"Solo se le asignarán tareas al interior de la casa, en la sección de la enfermería con los hermanos mayores". Esta es una de las restricciones que la Congregación de los Sagrados Corazones (SS.CC.) le aplicó al sacerdote Gerardo Joannon para reincorporarlo a la entidad.

En 2014, el religioso apareció en medio de una controversia tras diferentes denuncias de adopciones irregulares ocurridas en Chile entre los años 70 y 80, en las cuales él habría participado.

En febrero de 2015, el juez Mario Carroza lo absolvió, tras determinar que los delitos estaban prescritos, mientras que canónicamente el Vaticano dejó el castigo en manos de la congregación. Sin embargo, Joannon pidió un permiso de ausencia, durante el cual, con licencia otorgada por el entonces obispo de San Felipe, Cristián Contreras M., ejerció el sacerdocio en el sector parroquial de El Almendral.

El permiso llegó a su fin este mes y, como no se lo renovaron, Joannon solicitó volver a una comunidad de los SS.CC., quienes lo aceptaron con varias condiciones. Una fue aquella de servir en la enfermería.

Según un comunicado emitido hoy por esta orden, firmado por su superior provincial, René Cabezón, también se le pidió realizar una terapia con un sicólogo y un acompañamiento espiritual, a cargo de un hermano de la congregación, lo que ha hecho durante todo este año.

Otra de las condiciones es "residir a contar del 26 de diciembre en la casa de la provincia chilena de la congregación, en la comuna de Ñuñoa, Santiago".

También se estableció que "no podrá administrar sacramentos en la arquidiócesis de Santiago, tales como matrimonios, funerales, eucaristías, bautizos, confesiones u otros, con carácter público. Por lo mismo, no será presentado por el superior provincial al arzobispo del lugar para estas tareas".

Y, en un cuarto punto, "se le prohíbe dar entrevistas u opiniones a ningún medio de comunicación ni redes sociales".