Se convirtió en uno de los lugares icónicos de la destrucción ocurrida durante esta semana, y también en un reflejo de la crítica situación de seguridad existente en medio de la crisis social chilena.

La tarde de este jueves, y a plena luz del día, las cámaras de televisión y los mensajes en redes sociales alertaban de que continuaban desarrollándose saqueos en la estación Intermodal de La Cisterna.

Esto, más allá de que la construcción -que alberga locales comerciales, plataformas para buses y accesos a las líneas 2 y 4A del Metro- ya había sido vandalizada la noche previa, en una jornada que terminó con 11 detenidos por parte de Carabineros.

El hecho, además, ocurrió pocos días después de que Metro volviera a habilitar la estación La Cisterna para el servicio a público. Su rol es crucial dado que es la estación terminal de las dos líneas que alberga, entre las cuales además se puede hacer transbordos.

La situación en la Intermodal, a su vez, es similar a lo que ha ocurrido en otras zonas del sector sur de Santiago.

En la comuna de San Ramón, por ejemplo, se han denunciado saqueos similares a fábricas y han ocurrido episodios como la quema de un bus del Transantiago en la avenida Santa Rosa, eje neurálgico de la comuna.