En estos días comienzan las vacaciones de invierno en gran parte de los colegios del país. Excepto para el Colegio de Profesores, que el miércoles decidió extender el paro indefinido, tras una consulta en la que 17.985 docentes (50,36%) rechazaron la última oferta que hizo el gobierno: apenas 255 sufragios más que quienes querían bajar la movilización.
El resultado fue complejo, pues el presidente del magisterio, Mario Aguilar, abogó en los últimos días por esta última alternativa, que resultó derrotada. Pero también es intrincado, pues ahora el dirigente deberá insuflar ánimo a una movilización que venía a la baja y hacerla durar al menos dos semanas, hasta que el retorno a clases le permita forzar un nuevo diálogo con el gobierno.
"Las vacaciones significarán una adaptación de las movilizaciones, pero tenemos que seguir manteniendo presencia, porque si la decisión fue el paro indefinido, lo acatamos como directiva, pero también tiene que asumirlo el profesorado. Eso es lo coherente", advirtió hoy Aguilar, quien convocó a asambleas comunales para el lunes y a una asamblea nacional la mañana del miércoles, con el objetivo de definir una estrategia para los próximos días.
El presidente del gremio sabe que las próximas horas serán complejas. Admitió que "ahora las actividades (de protesta) serán distintas, porque se produce una dispersión". No obstante, en los días previos también mostró su preocupación por la caída en la participación de los maestros. De hecho, si en la primera consulta nacional votaron 47 mil profesores, en la segunda se presentaron 42 mil, y a la última llegaron 36 mil. Según el Ministerio de Educación (Mineduc), solo 5% de los colegios está sin clases.
¿Qué viene ahora?
Así, desde esta semana no solo está en juego la continuidad del paro, sino también la recuperación del liderazgo del dirigente, quien no encontró el suficiente respaldo de sus bases para bajar el paro.
¿Por qué los docentes no siguieron a Aguilar en la consulta? Según uno de los miembros de la mesa directiva, el problema fue que no supieron explicar a qué se referían con el "repliegue" de las fuerzas. "Eso no significa retirada; replegarse es como las olas del mar, que luego vuelven. Pero no se entendió", reconoce.
Ligia Gallegos (PS), integrante de la mesa directiva, pero en la oposición interna a Aguilar, argumenta que "hasta ahora, Mario había tenido una actitud de no opinar en las consultas, para no influenciar a las bases. Pero ahora no solo dio su opinión, sino que llamó a deponer el paro".
¿Cómo seguir? En el magisterio creen que no falta mucho para un acuerdo, que pasaría por reconocer el pago de la mención a los educadores diferenciales y parvularios, aunque sea como gesto simbólico. Pero el Mineduc dice que eso costaría $ 30 mil millones, por lo que se niega a ceder.
De hecho, según fuentes de la cartera, la ministra Marcela Cubillos no hará nuevas ofertas por ahora y solo observará cómo Aguilar expone frente a los profesores el futuro de la movilización, en la que será su clase más difícil.