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Jeannette von Wolfersdorff, economista: “Si se escuchan los argumentos pro desregulación de hoy, en realidad son argumentos pro laissez faire”

Consejera del Consejo Fiscal Autónomo, la economista habla de su nuevo libro, La fascinante complejidad de nuestros sistemas. En este ensayo propone avanzar hacia una nueva arquitectura institucional estatal, más dinámica y capaz de responder a los desafíos de una economía y una sociedad cada vez más complejas. Y del mismo modo, avanzar hacia un capitalismo regenerativo y regulado. "Hablar de desregular me parece irresponsable", dice.

La economista Jeannette von Wolfersdorff. Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

Wind of change. A fines de los 80 la banda Scorpions retrató el espíritu de la época con una canción ya icónica, una balada que sirvió de banda sonora para la caída del Muro de Berlín y el derrumbe de la Unión Soviética. Más de 30 años después, se respiran nuevos vientos de cambio empujados por las dinámicas económicas, pero acaso más desafiantes, postula la economista Jeannette von Wolfersdorff. A ella le gusta la analogía que propone John Sterman, profesor del MIT, en su libro Bussines Dynamics: “Somos todos pasajeros de un avión que no solo tenemos que hacer volar, sino rediseñar mientras vamos volando”.

-El desafío consiste en rediseñar nuestros sistemas económicos y políticos. Pero no podemos pararlo todo, tenemos sueldos y familias. Estamos en vuelo. Y como dice Arthur Bryan, del Santa Fe Institute for Complexity, los sistemas complejos no hay que cambiarlos de golpe, sino con iteraciones, con cambios graduales -dice.

Precisamente esos conceptos forman parte de su nuevo libro, La fascinante complejidad de nuestros sistemas. Nacida en Alemania y radicada en Chile, casada con el empresario Christoph Schiess, la economista es consejera del Consejo Fiscal Autónomo. Su nuevo libro busca aportar al debate en torno a la transformación de la economía y lleva por subtítulo Seis ideas y una propuesta para la regulación futura de mercados y democracias.

El libro puede leerse como una prolongación de Capitalismo, el ensayo histórico que publicó en 2022 y se convirtió en un inesperado bestseller. Ahora, en su nueva publicación, plantea cómo abordar los desafíos y limitaciones de la economía del libre mercado.

-El primer libro quería explicar por qué el capitalismo como sistema económico nos hace tanto sentido, y a la vez mostrar cómo desarrolla tendencias autodestructivas contra los dos factores principales que hacen que funcione tan bien, la cooperación y la competencia. Quería mostrar que los dolores que tenemos en Chile con él no son exclusivos, sino que el malestar se repite en todos los países. Y también, quitarle algo de ideología al debate.

Del entusiasmo de inicios de los 90, reflejado con optimismo por Francis Fukuyama en su ensayo El fin de la historia, pasamos a un escenario distinto: el mercado vibrante de entonces se ha transformado “en un laberinto que amplía sus incertidumbres”, afirma.

-El Foro Económico Mundial el año pasado se preguntó, ¿estamos en el fin del desarrollo? Y llamó a evitarlo. Hoy tenemos el peligro de una transición en los sistemas naturales, el sistema climático, la biodiversidad, que una vez que ocurra no tendrá reparación y afectará a las empresas, a las sociedades, a la vida de las personas. Y está también el peligro de transición en los sistemas democráticos de que destruyan la complejidad.

02/04/2025 - JEANNETTE VON WOLFERSDORFF - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

Desde el sistema natural al social, de la economía a la política, vivimos inmersos en sistemas complejos, apunta la economista. Y el desafío que se plantea a los países es integrar conocimiento desde la ciencia, la física y la filosofía para abordar la complejidad.

-Como dijo Stephen Hawking, el siglo XXI es el siglo de una creciente complejidad. Y gestionar instituciones sin conocimientos sobre complejidad lleva a consecuencias no deseadas en exceso, al peligro de destruirla y con ello destruir la innovación, la evolución, etc. Y a elegir líderes dominantes que pueden destrozarla.

Siguiendo al Consejo Empresarial Mundial para el Desarrollo Sostenible, propone transitar hacia un Estado diferente, con una nueva arquitectura institucional, capaz de responder a una sociedad y una economía cada vez más complejas. En esa misma dirección, propone avanzar hacia un modelo de capitalismo regenerativo, como ha planteado John Fullerton, fundador del Capital Institute en Estados Unidos.

“Como concepto implicaría una reorientación de nuestra economía, en el sentido de dejar de degradar nuestro planeta para cuidar más bien los equilibrios en nuestras sociedades, en tal profundidad que los sistemas naturales y sociales podrían ir regenerándose”, escribe.

-Es la hora de la filosofía, en estos años donde nos estamos preguntando ¿a dónde va el mundo? ¿Mi hijo va a estar mejor que yo? ¿Qué ocurre con mis nietos? Y en lugar de tener un debate sobre complejidad, que implica necesariamente cómo regular mejor un sistema dinámico complejo y cómo desburocratizar, tenemos un debate sobre desregular, que es tan erróneo desde la base, porque las empresas actúan según reglas.

02/04/2025 - JEANNETTE VON WOLFERSDORFF - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

¿Tenemos regulaciones adecuadas en Chile?

Tenemos una crónica subregulación y una crónica sobreburocratización. Y no diferenciamos ambas. Y la sobreburocratización necesita una respuesta, a mi juicio, mucho más drástica que el proyecto de ley que está en el Congreso.

Algunos economistas sugieren eliminar las regulaciones, porque la permisología está ahogando el crecimiento.

Naturalmente, para países como Chile es fundamental volver a tener crecimiento, pero también preguntarse cuál crecimiento, qué empresas, cómo. El momento actual pareciera una repetición de la historia del laissez faire, porque si se escuchan los argumentos pro desregulación, en realidad son argumentos pro laissez faire. El neoliberalismo iba a regular el laissez faire, que significa yo hago lo que quiero, yo tengo libertad, tú también, pero una vez que entro en mi lógica autorreforzante, yo voy a tener cada vez más libertad. Y el neoliberalismo debería haber evolucionado idealmente hacia una regulación compleja que se pregunte cómo la cooperación y la competencia pueden fomentarse en los mercados para que la competencia no se destruya, y si se destruye y tenemos mercados oligopólicos, cómo crear presión competitiva.

Hoy contamos con una serie de instituciones autónomas y regulatorias. ¿Tienen la capacidad para enfrentar este escenario?

Toda nuestra arquitectura institucional no está preparada frente a la complejidad, porque las instituciones deberían trabajar con conocimiento sobre sistemas, saber específico y conocimiento sobre complejidad. Pero además necesitamos una visión más de síntesis, que promueva que ciertas instituciones trabajen sistémicamente bien en conjunto, porque si no solemos tener políticas económicas contradictorias, irracionales, incapaces de evolucionar hacia objetivos, por ejemplo, asociados a la regeneración o al crecimiento económico. Un ejemplo es el eterno conflicto de interés que existe entre políticas de fomento y políticas regulatorias de competencia. La propuesta mía es que tiene que haber una institución independiente.

¿Una agencia autónoma?

Una agencia autónoma que no fija reglas, pero que sí une los hilos y hace análisis sistémicos de cuáles son las políticas que se contradicen, dónde están las mayores oportunidades para ir avanzando hacia los objetivos que en futuro, por ejemplo, el Congreso podría ir debatiendo y consensuando. Donde debería quedar claro que los sistemas no van a cambiar su conducta solamente por fomentar lo bonito, mientras la regulación en realidad deja opcional avanzar o no. Y eso es justo el conflicto que hoy día todos los directorios tienen, donde la sociedad, pese a Trump, pese a Milei, sigue esperando de las empresas que no dañen, que sean sostenibles, etc.

Usted propone quitarle competencias al Congreso, ¿por qué?

Es quitar algunas competencias y darle otras. La complejidad requiere más expertos, de forma colegiada, como el Banco Central, como el Consejo Fiscal Autónomo, y donde estas instituciones puedan dar una opinión, fijar reglas o dar incentivos. Y requieren también de alguien que piense en la coordinación y en políticas de desburocratización de este conjunto de instituciones. Mi propuesta es que cierta potestad normativa salga del Congreso, porque jamás va a poder regular un sistema complejo de verdad, por ejemplo, en el ámbito de la sostenibilidad o la competencia. Si no queremos destruir los sistemas naturales y queremos crecer, fijémonos una visión de país. Y fijar estos grandes objetivos y plazos debería estar en el Congreso. Y deberíamos lograr una nueva interacción entre el Congreso y el poder de los expertos.

Mientras los sistemas se complejizan, seguimos creando leyes que crean burocracias, que no cumplen sus objetivos, y tenemos una inmensa cantidad de conocimiento que nunca llega al Congreso por la gran cantidad de temas que tiene que abordar. Cuando la economía se complejiza, cuando la democracia y las sociedades se complejizan, los que regulan estos sistemas tienen que complejizarse.

02/04/2025 - JEANNETTE VON WOLFERSDORFF - Mario Tellez / La Tercera MARIO TELLEZ

El mercado tiende a la concentración económica. ¿Hay mucha concentración en la economía chilena?

Todos los sistemas económicos tienden a la concentración por los feedback loop autorreforzantes y no balanceadores que tienen. En sistemas naturales siempre hay un efecto balanceador, pero los sistemas humanos no tienen adecuadamente incorporados feedback loop negativos, razón por la cual la autoorganización sin regulación no funciona. Y en Chile, efectivamente, el conjunto de empresas que más ha crecido son las del tramo 17 al 18 (con ventas por sobre los 30 millones de UF anuales). Entre 2005 y 2023, esos tramos han más que cuadruplicado su facturación y han tomado una mayor proporción de la facturación total del país, mientras los otros tramos han reducido su peso relativo en el mercado. Y eso muestra que, efectivamente, el que es más grande normalmente crece más. A mi juicio, parte de una futura visión país ojalá pudiera ser que la capa de clase media de empresas no siga decreciendo, porque tampoco podemos sostener un crecimiento económico con poco más de 100 empresas, por el poder que implica sobre la democracia.

Claramente el mercado chileno tiene mucho que sincerar en el debate y conversar desideologizadamente sobre cómo hacer para que al grande le vaya bien, pero no a costo del resto del sistema.

¿Hoy ve voluntad política para abordar estos temas?

El debate político es extremadamente polarizado. Lo que sí me parece interesante es tomar el concepto de la desregulación, que me parece un error conceptual, sacado del siglo pasado. Tomarlo y llamarlo desburocratizar, y hacer esto de forma mucho más rigurosa. Muchos países tienen consejos económicos, en Alemania coloquialmente se llama el Consejo de los Sabios de la Economía. En principio, necesitamos una institución fortalecida, que analice de forma autónoma, técnica, las contradicciones entre las políticas públicas en materia económica. Puede haber muchas regulaciones medioambientales que innecesariamente frenan la innovación y el desarrollo. Yo creo que al menos un primer paso sería tomar este debate sobre la burocracia que nos sobra, pero no confundirlo con desregular en un mundo donde nos faltan regulaciones inteligentes y nos sobran burocracias.

¿Cómo ve a la derecha y a la izquierda en este debate?

Los dos sectores están entrampados en debates del siglo pasado. En el libro menciono al historiador Eric Hobsbawm, que reflexionó cómo quizá dos tercios del siglo pasado tuvieron como líderes políticos y económicos a personas que nacieron o crecieron más cerca de la edad de la Era del Imperio, que terminó en 1914. Y los líderes de hoy que tienen que enfrentar la complejidad todavía lloran por lo fantástico que eran los años 90. El sector de la derecha tiene esta nostalgia por los 90 como si fuera una década a repetir, y por eso desregular prácticamente todo lo que se hizo desde entonces. Lo digo con ironía. Y la izquierda no entiende los sistemas económicos y, más aún, tengo la duda de si los quiere entender. Porque el debate es siempre sobre temáticas sociales: pensiones, salud, desigualdad, gestión de barrios, etc. Pero no entra en la pregunta del funcionamiento del mercado, sino que ve la economía más bien como un sistema redistributivo. Y aparte hay grupos de la izquierda que quieren que el Estado lo haga todo, que también es una filosofía del siglo pasado y que se mostró que no funciona en ningún país. Entonces tenemos grupos de izquierda y derecha que debaten como si estuviéramos todavía en el siglo pasado, y además con instituciones pensadas desde más de 200 años atrás.

Jeannette von Wolfersdorff estuvo el año pasado en un panel de expertos en el MIT y la conclusión, recuerda, “es que evidentemente tú necesitas una regulación súper compleja hoy día. Hablar de desregular me parece irresponsable, pero el concepto detrás lo comparto: eliminar la burocracia que no sirve para nada”.

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