José Joaquín Brunner: “Pese a las anomalías, la PSU es perfectamente válida”

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El sociólogo, investigador y académico de la UDP analiza el accidentado proceso de rendición de la prueba y dice que “el desastre pudo haber sido mucho mayor y eso se evitó”.


“En pleno proceso de admisión de las universidades, el sociólogo, investigador de la UDP y exministro José Joaquín Brunner hace una crítica directa al rol del Consejo de Rectores (Cruch), a las instituciones y al gobierno en este proceso. “El desastre pudo haber sido mucho mayor y eso se evitó. Y es una buena noticia en medio de la calamidad. Hay que, por lo menos, declararse satisfecho, en el sentido de que la prueba se pudo hacer”, señala el exministro.

Según Brunner, “el Cruch reaccionó de manera lenta y cuando se vio superado por los hechos, su dinámica ya no podía ser sino de respuesta frente a sucesos que iban ocurriendo, y eso nunca es bueno en el plano de asuntos públicos”.

El Cruch culpa a la situación política del país (estallido social) por lo que sucedió.

La situación anómala que se produjo en el funcionamiento de este examen se debió a la situación que ha vivido el país en los últimos meses, en la cual el gobierno y el Cruch no fueron capaces de prever y luego tuvieron que ir reaccionando sobre la marcha, lo cual configuró un cuadro de anomalías.

¿Cómo evalúa que se optara por cancelar la prueba de Historia?

Una vez puestos en un cuadro de anomalías mal manejado, uno tiene que aceptar soluciones extraordinarias. Una vez que hubo que tomar sobre la marcha esa solución, para hacer posible que el proceso se terminara, desde ese momento ya se sabía que se iba a provocar un efecto que iba a perjudicar a algunos y favorecer a otros. De modo que ahora yo no me declararía sorprendido de esos efectos. Eso es parte del cuadro de anomalías.

Dados todos estos problemas, ¿qué les respondería a quienes dicen que la PSU carece de validez?

No me parece. La PSU, pese a las anomalías, es perfectamente válida y ha hecho funcionar al sistema, permitiendo que cerca de 200 mil estudiantes puedan ingresar este año. Decir que no es válida en este momento de lo único que serviría sería para acarrear mayor desprestigio de la institucionalidad.

¿Qué hacer con la PSU? Este año hay cambios que vienen por ley.

La primera es enfocar el proceso de admisión a la educación superior de una manera distinta a como lo hemos hecho hasta ahora, ofreciendo un conjunto de alternativas para que cada institución pueda adaptar esas alternativas a sus necesidades y a su propia misión. Ese es un gran cambio, pasar de un instrumento único a una variedad de instrumentos. La segunda es que para todas aquellas instituciones en que una prueba de este tipo siga siendo importante, hay que rediseñarla técnicamente.

O sea, ¿dejará de existir un sistema único de admisión?

Espero que así sea. Hoy día me parecería muy raro que ese no sea el camino que se siga, dado el consenso que hay sobre este tema.

Se reitera que la PSU discrimina por nivel socioeconómico, ¿cómo evitar que los nuevos instrumentos sigan con esta falencia?

Lo único que lo puede evitar es el sistema de educación temprana, es decir, salas cunas, jardines infantiles y el sistema escolar. Mientras no tomemos en serio los problemas de calidad y de equidad que hay en todo el sistema previo a la educación superior, seguir insistiendo en que algún día la educación superior va a ser el gran mecanismo equitativo de la sociedad es un absurdo. No es en ninguna parte del mundo así y tampoco lo va a ser en Chile. Lo que sí puede hacer el nuevo régimen de admisión, con los distintos instrumentos que tenga, es tratar de amortiguar o reducir ese tipo de desigualdades. Para lograr eso conocemos las vías, como el NEM y el ranking, y se puede pensar en cosas nuevas, en instrumentos que puedan identificar talentos variados a través de portafolios, por ejemplo, en los que se pueda dar cuenta de su trayectoria en el colegio.

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