El viernes, el Centro de Formación Técnica Santo Tomás recibió la noticia de que fue admitido en la gratuidad a partir del próximo año. Con casi 32 mil alumnos, se convertirá en la sexta institución más grande del país en ingresar al sistema y el 60% de sus jóvenes se verán beneficiados.
En esta entrevista, el rector Juan Pablo Guzmán, quien integra el Comité de Acceso del sector Técnico-Profesional y preside la agrupación de planteles técnico-profesionales Vertebral, cuenta cómo ingresaron a esta política, revela su plan de regreso a clases y relata cómo la pandemia golpea a sus estudiantes.
¿Cómo entraron a la gratuidad?
Fue un proceso que tomó cuatro años, desde que se empezó a discutir sobre la transformación de instituciones técnico-profesionales en corporaciones sin fines de lucro. Santo Tomás era un emprendimiento privado, pero había una tensión entre el foco que teníamos de movilidad social y una institución que no contaba con todas las ayudas de financiamiento. Por eso decidimos adecuar la institución para ingresar a la gratuidad. Comenzó en el CFT antes que en el IP y la universidad, porque se logró antes la acreditación, pero las tres instituciones hoy están bajo el control de la Fundación Santo Tomás. Se definió un plan de mejora interno y adscribimos al nuevo sistema de admisión, con lo que sintonizamos el proyecto educativo con la ambición de nuestros alumnos.
El Grupo Hurtado y Linzor Capital eran dueños de Santo Tomás, ¿cuándo se hizo el cambio a la fundación y qué pasó con ellos?
Se hizo en enero de 2019. Ahora, Linzor, la familia Hurtado y la familia Rocha participan en el consejo directivo de la corporación, la que no tiene dueños, sí socios. En el caso del IP y CFT, ellos participan como gestores. Y la Comisión Nacional de Acreditación valoró que hayamos incluido a directores independientes para tener un gobierno corporativo a la altura de la regulación, que son Gonzalo Vargas, Álvaro Fischer y Celia Alvariño. Linzor está representado por Tim Purcell y Carlos Ingham.
¿Cuántos alumnos se verán beneficiados con la gratuidad y cuánto ha cambiado su situación socioeconómica en estos meses?
La gratuidad hoy tiene más sentido que nunca para nuestros alumnos, porque la situación socioeconómica de las familias cambió en cosa de seis meses y no volverá a mejorar en otros 18 meses, por lo que ha aumentado la población sujeta a gratuidad. Nuestra estimación es que se beneficiaría a 20 mil alumnos. La vulnerabilidad está definida en términos relativos, y si todo el país disminuye sus ingresos, quizás se mantendrá la misma cantidad de estudiantes en gratuidad. Pero si mantenemos la vara que teníamos en marzo de 2020 y medimos en marzo de 2021, creo que los beneficiados aumentarían mínimo un 15% adicional.
¿Qué impacto tendrá eso en la discusión de la Ley de Presupuestos 2021?
Se ha reflexionado sobre qué ajustes hacerle a la gratuidad y creo que más que aumentar la cobertura de los deciles de la gratuidad, la conversación se enfoca en los plazos de cobertura, especialmente con la situación que enfrentamos este año. Hay propuestas que apuntan a extender la cobertura en un semestre, o en un año (en caso de que los alumnos se atrasen). Pero creo que hay un trato dispar entre las becas que se otorgan a universitarios y a alumnos del mundo técnico-profesional. Con la Beca Nuevo Milenio, un alumno del sector TP tiene $ 300 mil más de copago que un alumno universitario, pese a que tienen la misma situación socioeconómica. Hay una discriminación insólita. Ojalá se avanzara en la gratuidad, pero hay otros sectores rezagados, como la discriminación de becas en el sector TP.
¿Aumentaron la deserción y la morosidad de sus estudiantes?
Más que deserción, hubo mucho desistimiento en el proceso de matrículas, entre marzo y abril. Me atrevería a decir que entre el 3% y 4% de los alumnos nuevos y antiguos, lo que es mucha gente. Y se aprecia una mayor morosidad, pero solo se refleja en el copago.
¿Cómo ve el futuro del año académico?
Estamos completando el primer semestre, cumpliendo los contenidos teóricos y algunas actividades prácticas, porque hemos podido virtualizar algunas. Las que no se pueden hacer, las postergamos para el segundo semestre. Volveremos a clases presenciales cuando se cumplan las condiciones sanitarias.
¿Tienen protocolos para el regreso a clases?
Contemplamos el uso de mascarillas, la toma de temperatura en los ingresos, mantendremos las clases online para los ramos teóricos, adecuaremos las clases para evitar los horarios punta del transporte público y el uso de guantes será obligatorio en actividades prácticas. Además, hay etapas de regreso: en la primera, volverá el equipo administrativo; en la segunda, los alumnos que no tienen buenas condiciones para estudiar en sus casas, y en la tercera, podrían volver todos.