, como médico, considero que hay un actuar negligente (...) y que el Estado debiera haber aclarado que este paciente decidió trasladarse sabiendo que tiene el riesgo de morir en su país".
Mijail Bonito, asesor de política migratoria de la Subsecretaría del Interior, explicó que "el concepto de esto (viaje) es la voluntariedad, se postula habiendo accedido expresamente ante notario al vuelo y, por otro lado, ese dato (ser portador de VIH) tendría que ser entregado voluntariamente por el paciente, porque no le podemos preguntar. Y aún entregándolo, cuál es la posibilidad de evitar que una persona abandone el país", dijo.
El director del Servicio Jesuita Migrante, José Tomás Vicuña, manifestó que "un plan de retorno es mucho más que enviar a alguien a su país". La instancia parlamentaria ofició tanto a Interior como a Salud para que informen del tema.