La creciente inflación de notas de enseñanza media y los cambios que se avecinan
Desde la aparición del ranking de notas como parte de las ponderaciones de acceso a la educación superior, en Chile se ha visto un progresivo y sistemático aumento en los promedios de las Notas de Enseñanza Media (NEM). Para varios actores involucrados, esto es evidente y se marca con más fuerza en los colegios particulares. Así, el Demre prepara propuestas para cambiar esto.
La advertencia más reciente -pero no nueva- la hizo Sylvia Eyzaguirre, investigadora del Centro de Estudios Públicos (CEP), en una columna en La Tercera, donde planteaba que le llamaba la atención que las notas que obtienen los alumnos no se condicen con sus logros de desempeño, según los mismos profesores. “En mi época un 6,4 era una excelente nota; recuerdo que el mejor promedio de todo el nivel era 6,6. Sin embargo, hoy el promedio del curso en matemática bordea el 6,6. ¿A qué se debe esto? ¿Será que los estudiantes de hoy son más estudiosos de lo que éramos nosotros y aprenden más? ¿O será que los colegios inflan las notas para favorecer a los estudiantes en su ingreso a la universidad?”, se preguntaba.
Y es que son justamente esas calificaciones las que luego se traducen en el NEM (Notas de Enseñanza Media), que, a su vez, se convierten en un puntaje para las ponderaciones para postular a las universidades, sumándose a los resultados de la PAES.
El tema es que en 2013 al NEM se le añadió el ranking, sumando otro indicador a la ponderación de notas para acceder a las universidades. Este aspiraba a ser una herramienta que reflejara el rendimiento académico de un estudiante en relación con su contexto educativo, apuntando a equiparar la cancha de aquellos alumnos provenientes de lugares complejos. Hoy no pocas universidades le dan una altísima ponderación al NEM y al ranking: en algunas carreras supera el 50%.
Pero lo que no se anticipó es que desde que se implementó el ranking los promedios de enseñanza media comenzaron a subir. Según los datos abiertos del Centro de Estudios del Mineduc, en los últimos cuatro procesos de admisión el NEM pasó de 5,8 a nivel nacional en 2021, a 5,95 en 2024. El salto en el caso de los colegios particulares es más notorio: en el mismo periodo pasó de 6,11 a 6,29. El alza se repite en todas las dependencias, haciendo evidente el fenómeno.
Y tampoco es que sea algo reciente, puesto que según un estudio del CEP, en 2012 la media del promedio de notas fue 5,3 en los establecimientos municipales, 5,6 en los particulares subvencionados y 5,9 en los particulares pagados, mientras que este promedio en 2019 subió a 5,6, 5,8 y 6,1, respectivamente.
PROMEDIO PUNTAJES NEM DE LOS ÚLTIMOS CUATRO PROCESOS DE ADMISIÓN:
Dependencia | Adimisión 2021 | Admisión 2022 | Admisión 2023 | Admisión 2024 |
---|---|---|---|---|
Colegios particulares | 6,11 | 6,21 | 6,27 | 6,29 |
Colegios particulares subvencionados | 5,77 | 5,84 | 5,90 | 5,93 |
Colegios municipales | 5,76 | 5,82 | 5,87 | 5,89 |
Colegios de administración delegada | 5,64 | 5,65 | 5,69 | 5,72 |
Colegios pertenencientes a SLEP | 5,72 | 5,76 | 5,84 | 5,86 |
Promedio general | 5,80 | 5,86 | 5,92 | 5,95 |
“Es muy delicado”, se apresura en señalar Sergio Celis, investigador del Centro de Investigación Avanzada en Educación (CIAE) de la U. de Chile, quien añade que buscar un mejor NEM ha hecho que los colegios “tengan un incentivo a inflar las notas”. Pero también, dice, está la presión de los papás de colegios particulares -más presentes en el proceso educacional y más capaces de exigir- por ver a su hijo con mejores calificaciones. Ese, añade, es “un fenómeno social que no sólo ocurre en Chile, sino en todo el mundo. Eso también genera desigualdades y perjudica a colegios que tratan de hacer una mejor labor educacional”.
Ocurre que una vez llegados a la universidad, muchos académicos afirman que las calificaciones de los alumnos son bajas y no reflejan su aparente buen desempeño escolar. Que la desilusión y el golpe de realidad es grande.
Ese tipo de apreciaciones es más o menos transversal. Gabriel Gutiérrez, académico de la Facultad de Educación UC, plantea que la investigación disponible muestra que la inflación de notas existe y “ha hecho que progresivamente esta métrica sirva menos para distinguir entre estudiantes. Es importante revisar el rol de la inflación en el actual sistema de selección a la educación superior, especialmente porque los estudiantes de establecimientos más vulnerables se ven perjudicados”. Y es que, según ha pesquisado, aunque la inflación de notas es un fenómeno extendido en el sistema, se muestra con particular intensidad en los establecimientos particulares pagados.
El guante lo toma Pedro Díaz, presidente de la Federación de Instituciones de Educación Particular (FIDE). “En rigor, la aplicación del decreto ha permitido la multiplicidad de instrumentos evaluativos y el reconocimiento de un sinnúmero de estrategias para evidenciar lo que los estudiantes aprenden, superando la medición acotada a resultados estandarizados. Este nuevo paradigma evaluativo, bastante más humanizado e integral, ha provocado un mejoramiento en las calificaciones”, razona.
“Como federación vemos que el ranking de las notas se ha utilizado para beneficiar el acceso a la universidad. Así lo hicieron ver rectores de universidades como la Usach y UC (Zolezzi y Sánchez en aquel entonces), quienes afirmaron que el ranking por notas iba en directo beneficio de aquellos estudiantes de escuelas públicas. Pero al parecer eso no ha cambiado, y el ranking sigue siendo cuestionado”, suma Díaz, quien descarta que sea el tipo de colegios que representa el que se esté aprovechando de esta situación: “Los resultados de mediciones nacionales y el mayor éxito en la educación superior muestran el buen trabajo de las escuelas particulares y subvencionadas, lo que nos hace afirmar que el mejoramiento de las calificaciones efectivamente responde a mejores aprendizajes y no a inflación de notas”, cierra.
Sin embargo, desde la PUC Gutiérrez retruca que como los establecimientos funcionan en un marco de incentivos, la inflación de notas es entendida como una estrategia para aumentar las posibilidades de acceso a la educación superior. Y que debido a ello, y en la medida en que se han implementado políticas que dan más importancia a las notas, los establecimientos reaccionan con procesos de inflación de notas, toda vez que los resultados de acceso a la educación superior son un indicador que se utiliza para expresar prestigio de un colegio, haciéndolo atractivo para nuevos postulantes. En este sentido, añade, “no es raro que los establecimientos pagados, en que la expectativa de ir a una universidad selectiva se encuentra mucho más consolidada, sean quienes registren una mayor inflación”.
Celis, del CIAE, refuerza que este fenómeno se está viendo “con más fuerza en los colegios privados y eso favorece tu postulación, porque se traduce en un NEM alto que es parte de las ponderaciones para ingresar a cualquier universidad. Pero no sólo eso, también afecta el ranking, influenciado en algún componente por notas”.
Se avecinan cambios
Más allá de qué tipo de establecimiento sea el que incurre en mayor o menor medida en esta aparente práctica, lo cierto es que el Demre (Departamento de Evaluación, Medición y Registro Educacional), organismo de la U. de Chile encargado de la admisión, ya tomó nota.
“En el Demre estamos muy conscientes del problema de la inflación de notas y del indicador de ranking, que es un bono sobre la nota y, por tanto, expande brechas que vemos en el NEM, que deben ser corregidas. Tenemos total convicción de que hay que proponer indicadores de ranking al menos alternativos y que van por el lado del ranking puro”, dice Leonor Varas, directora del Demre, cuya institución ya tiene algunas propuestas, las cuales, dicen en ese entorno, apuntan justamente a la “pureza” que desliza Varas, es decir, un ranking en el que no importe el NEM a la hora de calcularlo, sino la posición real del alumno en su colegio. Dicho en otras palabras, que se les otorgue el mismo puntaje a los alumnos que se encuentran en el mismo percentil de sus respectivos establecimientos. Que si un 5,5 es el promedio más alto de un colegio, obtenga el mismo puntaje -por ranking- que el que es el más alto con un 6,7 en otro, premiando así el esfuerzo en su contexto. No como hoy, que se ponen otros elementos en la ecuación y hay estudiantes con diferencias de hasta 400 puntos estando en el mismo “puesto” del ranking, porque tienen notas muy disímiles.
Lo que ponga sobre la mesa el Demre primero debe ser analizado por una comisión consultiva de expertos compuesta por Dante Contreras, Juan Pablo Valenzuela, Verónica Santelices, Francisco Meneses y la propia Sylvia Eyzaguirre, quien dice que “el ranking debe dar la misma bonificación a todos los alumnos que están en el mismo percentil de sus respectivos colegios. Hoy el ranking no es ranking, básicamente, y hacerlo puro acabaría con ese incentivo”. La comisión ya comenzó a trabajar y a intercambiar información con una secretaría técnica del Mineduc a través de correos electrónicos. Algunos de sus integrantes dicen que podrían sugerir techos de ponderación para el ranking, mientras que otros esperan mayor evidencia por parte de la cartera. Por ahora, eso sí, a los expertos sólo se les ha pedido analizar el ranking y no el NEM, lo que debería venir en un futuro cercano.
Posterior al trabajo de esta comisión, que se reunirá otra vez en enero, qué hacer con el ranking será zanjado por el Comité Técnico de Acceso del subsistema universitario de la Subsecretaría de Educación Superior, compuesto por el subsecretario Víctor Orellana y los rectores Saavedra (U. Concepción), Devés (U. de Chile), Martínez (U. Arturo Prat), Rojas (U. de La Serena), Bórquez (UC de Temuco), González (U. Central) y Valdés (U. del Desarrollo).
Justamente este último asevera que “hace algunos años que las NEM han sufrido una inflación sistemática, que no está justificada por un mejor rendimiento de los alumnos de cuarto medio. En el comité se ha conversado preliminarmente realizar cambios en el ranking, pero aún falta el análisis de la comisión de expertos”. Valdés, en todo caso, suma su opinión: “Cada institución debería tener más libertad para ponderar los factores que se utilizan para calcular los puntajes de postulación”.
Sea lo que sea que resulte de esto, desde el CIAE de la U. de Chile, Celis señala que sí o sí se debe hacer algo. “Deberíamos ir hacia un indicador que evalúe al estudiante y conteste de mejor manera qué nivel de preparación alcanzó, un ranking mejor hecho, pero que no sea un ranking muy extremo que beneficie mucho al que le fue mejor, porque se generan otras distorsiones. Podríamos diseñar algo que tome en cuenta un contexto mayor, por ejemplo, un territorio ampliado, no sólo tu colegio”.
Con todo, desde la UC, Gutiérrez concluye que “el sistema educativo tiene el desafío de retroalimentar a los estudiantes y sus familias de forma mucho más sustantiva sobre los logros de aprendizaje. Aunque las notas son una métrica simple y extendida, tienen el problema de ser poco informativas sobre los aspectos que el estudiante no domina o debe fortalecer”.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.