Con 45 mil estudiantes de pregrado y 5 mil de posgrado, la Universidad Andrés Bello (UNAB) es la más grande de Chile. Buena parte de su alumnado pertenece a los sectores de menores recursos; de hecho, si el plantel tuviera gratuidad, más de 21 mil jóvenes serían beneficiados. En esta entrevista, el rector Julio Castro cuenta cómo la institución se ha adaptado a las clases online, describe la situación que enfrentan sus alumnos y proyecta el año académico.

-¿Cómo ha sido para la universidad adaptarse al formato online?

Por suerte veníamos trabajando en educación no presencial, por lo que teníamos aulas virtuales, con plataformas que permiten que las clases queden grabadas. Pero no es que los alumnos aprendan por sí solos, sino que el profesor sigue a cargo de entregar los contenidos e interactuar con los estudiantes.

-¿Qué aspectos hay que considerar para aplicar esta modalidad?

Tiene que haber conectividad entre los estudiantes y tiene que haber académicos capacitados para hacer esta docencia. Por suerte, en enero y febrero, capacitamos al 90% de los académicos para que se hiciesen cargo de este formato. También hay que implementar las evaluaciones online, porque los académicos de más edad estamos acostumbrado a lo escrito. Pero quizás lo más importante es tener mecanismos de aseguramiento de calidad para verificar que se entregan los aprendizajes, esa es la tarea más dura.

-Porque una clase online no es igual que una clase presencial...

No es lo mismo, pero no tendría por qué ser de menor calidad. Se puede cumplir, pero requiere un trabajo muy duro de estar encima del proceso, viendo las evaluaciones, verificando que se entregan los aprendizajes y encuestando a los estudiantes. Se requiere mucho trabajo.

-¿Ha sido muy complejo el trabajo a distancia?

No es fácil trabajar desde las casas, uno piensa que se puede hacer o que es el mejor formato, pero nos hemos dado cuenta de que la cantidad de reuniones que se hacen es alta y hay que estar encima de una serie de cosas que antes uno simplemente miraba y ahora hay que hacerles seguimiento remoto. Pero estamos esperanzados de que podremos seguir haciendo las cosas que hemos hecho.

-¿Han entregado beneficios económicos a alumnos?

Hemos desarrollado beneficios que van desde conceder mayor número de cuotas arancelarias, postergar cuotas, no cobrar intereses y apoyar la repactación, a la vez que implementamos un fondo de becas para los estudiantes que se vieron más afectados, y entregamos 2.500 becas de internet. Pero también hay que considerar que muchos estudiantes no tienen las condiciones materiales para estudiar, porque están con sus familias en las casas y con problemas económicos.

-Más allá de lo económico, ¿cómo impactó esta crisis en sus alumnos?

Esta es una universidad en que el 48% de sus estudiantes pertenece a los primeros seis deciles socioeconómicos y el 60% son la primera generación de sus familias en ingresar a la universidad. Y en este contexto de pandemia, ellos no pueden ver a sus compañeros, no pueden usar la infraestructura de la universidad... la vida universitaria es mucho más que las clases, por eso esto ha sido duro para ellos. La Dirección General de Desarrollo Estudiantil ha estado haciendo una tarea de contención. Cerca de 35 mil estudiantes se incorporaron en los talleres que ahí se imparten, porque no solo necesitan apoyo académico, sino que contención psicológica.

-¿Han registrado un alza de la morosidad?

Hemos tenido una morosidad mayor que en años anteriores, pero por suerte no hemos tenido problemas financieros y podemos hacernos cargo de los gastos. La morosidad aumentó un par de puntos respecto al año pasado. En marzo teníamos una recaudación del 65% de los aranceles.

-¿Cree que se requiere apoyo estatal?

Se necesita un apoyo del Estado, pero no para las instituciones, sino que para los estudiantes. Espero que el Mineduc abra de nuevo la postulación a los beneficios estudiantiles, para que opten a becas o al CAE, porque cuando se cerró el proceso muchos estudiantes no postularon, porque en ese momento no tenían esta realidad económica.

-¿Cómo funcionarán las carreras que requieren trabajos prácticos?

Los cursos teóricos se pueden trabajar de forma online, pero aquellas que requieren uso de laboratorios, salidas a terreno o entrega de trabajos del área creativa serán las primeras en reiniciar sus actividades. Estamos elaborando un protocolo de reinicio de las actividades presenciales paulatinamente. No tenemos fecha, pero partirá por las actividades prácticas, y eso requerirá ajustar los laboratorios de la salud a las nuevas exigencias de seguridad. Pero creo que una parte del trabajo académico del año se seguirá desarrollando de forma virtual.