Daisa López viajó ocho días desde Venezuela hasta la frontera de Chile con Perú. "Me fui hasta allá porque me habían dicho que no necesitaba visa, que podíamos pasar con cédula si teníamos familia en Chile. Hemos sido personas engañadas", denunció, mientras aguardaba en el límite con sus once nietos. El menor tiene un año, otro es discapacitado y dos tenían fiebre. "Les pido a las autoridades que nos ayuden", insistió.
Su caso era uno de cientos en el marco de la crisis migratoria generada por la afluencia de ciudadanos venezolanos que intentan ingresar al país, y que se extiende por casi dos semanas. En Colchane, ayer había "más de 200 personas intentando ingresar al país. Hay mujeres embarazadas y niños", informó José Tomás Vicuña, director nacional del Servicio Jesuita Migrante.
Sumado a eso, si durante la semana la preocupación se concentró en el paso fronterizo Chacalluta, ayer el epicentro se encontraba en el Consulado de Chile en Tacna.
Mijail Bonito, asesor de Política Migratoria del Ministerio del Interior, aseguraba ayer que si bien la frontera se encontraría "desocupada", en Tacna la situación era distinta. "En el consulado chileno entiendo que había alrededor de 400 personas", reconoció.
En la sede se entrega ayuda humanitaria con el apoyo de distintas organizaciones de la sociedad civil. Además, en la ciudad hay tres refugios disponibles: el estadio de Tacna y dos recintos de la Iglesia Católica. Sin embargo, no todos los migrantes tienen espacio para dormir bajo techo. Algunos se acomodan como pueden en la calle, fuera del consulado.
"La prioridad la tienen los menores de edad con sus padres", explicó el asesor gubernamental.
El prefecto de Tacna, Jorge Sala, informó que desde hace una semana se instruyó a la Policía Nacional del Perú para el refuerzo de contingente policial "ante el aumento de ciudadanos venezolanos en el consulado chileno y en la frontera con Chile, para evitar algún incidente".
La autoridad peruana agregó que se ha prestado atención en los centros de salud públicos "a quienes han acudido por algunas enfermedades".
Ingresos ilegales
Desde la Subsecretaría del Interior precisaron que ayer, alrededor de las 18.00 horas, se retiró el último bus con ciudadanos venezolanos rumbo al consulado en Tacna. En total, fueron 18 máquinas las que se movilizaron durante la semana.
En tanto, aproximadamente 400 personas ingresaron de manera regular entre el sábado y ayer en la tarde al país, la mayoría de ellas trasladadas desde Perú hasta Arica en buses que dispuso el gobierno.
Sin embargo, no todas han ingresado de manera regular. Así lo afirmó el alcalde de Arica, Gerardo Espíndola. "Se detecta que alrededor de 100 personas ingresan por pasos no habilitados al mes.
Esta cifra se disparó, ya que en cuatro días ingresaron 80 extranjeros, según cifras entregadas por Carabineros en el consejo de seguridad pública", describió.
Iván Infante, alcalde de Pica, hizo notar que si bien en esa comuna no han detectado alta afluencia de migrantes, "hay muchos pasos fronterizos que no están autorizados y por ahí llegan a las comunas rurales".
Mientras tanto, Daisa López seguía esperando ayer por una oportunidad de entrar a Chile. "En Venezuela ya no se puede vivir, ya no podemos estar", relató, al borde del llanto.