La claves de la caída de Felipe Berríos

Felipe Berríos

Conductas inapropiadas en retiros de colegios, trabajos voluntarios de estudiantes secundarios y universitarios y hechos ocurridos en el marco del Sacramento de la Confesión, zanjaron la expulsión del sacerdote de la Compañía de Jesús. Por orden del Vaticano, además, se le prohibió el ejercicio público del sacerdocio y todo contacto pastoral con menores de edad durante un período de 10 años.


El jueves 9 de marzo de 2023, en el sitio de la Conferencia Episcopal de Chile www.iglesia.cl, se dio a conocer un comunicado de los jesuitas en el que informaban la instrucción que les dio el Dicasterio para la Doctrina de la Fe del Vaticano para iniciar un Proceso Administrativo Penal respecto a Felipe Berríos del Solar a partir de la Investigación Previa Canónica realizada por la abogada María Elena Santibáñez el año anterior que determinó que las denuncias por abuso sexual en su contra resultaron “verosímiles”.

Ese proceso determinó que la congregación adoptara la decisión de expulsarlo y prohibirle por orden del Vaticano el ejercicio público del sacerdocio y todo contacto pastoral con menores de edad durante un período de 10 años.

La Compañía de Jesús considera que Felipe Berríos es “culpable de delitos contra el sexto mandamiento cometidos con menores de edad y de delitos de solicitación a pecar en contra del sexto mandamiento, durante o con ocasión de la confesión”.

Con ello, la Compañía de Jesús corta su relación con la figura con mayor exposición pública que tenía la congregación en el país, definido por el teólogo Marcial Sánchez como “uno de los últimos bastiones creíbles de la Iglesia” y con vínculos en altas esferas del poder, el deporte y la cultura, como el entrenador de fútbol Marcelo Bielsa y la escritora Isabel Allende (un personaje de su novela Violeta se inspiró en él).

El sobreseimiento por una denuncia

En junio de 2022, el 12° Juzgado de Garantía lo sobreseyó definitivamente de la denuncia que existía en su contra, patrocinada por la Fundación para la Confianza, sobre presuntos actos de connotación sexual, la única formalizada en sede penal en la justicia civil. Su abogado, Julián López, alegó la inexistencia de delito, lo que fue acogido por el tribunal.

“Esta resolución es un primer paso muy importante para cumplir lo que les anuncié desde el primer día, que es mi interés en que mi inocencia sea establecida de forma transparente y pública”, manifestó entonces Berríos en un escrito que envió a sus cercanos al que tuvo acceso La Tercera.

Iglesia consigna ocho casos

En la misiva tras ser sobreseído, Berríos explica que “el tribunal ordenó, en la misma resolución, que los antecedentes acumulados durante la investigación en relación con otros seis testimonios sean remitidos al 34° Juzgado del Crimen de Santiago dado que, por referirse a hechos anteriores al año 2005, es a dicho tribunal del sistema antiguo a quien le corresponde pronunciarse acerca de ellos”.

Según precisa el comunicado dado a conocer por los jesuitas este viernes, la investigación previa canónica de la abogada externa, María Elena Santibáñez, confirmó la verosimilitud de hechos de índole sexual, denunciados por siete mujeres, que tenían entre 14 y 23 años cuando ocurrieron. Posteriormente, en el proceso administrativo penal a cargo del vicario judicial de la Arquidiócesis de Córdoba, Dante Simón, se investigó una octava denuncia.

Felipe Berríos
Felipe Berríos. Foto: Aton Chile.

La primera denunciante fue una mujer que afirma haber sido abusada sexualmente por el sacerdote el 2004, cuando ella era menor de edad y el popular religioso el guía espiritual de su familia.

Inicialmente las denunciantes habían optado mantener la causa en sede canónica, sin embargo, decidieron entregar detalles de sus acusaciones en contra del religioso también ante la justicia ordinaria para establecer una “verdad judicial” con ayuda de sus testimonios, aunque varios de los hechos estén prescritos.

De acuerdo a una carta del provincial de la Compañía de Jesús Gabriel Roblero.

Las acusaciones corresponderían a “hechos ocurridos entre los años 1993 y 2009, que habrían afectado a siete mujeres entre los 14 años, la más pequeña, a 22 o 23 años la mayor de ellas. Tres de estas conductas habrían sido cometidas en retiros de colegios, dos en trabajos voluntarios (en un caso, de secundarios, y en el otro, de universitarios). Finalmente, en tres casos se trataría de hechos ocurridos dentro de la celebración del Sacramento de la Confesión. Los hechos que involucran menores de edad y el sacramento de la Confesión son de los delitos más graves en la legislación de la Iglesia”.

La “asesoría” al Ministerio Público en investigaciones de abusos

En 2018, cuando ya estaba asentado en el campamento Luz Divina de La Chimba, en Antofagasta, Berríos fue contactado por el fiscal regional de O’Higgins, Emiliano Arias, persecutor que necesitaba evaluar escenarios en una indagatoria que estaba desarrollando.

Arias encabezó una histórica incautación en el Tribunal Eclesiástico, el Arzobispado de Santiago y la Diócesis de Rancagua de archivos sobre sacerdotes involucrados en abusos sexuales a menores y antes de esa operación solicitó a Berríos información respecto de cómo operan las investigaciones en la iglesia y los procedimientos que se aplican cuando se reciben denuncias.

Así, en varias conversaciones telefónicas, Berríos le explicó cómo históricamente había funcionado la institucionalidad en este tipo de casos. Tiempo después, le tocaría a él mismo enfrentar procesos similares.

El “veto” a su participación en el gobierno de Boric

Berríos estudió en el Colegio San Ignacio El Bosque e ingresó a la Compañía de Jesús en 1977. En ese lugar, realizó tres años de misiones en Tanzania, África, para en 1989 ser ordenado sacerdote, rol marcado por sus actividades en la ONG Techo, entidad con presencia en una veintena de países en la actualidad.

En marzo de 2022, al asumir en el Ministerio de Vivienda, el exparlamentario socialista Carlos Montes consideró incorporar a su equipo a Berríos, por su experiencia como capellán de Un Techo para Chile en los años de la reconstrucción tras el terremoto del 2010 y su trabajo de años con esa institución en campamentos. La noticia fue dada a conocer por los jesuitas y celebrada por figuras como el gobernador Claudio Orrego. “Quienes conocemos de su liderazgo, empatía y coraje, sabemos que será un tremendo aporte para avanzar en este difícil y complejo problema”, destacó entonces la autoridad regional.

Desde el gobierno del Presidente Boric, sin embargo, manifestaron su reticencia a trabajar con él, lo que constituyó el primer “bache” comunicacional de la administración que asumía en esos días. Así, dentro del comité político, la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, advirtió de los anticuerpos que generaba Berríos en sectores de la izquierda -sobre todo feministas-, incluso durante el período de campaña, a raíz de los cuestionamientos por el proceder de los jesuitas en los casos de abusos contra menores en su congregación.

Consiente del rechazo, el fundador de TECHO emitió una declaración para señalar que declinaba la invitación del titular del Minvu.

Su renuncia a los jesuitas y la incomodidad con su presencia en La Chimba

Durante la indagatoria de la Iglesia en su contra, Berríos, instruido por su congregación, debió dejar el campamento antofagastino en que residía e instalarse en Santiago. Esas “medidas cautelares” le impedían su retorno, lo que lo motivó a dejar la orden a la que ingresó en 1977 con 21 años de edad.

Berríos, en primera instancia, informó su determinación a su círculo más íntimo, y en noviembre de 2022 optó por enviar una carta dirigida a los jesuitas en la que criticó a la congregación por no brindarle apoyo durante el proceso en su contra, reiteró los cuestionamiento que en su momento expresó en razón de la “ambigüedad” con que enfrentaron las denuncias en su contra y acusó “maltrato”.

“Me han puesto en una situación en que se me hace imposible vivir la obediencia jesuita”, aseguró.

Aunque el sacerdote oficializó su intención de dejar la congregación, restaban una serie de procedimientos para que aquello se concretara.

Igualmente volvió al norte y reapareció públicamente en una actividad del Centro de Formación de La Chimba, de la Fundación Recrea. En la congregación reconocieron que el hecho constituía “una falta a las medidas cautelares decretadas” en el marco del procedimiento canónico cursado respecto al religioso.

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