El pasado 28 de septiembre, los estados miembros de la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en la 30ª Conferencia Sanitaria Panamericana eligieron al doctor Jarbas Barbosa como nuevo director por los próximos cuatro años, en reemplazo de la dominiquesa Carissa Etienne.
Esta semana, Barbosa estuvo de visita en Chile, donde además de reunirse con las autoridades, entre ellos el Presidente Gabriel Boric, se interiorizó de los proyectos nacionales en el área de la salud. Incluso su agenda incluyó una visita a Renca, una de las siete comunas piloto del Plan de Universalización de Atención Primaria. De hecho, afirma que en este proyecto del gobierno “solo hay ventajas”.
También asegura que ya es momento de aplicar medidas para enfrentar las consecuencias de la pandemia, pues el momento peak de la crisis sanitaria ya pasó. Eso sí, recalca que hay que seguir con la vigilancia genómica -en caso de que aparezca una nueva variante- e insistir en la vacunación.
A nivel mundial, ¿en qué etapa de la pandemia nos encontramos?
Ahora estamos saliendo de la fase más aguda de la pandemia, lo que es excelente. Igual seguimos con la necesidad de mantener la vigilancia, porque puede surgir una nueva variante del Covid-19, entonces hay que mantener una vigilancia genómica. Durante la pandemia, la OPS aprovechó para fortalecer la capacidad de vigilancia en América Latina y el Caribe. La red que coordinamos ha compartido más de 900 mil muestras de virus. Por otro lado, también hay que mantener la vacunación. Hoy la vacunación está dirigida principalmente para los grupos más vulnerables, por eso es muy importante que tengan sus refuerzos al día, porque el virus sigue circulando y esta es la única manera de proteger a esos grupos de tener un cuadro grave con el riesgo de morir. En mayo la Organización Mundial de la Salud (OMS) va a revisar la situación para decidir si continúa con la declaración de emergencia de salud pública de importancia internacional por Covid-19 o no.
¿Cómo ve los niveles de vacunación en la región?
América Latina y el Caribe tienen mucha tradición de tener programas de vacunación bastante fuertes. Nosotros apoyamos a los países durante la pandemia y aprovechamos fondos de donaciones que recibimos para fortalecer la cadena de frío en los países donde había más fragilidad. Hay que decir que al principio el acceso a las vacunas fue muy inequitativo, pero cuando finalmente llegaron las vacunas los países de Latinoamérica vacunaron con mucha velocidad y alcanzaron coberturas muy elevadas, incluso Chile tiene un programa de inmunización muy fuerte y una cobertura de vacunación que es muy buena. Eso sí, en algunos países del Caribe tuvimos algunos problemas, había muchos rumores e informaciones falsas, lo que dificulta el proceso en su momento.
¿Ya se ve cansancio pandémico?
Sí, y esto pasa porque desde el 2020 tenemos la pandemia y seguimos conviviendo con el virus. Eso sí, ahora también es el momento de centrarse en otras prioridades, de recuperarse de los impactos negativos que ha producido la pandemia y al mismo tiempo seguir con la vigilancia y vacunación. Muy probablemente el virus seguirá entre nosotros por mucho tiempo, pues aún no tenemos las herramientas para eliminar completamente el virus, porque las vacunas que tenemos ahora son muy efectivas para proteger las formas graves, pero no tiene la capacidad para interrumpir completamente la transmisión.
Otro fenómeno que se ve más es el long Covid, ¿qué datos manejan sobre su ocurrencia?
Hay algunos estudios que dicen que un 10% de los casos de Covid-19 pueden desarrollar manifestaciones que van a durar meses y a veces hasta más de un año, de acuerdo a las observaciones que tenemos hasta ahora. Tenemos guías técnicas que fueron compartidas con los países sobre cómo hacer el diagnóstico, pues son manifestaciones muy distintas, que van desde las más físicas, como las personas que tienen problemas respiratorios, o problemas de salud mental. Además, de por sí la salud mental se vio muy afectada.
Ahora que la etapa más aguda de la pandemia pasó, ¿qué consecuencias enfrentamos?
El Covid-19 ha producido un impacto negativo en prácticamente todos los programas prioritarios de salud. Por ejemplo, la pandemia disminuyó la vacunación rutinaria contra el polio, el sarampión y otras patologías. Los datos que manejamos demuestran que en 2021, uno de cada cinco niños y niñas de América Latina y el Caribe dejaron de vacunarse, lo que incrementa la probabilidad de brote de estas enfermedades. También tuvimos un aumento importante de la mortalidad materna, porque las mujeres embarazadas son un grupo de riesgo y pueden tener un cuadro grave de Covid-19. Por otro lado, las listas de espera tuvieron un crecimiento importante, pues durante la crisis sanitaria los servicios estaban enfocados en atender a las personas con coronavirus. Además, las personas no se sentían seguras para asistir.
En Chile, el cáncer es la primera causa de muerte y las proyecciones no mejoran. ¿Qué medidas se pueden tomar para hacerle frente?
Yo veo de forma muy positiva dos medidas que el Ministerio de Salud en Chile está implementando. Primero, están con un proyecto que inició en siete comunas y es la universalización a la salud. Y creo que universalizar el acceso a la atención primaria es una parte muy importante para garantizar el futuro. Actualmente, tenemos una transición muy importante en América Latina y Chile es uno de los países que más rápido van y tiene una población que ya envejeció. Lo que es bueno por una parte, porque eso demuestra que las intervenciones sanitarias resultaron de manera positiva y las personas viven más, pero también es importante garantizar que vivan de una manera saludable y por eso que el acceso universal de salud primaria es importante. Segundo, están las medidas que han tomado para reducir las listas de espera. Durante mi reunión con las autoridades, el subsecretario de Redes Asistenciales presentó algunos resultados importantes y contó que en algunas listas la espera llegó a casi dos años y ahora está por debajo de los 365 días. Hay que avanzar, pero eso da una señal de que se está en el camino correcto.
¿Cuáles son las ventajas de universalizar la atención primaria de salud? ¿Hay desventajas?
Solo hay ventajas. Una atención primaria que tenga la capacidad de hacer un conjunto amplio de acciones, como promoción de la salud, vigilancia y prevención y diagnóstico precoz con tratamiento, es bueno. De hecho, quiero recalcar que la prevención es muy importante. Por ejemplo, de cada 100 personas que tienen hipertensión en América Latina y el Caribe, 50 están al tanto y solo 25 controlan la enfermedad. Aunque en Chile los datos son un poco mejores, se ve de forma muy clara cómo necesitamos tener el diagnóstico y el tratamiento para que las personas puedan cuidar más de su propia salud. Si eso no se realiza en la atención primaria, esa persona solo va a descubrir que tiene la enfermedad cuando tenga un infarto u otro incidente y necesite ir a un hospital o un centro más complejo. Entonces, la atención primaria es la manera más costo-efectiva de cuidar la salud de las personas.
Después de su reunión con el Presidente Boric aseguró que la OPS apoya a Chile en su proceso de reforma sanitaria para fortalecer la atención primaria, incluyendo el abordaje de la salud mental. ¿Por qué cree que es necesario una reforma sanitaria?
Esa es una decisión de cada país. Yo creo que muchos países han tomado una decisión importante, como respuesta a la pandemia, porque la crisis sanitaria también subrayó la importancia de tener un sistema de salud con acceso universal. Yo entiendo que Chile hace años está buscando ampliar el acceso, y las autoridades de Chile también comprenden que tienen que acelerar ese proceso de transformación del sistema de salud hacia una salud universal. Ahí yo creo que hay que tomar con una mirada muy pragmática de tener la universalidad en la atención primaria, creo que es una medida importante, porque va de una manera progresiva a ampliar el acceso para garantizar que sí pueda tener ese cambio. Visité el Congreso y el Senado y tuve una buena conversación con los senadores de la Comisión de Salud y veo que hay un esfuerzo de hacer los cambios que se necesitan hacer para perfeccionar el sistema de salud acá en Chile. En ese contexto, el rol de la OPS es apoyar al país para la implementación de sus prioridades.
En el mundo hay cuatro casos humanos confirmados de gripe aviar, ¿cuál es la proyección que hace la OPS de esta enfermedad?
Eso lo trabajamos de manera bien coordinada con las instituciones que se encargan de la salud animal en la Organización Mundial de la Salud Animal y la IICA, que es una organización de salud animal del sistema interamericano, porque en este momento tenemos brotes de influenza aviar en casi todos los países de la región y como se ha informado el virus de la influenza aviar de una manera accidental puede infectar a una persona. Son casos graves. Y es un riesgo, porque si esa persona tiene la influenza humana el contacto o la convivencia de los dos virus en la misma persona puede originar una mutación del virus y el virus puede transmitirse de una persona a otra. Por eso es importante primero vacunar bien a todas las personas que trabajan en las granjas productoras de pollo, que es una industria importante de América del Sur. Porque en esas personas no es que la vacuna no proteja del virus de la influenza, pero protege a la persona de la influenza humana. Disminuye la posibilidad de su instalación de los dos virus en la misma persona.