En agosto del 2022, funcionarios de la PDI llegaron hasta una cocinería de Cañete, en la región del Biobío, para llevar a cabo la detención de Héctor Llaitul. Los detectives tenían una orden de detención emanada por el Juzgado de Garantía de Temuco para la captura del comunero mapuche y, además, la orden de incautar el teléfono marca Redmi, modelo Note 10 Pro, de propiedad del exlíder de la Coordinadora Arauco Malleco.
Desde ese teléfono se obtuvieron más de 200.000 datos que, luego de ser procesados y entregados al Ministerio Público, hoy son piezas claves de para el juicio oral de Llaitul, donde la Fiscalía busca probar su participación intelectual en distintos hechos de violencia rural.
Con las datos extraídos de ese celular, la Fiscalía dice que se han podido establecer detalles del movimiento de armas dentro de la CAM y que el acusado ocupa un lugar importante en estas operaciones.
Así, en base a imágenes tomadas por el teléfono incautado y chats con distintos miembros de la organización, se probaría que Llaitul estuvo presente durante la usurpación de terrenos en el fundo Renaco Pastales.
Uno de los testigos que reveló parte de esta información en la primera rondas de declaraciones ante el tribunal fue el subcomisario de la PDI, Cristian Salgado, encargado de incautar el celular del exlíder mapuche.
“El imputado no solo es una personas que recibe instrucciones o comentarios de las comunidades, sino que es él mismo quien instruye en muchas ocasiones movimientos de armas y la perpetración de hechos violentos”, señaló ante los jueces, agregando que “existe una constante búsqueda de armas de fuego”.
Sumado a las pruebas que dicen relación con los cinco hechos que se le acusan a Llaitul en este juicio, se han expuesto conversaciones e imágenes donde el imputado estaría presente o habría tenido un rol clave en la concreción de otros hechos violentos. Esto, a través de chats con dos de sus hijos, Ernesto y Pelentaro Llaitul, y otros comuneros miembros de la CAM.
Asimismo, la Fiscalía advirtió sobre la presencia de conversaciones para la compra de armamento y munición desde Cuba y Argentina.
Las coordinaciones con sus hijos
Ernesto Llaitul es hijo del exlíder de la CAM y también es sindicado como el líder del Órgano de Resistencia Territorial (ORT) Toño Marchant. Actualmente se encuentra en prisión preventiva, luego de ser acusado de un atentado en septiembre de 2021. En las conversaciones con su padre, que dan cuenta de la cercanía entre ellos, se pueden leer órdenes para transportar y coordinaciones operaciones de la CAM.
“El ratón tiene tres temitas (armas), los dos corteli (armas cortas) que le faltan los porotos (munición) y el connotado (armas grandes) que llegó último”; “Necesitan porotos, porotos del 20″; “Van a pasar a buscar los dos tema, entrega uno y el otro queda allá y se dividen los porotos y pasa el largo”. Esos son algunos de los mensajes que Llaitul le enviaba a Ernesto, pocos días antes de un atentado incendiario, adjudicado por la CAM el 7 de julio del 2022, en Máfil.
En estos hacen referencia a distintos tipos de armas. Asimismo, el nombre de “nano” -como es sindicado Ernesto- aparece en varios otros chats de terceros.
El otro hijo de Héctor, Pelantaro Llaitul, también era parte de las acciones que organizaba el padre. Con él también habla de “temas” “tralkas” y “pajeras”, aludiendo a armas.
Según relató el subcomisario en la audiencia, el 17 de julio se registró otra acción revindicada por la CAM, en la que los días anteriores coordinaba con su padre el traslado de cascos y chalecos. Por otro lado, también se reveló adquisición de un arma de grueso calibre en Santiago y su posterior traslado al sur. Una gestión realizada por Pelantaro cuando aún tenia 17 años.
La importación frustrada
Salgado, el funcionario de la PDI que atestiguó, declaró que existieron conversaciones relacionadas a un viaje a Cuba, el cual habría tenido como principal objetivo la obtención de armas.
En relación a ese viaje, durante la investigación se identificaron dos chats: “Nadia” y “Jorgito”. La primera era la que viajaría a la isla y el segundo sería le contacto de Llaitul allá. Este último, ocupaba un número con un prefijo correspondiente a España.
El encuentro finalmente se concretó entre el 24 y 27 de junio de ese año. Las coordenadas eran la Cafetería La Pelota, ubicada en calle 23 de La Habana, Cuba. Allí ambos contactos de Llaitul debían tener su primer encuentro. Un libro de Octavio Paz era la clave para que estos dos se reconocieran e hicieran el único traspaso de información que hay registro: un papel que daba las indicaciones para llegar a una casa ubicada en la región del Biobío. “Un fuerte abrazo. Me alegro de poder ayudar”, se despedía. Sin embargo, el oficial de la PDI afirmó que dicha gestión, terminó siendo una operación fallida.
La inquietud por las armas no terminaría ahí, según relató la Fiscalía. En agosto de 2022, Llaitul habla con René Mena, un contacto que sería le encargado de conseguirle armamento. En uno de los mensaje este le decía “K tipo de porotos son los k más falta asen”, a lo que Llaitul le dice “Del 7.62..pal AK”,”7.62 corto”,”Y del 357...pa mi revolver”. Lo que más llamó la atención de los investigadores es que mensajes después, el contacto le dice que “el viejo pasa del otro lado” y el imputado le dice “que traiga un fusil fal, de esos hay por arg.”
Discrepancias y la crítica a Maya Fernández
Durante las primeras audiencias, se revelaron interceptaciones telefónicas donde Llaitul decía tener ciertas diferencias con la organización radical Weichán Auka Mapu (WAM).
Con la revelación de los chats que mantuvo el exlíder de la CAM con diversas personas, también se notan conflictos con comuneros de otra agrupación mapuche: Resistencia Mapuche Malleco (RMM).
“Por lo que me enteré es un show que va a montar el Queipul porque ellos negociaron el tema de la huelga de hambre y creo que mañana se bajan todos y hay un supuesto logro político de ellos, pero en estricto rigor es un negociado que tienen estos machucados”, dijo Llaitul en una conversación el 16 e agosto de 2022, donde apunta a Víctor Queipul, sindicado como uno de los líderes de la organización RMM.
Por otro lado, en otra conversación, de junio del 2022, con una periodista de la zona, decía: “los Resistencia Malleco ya se están vendiendo...”.
En ese mismo chat, de agosto del 2022, le dijo a su interlocutora: “Le respondí a la ministra...”. Su receptora le preguntaba a quién se refería y Llaitul volvía a disparar: “Jaja... a la que se paseó con los esbirros pue... A Maya Fernández”.
La referencia de Llaitul tenía que ver con una declaración de la ministra de Defensa, en que defendía el estado de excepción. Esa vez el exlíder de la CAM señaló “que diga claramente que está por proteger los intereses de las forestales frente a las reivindicaciones de tierras que lleva adelante la causa mapuche”.
El juicio continuará su curso durante la próxima semana, donde se seguirá escuchando a testigos y mostrando pruebas.